La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

15 de agosto de 2008

PERU:EL MODELO DE GESTION PESQUERA RESUMEN Y CONCLUSIONES

CONCLUSIONES


La pesca responsable es un objetivo que nos atañe a todos. También los consumidores deben contribuir a lograr una pesca responsable asegurándose, por ejemplo, de que el pescado que compran cumple las tallas mínimas autorizadas.

Pero ¿cómo pueden estar seguros de que el producto que compran no proviene de pescado capturado infringiendo las reglas por las que se rige la pesca de la especie en cuestión? ¿Qué posibilidades hay de crear un sistema que permita a los consumidores elegir entre los productos procedentes de fuentes que practican una pesca sostenible y los demás?

Elaborando sistemas de certificación para otorgar una identificación específica o una etiqueta al pescado capturado mediante técnicas que no dañen el medio ambiente o producido según métodos acuícolas responsables y desarrollando campañas de educación e información al consumidor.

Esta actitud no debe aplicarse solamente a los peces capturados en aguas territoriales. La protección de las poblaciones de peces no debe tener fronteras. El consumidor no debe adquirir productos importados que no calificarían dentro de las normas nacionales. No debería permitirse la importación de recursos hidrobiológicos que no respetan tallas mínimas de acuerdo a los estándares biológicos.

Se deberá incorporar una dimensión medioambiental a la política potenciando la investigación y la recopilación de datos, profundizando la investigación de los ecosistemas marinos en su conjunto.

Aunque durante años se han recopilado datos sobre las pesquerías comerciales, casi no se dispone de información sobre las especies no comerciales debido al costo y a la complejidad de las operaciones necesarias. Los datos científicos sobre la situación de los hábitats y sobre los efectos de la pesca en los demás organismos vivos son desiguales, ya que sólo se cuenta con datos recabados para investigaciones científicas específicas y orientadas a las principales especies.

La amplitud de visión de los investigadores debe permitir estudiar y evaluar los volúmenes de forraje necesarios para asegurar el sostenimiento de los predadores superiores.

La investigación desempeñará un papel fundamental para mejorar nuestro conocimiento de los ecosistemas. Deben fomentarse las medidas destinadas a prevenir o corregir las repercusiones de la actividad humana en el medio ambiente aun cuando no existan pruebas científicas de tales repercusiones o dichas pruebas sean incompletas. Ello significa que no se pueden rechazar esas medidas sólo porque quienes las proponen no hayan proporcionado todas las pruebas necesarias.

Por todo lo expuesto, si queremos un futuro y una pesquería sustentable, tenemos que introducir cambios en el sistema de gestión y en la educación empezando desde ahora mismo.

RESUMEN

El paradigma dominante de la pesquería en el Perú es el de una pesquería monoespecífica que desembarca los volúmenes más grandes de recursos pesqueros del planeta.

El ecosistema marino de Humboldt es el que presenta el mayor potencial mundial de recursos pelágicos. Es el resultado de una capacidad adaptativa de ciertas especies frente a los complejos y constantes cambios que se producen frente a las costas peruanas.

Este potencial no tiene garantías de estabilidad ni permanencia debido a las variables que en el mismo introducen la actividad pesquera del hombre y el cambio climático.

Tenemos la grave responsabilidad y el deber de actuar con precaución, colocando en primer lugar, las necesidades alimentarias de nuestra propia población.

Las poblaciones de peces son recursos renovables; pero solamente si se tiene cuidado de permitirles renovarse, podrán explotarse indefinidamente.

Por ello se impone una ordenación, lo que significa que las cantidades capturadas deben mantenerse dentro de los límites ecosistémicos definidos científicamente.

Una condición previa para la ordenación de cualquier recurso es disponer de la capacidad técnica y legal para controlar el acceso al mismo y contar con los medios para efectuar ese control.

Los recursos pesqueros han sido tradicionalmente de propiedad común, y cualquier persona ha tenido la libertad de explotarlos. En situaciones de este tipo, nadie tiene un incentivo claro para mantener la captura dentro de unos límites sostenibles; el pez que no se coja hoy será probablemente capturado mañana por otra persona.
Una herramienta adecuada se implementa definiendo claramente los derechos de propiedad sobre los recursos y asegurando el cumplimiento de las medidas que los definen mediante los medios legales y judiciales que tiene el Estado.

La situación socioeconómica, política y pesquera imponen la necesidad de una visión nueva y diferente del contexto general en el que se sitúa actualmente la pesquería.

Pensar en utilizar únicamente mecanismos de mercado para dar soluciones “eficientes” a la cuestión del acceso y control de los recursos del mar puede resultar insuficiente desde los puntos de vista sociopolítico y ecológico.

Tampoco es factible un proceso de asignación y manejo planificado exclusivamente desde el gobierno, dada la total diversidad de los recursos y la vasta dispersión de la población activa de trabajadores pesqueros.
Lo que se requiere es diseñar una combinación adecuada entre las soluciones posibles y deseables. Para ello se requiere una acción concertada por parte de la autoridad de pesquería, las organizaciones de trabajadores pesqueros y la industria.

La mejor manera de alcanzar el doble objetivo de la eficiencia y la sustentabilidad es concediendo derechos de propiedad privada, pero estableciendo al mismo tiempo un sistema tributario apropiado para evitar la concentración de los beneficios e ingresos, un condicionamiento de la transferibilidad, al objeto de evitar la concentración de la propiedad; y un enfoque ecosistémico a la hora de asignar las cuotas globales e individuales.

Lo que está en juego es el futuro de los trabajadores pesqueros y de los peces.

14 de agosto de 2008

PERU: EL MODELO DE GESTION PESQUERA VIII

VIII
LA PESCA ARTESANAL


SITUACIÓN ACTUAL DE LA PESCA ARTESANAL

Mediante la Ley Nº 27177, se incorpora como asegurados regulares del Seguro Social a los Pescadores y Procesadores Pesqueros Artesanales independientes. Esta norma fue publicada el 25.09 de Setiembre de 1999, y reglamentada por el D.S. Nº 002-2000-TR, publicado el 26 de Marzo del 2000. Sin embargo, se requiere perfeccionar la norma para efectivizar la recaudación de los aportes que garantice el objetivo de la ley, hecho que no se cumple en un 98% de la población de pescadores artesanales. Por otro lado el Estado debe incorporar su derecho a la jubilación y diseñar un sistema de pensiones para los pescadores artesanales.

La capacitación pesquera, es fundamental dentro de cualquier estrategia de desarrollo para el sector pesca artesanal. La formación profesional es necesaria para enseñar nuevos conocimientos y técnicas a los pescadores experimentados.
Sin embargo, la realidad actual impone un cambio de orientación de la actividad educativa, la cual debe dirigirse a capacitar al actual pescador a fin de perfeccionarlo en sus labores y orientarlo hacia aspectos más relacionados con el procesamiento de sus productos y su comercialización. No es recomendable seguir formando nuevos pescadores en la medida que además de incrementar la presión por realizar mayor esfuerzo pesquero, que es lo que se debe evitar, crea pescadores desilusionados por la falta de empleo.
La capacitación debe incidir en el desarrollo de buenas practicas de higiene en el tratamiento del pescado y marisco, desde su extracción hasta que llega al consumidor, lo cual beneficiará al Sector en su conjunto, por cuanto mejorarán los rendimientos y por lo tanto habrá mayores beneficios económicos, no se tendrán problemas de orden sanitario, y se obtendrá la satisfacción del cliente.
La educación debe crear conciencia de seguridad, para lo cual el pescador debe asumir que su embarcación debe contar con sistemas de seguridad para lo cual el Estado tiene a disposición del sector el financiamiento adecuado.
La educación debe abarcar los principales temas relacionados con el mar, con el concepto de ecosistema y protección del medio ambiente y ahcerse extensiva a todas las comunidades costeras.

Debiera definirse a la pesca artesanal como la que se encuentra orientada a múltiples especies destinadas al consumo humano directo y utilizando una amplia gama de artes y técnicas de pesca relativamente sencillas, utilizando embarcaciones o sin ellas.
Por el contrario, aquellas personas que pescan con asistencia mecánica debiera denominárseles pescadores industriales y estar sujetos a regulación respecto a las cantidades máximas que están facultados a extraer.

Debiera, así mismo, adoptarse medidas para recuperar zonas o caladeros considerando las biomasas objetivo para consumo humano, revisar y discutir la vigencia y validez de mecanismos de manejo pesquero como es el "libre acceso" y evaluar opciones de manejo regulando el acceso a los recursos mediante cuotas por especie en caladeros definidos.

En la extracción se debe incorporar como objetivo la regulación de la explotación de los diversos recursos en función su coeficiente de participación en la cadena trófica. No debiera permitirse que se altere la proporcionalidad natural entre recursos presa y recursos predadores. Esto supone mayor investigación y ello requiere financiamiento.


ESTADISTICA

NUMERO DE PESCADORES ARTESANALES
37,727
NUMERO DE DPAs
51
NUMERO DE EMBARCACIONES ARTESANALES
9,667
Fuente: II Encuesta estructural de la pesquería artesanal en el litoral. Imarpe 2005

Características
- Alto grado de informalidad
- Acceso limitado al crédito
- Escasa tecnología
- Carecen de medios de preservación a bordo
- Altos sobrecostos por la escasez de recursos tradicionales que los obligan a buscar nuevas y más alejadas zonas de pesca
- Dependencia de intermediarios para efectos de la comercialización de sus captura
- Insuficiente valor agregado a los desembarques
- Insuficiente capacitación y transferencia de tecnología
- Acceso ilimitado a los recursos
- Ausencia de Reglamentos de Ordenamiento Pesquero para casi la totalidad de los recursos objetivos
- Ausencia de información científica sobre los recursos, en especial de los bentónicos.
- Insuficiente seguridad y previsión social
- Desembarcaderos pesqueros inapropiados sanitariamente

Necesidades

Regulatorias:
- Redefinir el concepto de pesca artesanal: la que se encuentra orientada a múltiples especies destinadas al consumo humano directo y utilizando una amplia gama de artes y técnicas de pesca relativamente sencillas, utilizando embarcaciones o sin ellas
- Implementar mecanismos que obliguen al cumplimiento del DS 040, que regula los aspectos sanitarios.
- Incorporación del enfoque ecosistémico a los planes y reglamentos de ordenamiento
- Prohibición de ingreso de nuevos pescadores
- Incorporar a los pescadores artesanales al régimen tributario asignándoles el pago obligatorio por derechos de pesca
- El pescador artesanal cuenta con un régimen de seguridad social que requiere de mayor implementación y adecuar un mecanismo que garantice la recaudación de los aportes. Requiere, además, diseñar un sistema de pensiones

Creación de líneas de crédito orientadas a:
- Modernización de las embarcaciones
- Construcción de embarcaciones adecuadas para la extracción de anchoveta destinada al CHD: bodegas insuladas
- Adquisición de cajas plásticas
- Capital de trabajo

Capacitación y transferencia tecnológica
- Creación de microempresas y cadenas productivas
- Transformación y añadidura de valor agregado a los desembarques
- Administración y análisis de costos
- Comercialización

OBJETIVOS PRIORITARIOS PARA UNA LEGISLACION MODERNA DE LA PESCA:

1. La reducción del esfuerzo pesquero, implica la suspensión temporal de cursos de formación de tripulaciones de embarcaciones pesqueras. Los centros de formación existentes deben reorientar sus programas de capacitación hacia la especialización, actualización y capacitación en nuevas pesquerías y tecnologías para tripulantes y principalmente para desarrollar actividades de acuicultura.
2. Reenfoque de los reglamentos de ordenamiento pesquero hacia una estructura de ordenamiento basada en el ecosistema, e incorporando el concepto de subsistema ecológico por variedad de especies interdependientes.
3. Mejoramiento y adecuación de la infraestructura de desembarque de la pesca artesanal de acuerdo a la nueva normatividad.
4. Capacitación a la pesca artesanal para mejoras en su infraestructura y capacidad de comercialización directa.
5. Redefinir el criterio de pescador artesanal.
6. Estímulos a los proyectos de extracción destinados al consumo humano directo, orientados a la alimentación popular para reducir los índices de desnutrición; de generación de valor agregado; de mejoramiento de las condiciones sanitarias de manipulación del pescado; y de migración a embarcaciones multipropósito.
7. Simplificación y modernización de la legislación laboral para el sector, tanto en la fase de extracción como de procesamiento.
8. Aplicación estricta de las disposiciones contenidas en el Marpol sobre normas para evitar la contaminación, las cuales requieren de la existencia de plantas en tierra que recepcionen y traten los residuos oleosos y basuras provenientes de las embarcaciones.
9. Desarrollar y promover la idea de una pesquería sostenible mediante la aplicación de planes de gestión a largo plazo para las poblaciones de peces, basados en información científica sólida, lo que pondría fin al problema político y social sobre la pesca, sustituyéndolo por objetivos de capturas fijados dentro de limites biológicos y un esfuerzo pesquero adaptado a estos objetivos. IMARPE deberá elaborar un cálculo de capturas en relación con el volumen máximo de peces que pueden pescarse para garantizar que una cantidad determinada de peces adultos suficientemente por encima de los límites mínimos biológicos aceptables permanece en la población de que se trate.
10. Controlar y promover el uso de artes de pesca más selectivos. Controlar que se usen las redes ya reglamentadas.
11. Analizar las implicaciones y consecuencias del calentamiento global y el cambio climático, determinando las posibles consecuencias sobre las poblaciones de peces y las zonas costeras. Presentar conclusiones y recomendaciones para el diseño de un plan estratégico que permita enfrentar esta contingencia climática en las mejores condiciones posibles.
12. Establecer un mecanismo más viable para garantizar la incorporación de los pescadores a los sistemas de previsión y seguridad social.
13. Reglamentación de la ley 27979 que establece régimen laboral para los obreros del sector consumo humano directo.
14. Hacer cumplir las disposiciones legales vigentes que conducen a detener la construcción de embarcaciones destinadas a capturas de recursos plenamente explotados, sobreexplotados o en proceso de recuperación.
15. Incentivar la inversión en maricultura.
16. Impulsar un estudio que conduzca al ordenamiento de las pesquerías bentónicas, actualmente no reguladas y sujetas a una intensa explotación que pone en riesgo su sostenibilidad.

PROPUESTA BASICA

Nueva definición de pesca artesanal

- La extracción se clasifica en:

a) Artesanal, la que se encuentra orientada a:
- Múltiples especies destinadas al consumo humano directo mediante la utilización de redes playeras, trasmallos, redes agalleras, redes fijas, trampas y artes de anzuelo; todas ellas operadas con o sin embarcaciones menores.
- Extracción manual de moluscos y/o crustáceos mediante buceo desde costa o embarcación menor.
- Recolección manual de moluscos y/o crustáceos en la zona intermareal.
Se consideran embarcaciones menores y por lo tanto incluidas en el ámbito de la Actividad Pesquera Artesanal Marítima, a las siguientes:
Botes de fabricación casera y cascos de construcción industrial, propulsados a remo, vela o motor fuera de borda.
Embarcaciones de motor interno cuya eslora no supere los 15 m. debidamente habilitadas por la Autoridad marítima.

b) Industrial, la que se encuentra orientada a múltiples especies destinadas al consumo humano directo e indirecto mediante la utilización de redes de cerco, redes de arrastre, trampas y artes de anzuelo operadas con embarcaciones mayores .

Se consideran embarcaciones mayores y por lo tanto incluidas en el ámbito de la Actividad Pesquera Industrial Marítima, a las embarcaciones de motor interno cuya eslora supere los 15 m.

VALOR AGREGADO Y COMERCIALIZACION

El primer paso es crear la demanda de pescado. Esta se consigue mediante la promoción, publicidad y educación al consumidor efectuada por entidades del Estado mediante diversos programas, entre los cuales se encuentran las ferias semanales, degustación, concursos entre comedores populares y clubes de madre. Actualmente estas campañas están en plena ejecución.
El segundo paso es crear la infraestructura de comercialización minorista. Esto se consigue articulando con los Municipios la asignación de puestos en los mercados y estimulando a los bodegueros a incursionar en la oferta de productos hidrobiológicos de la misma forma que ofertan pollo y carnes.
Creado el interés y ubicada el área física, debe estructurarse créditos para la creación de microempresas que inviertan en infraestructura básica (caseta de madera, congelador y materiales diversos) destinados exclusivamente al expendio de productos hidrobiológicos.
Luego se capacita a los interesados en volverse microempresarios o a aquellos que ya lo son, con programas especialmente dirigidos a la manipulación de pescado y a técnicas de comercialización administrativas.
Este es el paso más importante pues establece la demanda sostenida que pueda absorver la oferta sostenida del sector pesquero artesanal.
El tercer paso, creada la masa crítica de compradores minoristas, es articular la distribución del pescado capturado por la flota artesanal.

La anchoveta o los recursos destinados para consumo humano directo deben sufrir un proceso de congelado en diversas presentaciones, almacenarse y luego distribuirse a través de cámaras isotérmicas hasta el punto de venta final. Otra opción es procesarlos como curados, lo que facilita su distribución.
Sin embargo, es la orientación del mercado la que definirá el tipo de producto por región, por zona, o por ciudad.
Todo este circuito de procesamiento, almacenamiento, distribución, venta, cobranza, etc. corresponde al sector privado el cual verá un nicho de mercado en esta operación, la posibilidad de generar nuevos negocios, y se producirá automáticamente generación de empleo.
El Estado actuará únicamente como el impulsor de la idea, mediante capacitación y financiamiento iniciales para que posteriormente los negocios crezcan y se consoliden por sí mismos.

PROYECTO :

- Apoyar a pescadores artesanales y/o microempresarios que deseen incursionar en un nuevo negocio que consiste en vender productos hidrobiológicos durante todo el año, con la certeza de que habrá un abastecimiento sostenido brindándoles:
- Capacitación y asesoramiento.
- Crédito para capital de trabajo.
- Crédito para bienes de capital y para inversión en infraestructura.
- Apoyar a los pescadores artesanales que deseen ampliar sus objetivos de negocio abasteciendo de pescado de calidad a una cadena de comercialización nacional
- Brindarles capacitación para optimizar las técnicas de manipuleo de pescado a bordo, durante el proceso de desembarque y en el Desembarcadero.
- Brindarles capacitación para la transformación de productos frescos en curados o congelados susceptibles de ser transportados a grandes distancias manteniendo sus condiciones de higiene y salubridad.
- Otorgarles créditos para el mejoramiento de sus embarcaciones, compra de cajas plásticas, insulado de bodegas, capital de trabajo para hielo y artes de pesca.
- Otorgarles capacitación para convertirse en microempresarios y en técnicas de articulación de cadenas productivas que les permita distribuir los productos de su propia extracción y/o transformación.
- Otorgarles créditos para la implementación de nuevos negocios y cadenas productivas que trasladen al consumidor final los productos extraidos, con la menor intermediación posible.
- Realizar una labor de seguimiento y asesoría constante a todos los prestatarios de este programa que asegure el éxito del negocio y garantice la recuperación del crédito.
- Aumentar el consumo de pescado nacional, contribuir en la reducción de la desnutrición, llevar a cabo una propuesta política hasta ahora no ejecutada.
- Mejorar el nivel de vida de los pescadores artesanales mediante la capacitación para acceder a mejores niveles de ingresos.
- Mejorar la calidad y las condiciones sanitarias del pescado que se comercializa a nivel nacional a través de la capacitación correspondiente y del financiamiento necesario.

En esta tarea deben intervenir los Gobiernos Locales y Regionales de alguna forma dado que detrás de este negocio que debe ser rentable para que crezca y se sostenga, hay un componente social que requerirá un apoyo constante de promoción, difusión, transporte en algunos casos de localidades muy aisladas, y compras masivas de producto para las cocinas de las diversas instituciones que dependan de estos gobiernos.

VALOR AGREGADO DEL PROGRAMA

Este programa tiene carácter promocional para que el pescador artesanal mejore su situación socio económica, mediante la generación de valor agregado a su producción y se oriente a actividades derivadas de la extracción y procesamiento, generando externalidades positivas, como:

Movilizar las capturas del sector pesquero artesanal principalmente hacia el interior del país en forma intensiva, sostenida y eficiente.
Contribuir al crecimiento de la economía nacional
Contribuir a la reducción de la desnutrición de la población.
Generar empleo para un sector importante del país.
Proporcionar mayor posibilidad de adquirir proteína barata a los sectores de la población de menores recursos económicos.
Contribuir a que la población objetivo acceda a la modernidad, a mejorar su calidad de vida y al bienestar.
Reducir el ingreso de nuevas embarcaciones a las actividades de extracción al ofrecer nuevas alternativas de ocupación y empleo.
Incrementar a 30 el consumo per cápita de pescado.

PERU: EL MODELO DE GESTION PESQUERA VII

VII
EL TEMA DE FONDO


El tema de fondo a tratar es la magnitud y orientación del esfuerzo pesquero total practicado por la comunidad pesquera.
Es imprescindible establecer mayores limitaciones al esfuerzo pesquero en el futuro inmediato junto con mecanismos que garanticen un mejor aprovechamiento de las reducidas biomasas disponibles.
La pesquería operó por años bajo el régimen de acceso libre, es decir, el que quería pescar lo hacía donde y cuando mejor convenía a sus intereses. En algún momento se prohibió la práctica pesquera de gran escala en una franja marina costera de 5 millas con la creencia que esta medida sería suficiente para preservar los recursos.
Posteriormente se introdujeron nuevos mecanismos de regulación en salvaguarda de las especies obligando a poseer permisos de pesca para realizar faenas pesqueras y así limitar el crecimiento de la flota.
Un primer esfuerzo en dirección a limitar más el esfuerzo extractivo lo constituye el régimen de cuotas establecido para la merluza y para la anchoveta en el Perú y que sustituye al mecanismo de acceso libre a dicho recurso. Debemos esperar que esta modalidad de regulación se haga extensiva gradualmente al resto de las especies y a todos los agentes pesqueros. Tarea nada fácil pero impostergable que requiere además fomentar en la comunidad una actitud respetuosa y responsable frente a los recursos.

El esfuerzo pesquero artesanal se ha desarrollado hasta alcanzar niveles casi industriales haciendo uso y abuso de las normas vigentes. Desvirtuando la esencia del pescador artesanal que pesca con artes manuales, determinadas normas populistas han calificado a un inmenso número de empresarios pesqueros como pescadores artesanales confiriéndoles autorización para actuar y depredar las áreas supuestamente protegidas.
Esta situación amerita ser corregida estableciendo nuevas y más adecuadas regulaciones a la actividad pesquera artesanal. Debe incorporarse la definición de pesca artesanal como la que se encuentra orientada a múltiples especies y utilizando una amplia gama de artes y técnicas de pesca relativamente sencillas, utilizando embarcaciones o sin ellas. Por el contrario, aquellas personas que pescan con asistencia mecánica deberán denominárseles pescadores industriales y estarán sujetos a regulación respecto a las cantidades máximas que están facultados a extraer
Resulta sensato reclamar mayor y mejor investigación científica a fin de introducir mecanismos de manejo pesquero que permitan recuperar los recursos y que beneficien realmente a la población costera.

CONCEPTOS INNOVADORES Y RAZONES PARA INNOVAR EL MODELO DE GESTION

Es importante comprender el concepto de sistema y subsistema ecológico marino.
El sistema ecológico marino peruano comprende la totalidad de los seres vivos, aires y aguas, sus contenidos disueltos o en suspensión, playas, islas, roqueríos y fondos marinos comprendidos dentro de las 200 millas.
Un subsistema ecológico es aquella porción individualizada del sistema ecológico que contiene especies residentes e interdependientes entre sí y que recibe y alberga estacionalmente aquellas que por su calidad migratoria o transzonal se manifiestan e interactúan en él.
En cada subsistema las mencionadas especies se habrán de cuantificar y evaluar para determinar los límites máximos de extracción a fin de no afectar el equilibrio del conjunto. Si bien hay especies residentes comunes a diversos subsistemas, la regulación de su esfuerzo pesquero se hará considerando la biomasa presente en cada cual.

Se justifica implementar la administración pesquera por subsistema ecológico debido a que las especies se ubican en determinados habitats marinos que le son propicios por razones de temperatura, salinidad y contenido de oxigeno, pero principalmente porque satisfacen las tres condiciones elementales de su existir: supervivencia, alimentación y reproducción.
Las especies se desarrollan y subsisten en su respectivo subsistema regulados en equilibrio en virtud de la relación presa-predador. Se comen entre ellos pero el tamaño de las biomasas predadoras guarda relación con las biomasas presa. La mortalidad por pesca sobre un solo recurso, en cambio, desequilibra el subsistema, por lo cual se considera necesaria una extracción diversificada y regulada. En el proceso habrá que aceptar que ciertas especies se reducirán indefectiblemente a cambio del esfuerzo pesquero.
El manejo ecosistémico comprende obviamente también la prevención de la contaminación.
No será fácil encontrar el límite justo a las capturas máximas. Tradicionalmente se ha regulado la pesquería evaluando las especies en forma individual con observancia de los períodos de desove y la edad o talla de la especie objetivo. El manejo ecosistémico implica necesariamente la observancia del impacto que tiene la pesca objetivo sobre las especies dependientes de ella.
El sentido común nos lleva a concluir que el esfuerzo pesquero no debe concentrarse sobre un solo recurso sino que debe practicarse racionalmente sobre las diversas especies presentes en el cada subsistema a fin de mantener un razonable equilibrio.
Se puede innovar en regulación pesquera en beneficio de todos si los diversos estamentos de la colectividad pesquera concordaran sus iniciativas. Debemos superar aquellos prejuicios que nos colocan en posiciones antagónicas cuando en el fondo estamos del mismo lado de la mesa, con una visión que difiere, en todo caso, en la naturaleza y amplitud del conocimiento y experiencia de cada uno.

CONCEPTOS A INCORPORAR

Innovar elaborando un modelo de gestión pesquera que (i) valore comercialmente las biomasas de los diversos recursos pesqueros disponibles y recuperables, (ii) que valore individualmente el impacto socioeconómico de su recuperación y explotación sustentable y (iii) que establezca criterios de prioridad y preferencia de cara a las externalidades negativas que pudieran sobrevenir de la explotación de cada uno de ellos.

Estudiar fuentes alternativas de financiamiento para soportar los costos de una investigación científica adecuada.

Para efectos de control de la pesca ilegal, y a fin de hacer este control menos costoso, se intensifique el control sobre las plantas de procesamiento y sobre el mercado de pescado fresco nacional. El control debiera ejercerse de forma tal que aquella planta que procese pesca que no provenga de embarcaciones pesqueras con cuota asignada y/o debidamente identificada si se tratase de artesanales sea drásticamente sancionada. Sería conveniente incorporar medidas de sanción más drásticas como la pérdida de licencia o cierre de la planta.

Incorporar más flota no mejora el número de jornales puesto que estos están en relación directa a la cantidad de recurso que se extrae.
Si, por ejemplo, se tiene una granja con 100 gallinas que producen 1,000 huevos diarios que sirven para alimentar a un pueblo de 200 habitantes a razón de 5 huevos por persona, incrementar 100 personas más solo permitirá que cada persona en lugar de comer 5 huevos consuma tan solo 3.3 huevos.
Por tanto es el recurso el que define la cantidad de trabajadores y no estos últimos.

La pesca de arrastre no califica de artesanal. Consentirlo impulsa que empresarios se disfracen de artesanales para incluirse como nuevos participes.

La pesca ilegal debe ser combatida y confiscados los aparejos (la red y el winche en caso de arrastre en el caso de la flota de madera de Paita p.e.)

La asignación de las cuotas individuales transferibles es la mejor opción de manejo porque para muchos armadores no será rentable operar sus embarcaciones en una operación de pesca que puede resultar muy costosa. Por tanto es lógico que prefieran vender o transferir su cuota a aquellos armadores que por la naturaleza de sus embarcaciones y/o experiencia de sus patrones puedan asumir el riesgo de una faena de pesca en mejores condiciones.
Asignar cuotas individuales de pesca deviene en una necesidad a fin de que el sector se regule por sí mismo permitiendo salir a pescar a las embarcaciones más eficientes.

Asumir como necesaria una mayor investigación y también, si fuese posible, por científicos investigadores independientes que permitan llegar a las mejores conclusiones en los temas que tendrán impacto en las decisiones de ordenamiento que deberán adoptarse en el futuro cercano.
Una novedosa forma de democratizar el acceso a los principales recursos y generar simultáneamente fondos para la investigación es que del total de las cuotas anuales a repartir, el Estado se reserve el 10% de la misma, la cual sería subastada al mejor precio. A esta subasta podría acceder cualquier armador o persona con cuota o sin ella, lo que le daría un libre acceso limitado y generaría un fondo proveniente del mismo sector, no del Estado, que puede asignarse a actividades de investigación más profunda.

Es posible innovar en la extracción mediante la administración dinámica de caladeros o zonas de pesca.

La Administración no debe rehabilitar permisos de pesca incursos en caducidad por causales económico-financieras. Hacerlo impulsa la negociación de intangibles en desmedro de los participes activos (reduce los índices de participación individual y penaliza a aquellos que se sometieron a las restricciones del esfuerzo por la recuperación del recurso.)

En los últimos 30 años el escenario pesquero ha cambiado radicalmente. Los indicadores lo evidencian:
- Menores volúmenes y menores tallas en las capturas,
- Los pescadores costeros se han convertido en pescadores de altura o proveedores de la industria harinera.
- Los botes y aparejos artesanales tradicionales se han reconvertido y mecanizado
- La capacidad de bodega y el esfuerzo pesquero se multiplica
- El número de partícipes aumenta.- Las temporadas de pesca exitosa de acortan
- Persiste la ilusión del pescador de tomar riqueza del mar y aumenta su frustración.

Debe entenderse que la pesca industrial y la pesca artesanal son actividades humanas que provocan mortalidad y por tanto afectan la estructura poblacional de los recursos hidrobiológicos. La tendencia de la población costera por apostar por la extracción debe ser revertida. La percepción es errada y debido a desinformación.
La Administración debiera impulsar una corriente de opinión al respecto.

El recurso pesquero no aumenta en función de la demanda.

La Ley de Pesca tiene carácter promocional y ello debe cambiar; la Ley debe volverse regulatoria, limitativa y exclusivista, aún cuando aquello parezca impopular.

Pescar no podrá ser un derecho sino debe ser considerado un privilegio. El privilegio será de unos pocos que se obliguen a sacar la cantidad justa que garantice la sostenibilidad de las especies al menor costo en beneficio de la alimentación humana. Resulta ineludible motivar un giro en la investigación y en la política de recuperación de muchos recursos.

Un enfoque pragmático, que considere el efecto de la complejidad ecológica, y que al mismo tiempo evite la indiscriminada adición de detalles a modelos matemáticos de competencia (entre especies), es la mejor manera de proporcionar asesoramiento científico sobre cuestiones que requieren una acción urgente.

Cuando todos los indicadores señalan que los recursos pesqueros en un área están en decadencia, cuando se han aplicado las propuestas formales sin éxito, es tiempo de innovar, de ser pragmático y reconocer que no hay verdad absoluta.
Los medios del Estado deben orientarse a la educación, a la capacitación y al asesoramiento previos antes de brindar apoyo financiero a la población pesquera. No debe estimularse la formación de más tripulantes ni más pescadores, ni más embarcaciones, sino perfeccionar a los actuales, convertirlos en añadidores de valor agregado, llevarlos a la creación de cadenas productivas, hacerlos microempresarios que construyan una cadena que lleve sus productos por todos los rincones del país.

Los peces constituyen un recurso natural, biológico, móvil y renovable. Su reproducción no requiere la intervención humana ni implica ningún costo. La pesca está sujeta a la disponibilidad de los recursos. La existencia de demasiadas embarcaciones pesqueras acarrea la sobreexplotación y la disminución de las poblaciones. La reducción de la flota debe ser un objetivo fundamental de la política pesquera.

Cada pez capturado deja de estar disponible para los demás pescadores. Cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás pescadores, artesanales o industriales. Por tanto, a mayor cantidad de pescadores, menos capturas para cada uno, sobre todo en un escenario de pesquerías plenamente explotadas. Por tanto, la pesquería no debe admitir más participantes.
Las poblaciones de peces no se reproducen con la celeridad y en los volúmenes necesarios para permitir que intervengan nuevos pescadores, sean artesanales o industriales. La dependencia y vulnerabilidad de los pescadores respecto de las actividades de los demás pescadores actuales es inevitable. Con mayor razón si entran nuevos.
Lo prudente sería evaluar la magnitud de las biomasas explotables y valorizarlas, deducir el costo de extracción y conocer la renta neta a que pueden aspirar los que pretenden emprender la aventura de pescar. De este análisis resultará una primera información útil que les permita evaluar si salir a pescar es negocio o si ya dejó de serlo hace mucho tiempo debido a que los recursos pesqueros van disminuyendo en la medida que el esfuerzo pesquero se va incrementando.
Los pescadores artesanales y los pescadores industriales están compitiendo, por obtener el derecho a la pesca a través del uso de mayor tecnología, rapidez y posible conocimiento del mar y de sus peces. En una competencia, donde todos los pescadores entran a pescar libremente, los más perjudicados serían los actuales pescadores, tanto artesanales como industriales porque cada vez tendrían menos recursos para extraer y menos días de pesca.
Por tanto, la pesca no puede ser de libre acceso. Para evitarlo es necesario establecer cuotas anuales y cuotas individuales, así como el pago de derechos de pesca según el tipo de embarcación que posea el pescador, la capacidad de pesca del mismo y la especie a pescar.

Las especies en mayor peligro, como la anchoveta y la merluza, serán un poco más costosas.
Una embarcación de alta tecnología, que posea un gran volumen de pesca, debe pagar un precio mayor a la que pagaría un pescador artesanal, con un volumen menor de pesca.
La idea es que los pescadores artesanales, paguen un valor, aunque sea simbólico, mientras los demás pesqueros paguen un valor significativo. Tampoco se quiere encarecer el producto en el mercado, sólo controlar el acceso a la pesca y a ciertas especies, mientras se trata de normalizar la población de cada una de ellas.
Es necesario reforzar la labor la Dirección de Capitanías y Guardacostas en sus tareas de control marítimo y de la autoridad de pesquería que debe controlar que cada pescador cumpla con la cuota asignada. En caso de que un pescador, llegará a capturar más de lo debido o pescara algún recurso que no haya sido asignado, se le sancionará fuertemente. Además, la Dirección de Capitanías y Guardacostas debe detectar cualquier embarcación extranjera o local, que no posea los papeles o el permiso necesario para la pesca.

Los pescadores artesanales realizan capturas sin pagar ningún derecho de pesca, y los industriales pagan muy poco, lo que afecta considerablemente el manejo y la administración de los recursos pesqueros.


UNA PESQUERIA SUSTENTABLE

Las poblaciones de peces son un recurso común, que forma parte de un patrimonio común que debe gestionarse colectivamente. Para garantizar una pesquería sustentable, cuidadosa del medio ambiente y responsable con el ecosistema, hay que tener en cuenta no sólo el volumen de extracción, sino también las tallas, el tipo de especie, las técnicas de captura utilizadas y las zonas de extracción.
La abundancia de las poblaciones de peces varía en función de factores que aún no se conocen suficientemente. Por tanto, es válido aplicar un enfoque precautorio a la hora de determinar cuotas de pesca y asignar permisos de pesca.
La pesca tiene repercusiones medioambientales inmediatas en las poblaciones comerciales de peces, crustáceos y moluscos capturadas, pero los artes de pesca afectan también a aves, mamíferos marinos, reptiles (tortugas) y organismos que viven en el mar.
Las medidas que inciden en la abundancia de las poblaciones de peces no sólo repercuten en las especies que se pescan sino también en sus depredadores (los peces que se alimentan de ellas), en las especies que compiten con ellas y en sus presas.
Estos cambios pueden influir a su vez en la reproducción de las aves y de los mamíferos marinos si el alimento de que disponen sufre una reducción demasiado drástica. La única garantía de una pesquería sustentable es:
Aplicar un enfoque precautorio en la asignación de cuotas anuales de captura, profundizar la investigación para que las propuestas técnicas de volumen de la cuota sea lo más acertada posible y cerrar totalmente el acceso a las pesquerías impidiendo el ingreso de nuevos pescadores.
Aplicar al entorno marino un "enfoque de ecosistema" basado en:
· la necesidad de tener en cuenta la interacción entre las cadenas alimentarias;
· la protección del entorno químico, físico y biológico necesario para la buena salud de los ecosistemas.

LA CALIDAD DEL PRODUCTO HIDROBIOLOGICO

La autoridad debe establecer normas de salud y protección de los consumidores con respecto a los productos de la pesca.
El sector pesquero necesita instalaciones adecuadas para los desembarques y el mantenimiento de las embarcaciones, desembarcaderos pesqueros y tratamiento de pescado que deben estar sujetas a estrictas condiciones de higiene. El sector extractivo no puede sobrevivir sin inversiones en estas áreas del negocio.
La modernización de la flota es necesaria para aumentar la seguridad, mejorar las condiciones de higiene a bordo de las embarcaciones pesqueras y facilitar la adopción de métodos de pesca selectivos.
Independientemente de que procedan de las capturas en el mar o de la acuicultura, el pescado y el marisco tienen que ser manipulados, preparados y transformados para su comercialización. La transformación incluye operaciones tan diversas como la congelación, el fileteado, el salado, el secado, el ahumado, o el enlatado.
La comercialización del pescado requiere unas estructuras especiales, entre las que se cuentan los desembarcaderos, los almacenes frigoríficos, los mercados al por mayor y los puntos de Vesta minorista.
Los desembarcaderos pesqueros tienen que reformarse con objeto de que las operaciones de desembarque, manipulación y comercialización del pescado se efectúen en las mejores condiciones posibles, especialmente sanitarias. Además, las embarcaciones precisan una gama de servicios cada vez mayor en los puertos. Para hacer frente a estas necesidades, se requiere un importante volumen de inversiones.
La política pesquera debe orientar actividades de promoción con objeto de estimular el consumo de pescados y mariscos que no están sobreexplotados o que el público no conoce bien. Se han emprendido campañas para exponer los beneficios que puede aportar la introducción del pescado. Pero falta articular debidamente las acciones para crear una oferta de pescado sostenida que permita la creación de microempresas comercializadoras a todo lo largo del país. Puede implementarse asistencia financiera para la implementación de micro empresas, participación en ferias y exhibiciones comerciales, en programas de certificación de la calidad y en estudios de mercado.
De igual forma, pueden concederse ayudas para las medidas que emprendan las organizaciones de pescadores con objeto de promover la calidad de los productos pesqueros o de mejorar la gestión.

EL PLAN DE ACCION DE BALI

El Perú, como economía miembro del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), ha sumido y asume compromisos internacionales derivados de las diferentes reuniones APEC y de las diversas agendas existentes
En 2005 el Perú suscribió, en el marco de APEC, el Plan de acción de Bali (BPA). El BPA es el marco del APEC para asegurar el desarrollo sostenible del medio ambiente marino y de sus recursos, obteniendo al mismo tiempo beneficios económicos sostenidos provenientes de los océanos.
Debe considerarse como prioritario que el Estado le de continuidad a los puntos de agenda de las reuniones APEC, en especial al Plan de Acción de Bali. Esta continuidad es fundamental desde el momento en que el Perú asume compromisos internacionales que deben ser ejecutados y cumplidos en el tiempo, así como explotar al máximo las posibilidades que ofrece APEC en todo nivel.
Los puntos centrales de este compromiso internacional, y que el Perú debe cumplir en forma orgánica son:
I. asegurar el manejo sustentable del ambiente marino y sus recursos;
II. generar beneficios económicos sostenibles de los océanos; y,
III. permitir el desarrollo sustentable de las comunidades costeras.

PERU: EL MODELO DE GESTION PESQUERA VI

VI
LA PERSPECTIVA ECOSISTEMICA


La buena nutrición de un pez es fundamental para su crecimiento y desarrollo. La mala alimentación tiene como consecuencia peces débiles y con un crecimiento lento e incluso nunca llegarán al tamaño comercial.
En la extracción se debe incorporar como objetivo la regulación de la explotación de los diversos recursos en función su coeficiente de participación en la cadena trófica. No debiera permitirse que se altere la proporcionalidad natural entre recursos presa y recursos predadores. Esto supone mayor investigación y ello requiere financiamiento. A esto se refiere el término enfoque ecosistémico.
La sobrepesca de túnidos en los 40's y 50's retiró del ecosistema peruano los mas importantes predadores de la anchoveta. Ello indujo el notorio "crecimiento" de la biomasa de la anchoveta al supervivir un mayor número de individuos, circunstancia que impulsó decididamente a la industria harinera de ahí en adelante.
Las "milagrosas" recuperaciones ocasionales de la biomasa de anchoveta observadas en los siguientes 50 años, están asociadas a la reducción o desaparición de otras biomasas de predadores.
El auge actual de la biomasa de pota se explica como consecuencia de la sobreexplotación del último predador mayor y significativo que quedaba en el gran océano: el tiburón.

Es necesario asumir el manejo integral del ecosistema marino de Humboldt en todos sus componentes.
No se trata de cambiar personas, sino de cambiar mentalidades, de cambiar un modelo que a todas luces se perfila como inadecuado. No se puede revalidar o reconvertir el modelo. Es necesario evaluar los daños causados a las pesquerías y realizar las verdaderas innovaciones y cambios de fondo y no hacer adaptaciones o mejoras para revertir los daños; pues no es esto lo que requiere el ecosistema intervenido y averiado.
Esto se lograra cambiando el modelo, asumiendo un concepto que contemple un desarrollo sostenible. Se trata de replantear el sistema y de asumir posiciones críticas; ya que ser críticos es la posibilidad de construir diferentes opiniones en una democracia.

ENFOQUE ECOSISTEMICO

Hace tiempo se habla de enfoque ecosistémico, se habla de que tenemos una pesquería sostenible, pero en términos prácticos ¿cuáles son las acciones concretas y evidentes en procura de alcanzar el enfoque ecosistémico de la pesquería? De alguna forma entendemos el concepto pero no como aplicarlo. La anchoveta sigue siendo el principal recurso del mar peruano, pero carece de un reglamento de ordenamiento pesquero. El órgano científico basa sus recomendaciones de manejo en modelos estadísticos pero no se expande en investigaciones sobre la debida alimentación de las especies predadoras de la anchoveta para poder entender mejor cuanta anchoveta debe reservarse para alimentar a las otras especies de las cuales se nutre el circuito de la extracción artesanal hasta llegar al consumo humano directo, especialmente el de nuestra propia población. O para zonificar la extracción.

Los parámetros y conceptos sobre los cuales se basan la asignación de la cuota anual de extracción no se innovan y seguiremos teniendo la duda de si las cifras son las correctas. Ya la experiencia de la merluza nos dejó el sabor a errores de concepto que causaron la sobreexplotación de la especie y la casi extinción de una industria.

La extracción de anchoveta tiene un impacto sobre las especies de la cadena trófica superior y sobre las aves que se alimentan de ella. Su captura desmedida no solamente puede poner en riesgo su propia supervivencia, sino que afecta al resto de especies que constituyen los recursos destinados al consumo humano directo. Estos últimos capturados principalmente por la flota artesanal.

LA DEBIDA ALIMENTACION DE LOS RECURSOS

La hipótesis de que la mala alimentación de algunos recursos es factor importante y responsable de que no alcancen las tallas debidas y que sus biomasas estén disminuyendo, debe ser asumida por el órgano científico como una posibilidad que merece investigación.
Existen antecedentes y experiencias en otras pesquerías en el mundo que confirma la validez de esta hipótesis.
En este escenario ¿se puede asegurar, a ciencia cierta, que se está reservando la suficiente cantidad de biomasa de anchoveta para la conservación de la especie y para el mantenimiento de la cadena trófica superior?

LA MORTALIDAD DE LAS ESPECIES

Dos son las causales más importantes de mortalidad de las diversas especies marinas.
La primera es por constituirse en presa, es decir por servir de alimento de otras especies.
Esta causal de mortalidad es natural y se desarrolló en relativo equilibrio por miles de años. Determinó el proceso evolutivo al inducir mejores características y aptitudes para sobrevivir en las diversas biomasas, depurando a los especimenes incompetentes o débiles y potenciando los más fuertes y capaces.
Éstos desarrollaron diversas facultades particulares para alimentarse y sobrevivir. Para alcanzar sus presas, huir o refugiarse de sus predadores unos se tornaron veloces y desarrollaron fuerte musculatura y capacidad de acumular grasa corporal como reserva energética, otros permanecieron magros y sedentarios, buscando refugio en el mimetismo, los roqueríos y profundidades. Desarrollaron lomos de color oscuro para no ser distinguidos desde lo alto y panzas blancas para confundirse con la luminosidad de la superficie al ser observados desde el fondo, para citar algún ejemplo.

La segunda causal de mortalidad es provocada por el hombre, la pesca, y es con certeza la más preocupante. Se potenció hace no más de 60 años gracias a la tecnificación y ha diezmado en tan breve plazo inmensas biomasas objetivo y en forma indirecta a las especies dependientes de ellas.
La maquinaria pesquera no sólo se vuelve más grande sino que se hace cada vez más numerosa. Las especies no soportan el esfuerzo pesquero moderno y declinan violentamente. Ello obliga a adoptar medidas más severas de limitación y control de la extracción y al cambio de las políticas de acceso a la pesquería en pro de la subsistencia de los recursos.

Algunos sostenemos que se sobrepesca la anchoveta y que los niveles consentidos por décadas han diezmado en forma indirecta las biomasas de peces destinados al consumo humano.
Un ajuste en sus límites máximos de captura por zonas geográficas que garanticen reservas alimenticias para las demás especies presentes en éstas es una opción a tener en cuenta.

PERU: EL MODELO DE GESTION PESQUERA V

V
LA PERSPECTIVA ALIMENTARIA


SOBERANIA ALIMENTARIA

Estamos lejos de una noción de soberanía alimentaria. Dicha noción se entiende como el derecho de los pueblos a alimentarse en correspondencia con sus especificidades sociales, económicas, ambientales y culturales. Dentro de un concepto de perspectiva holística del sistema alimentario, donde el alimento sea disponible y autosuficiente. Es decir con posibilidades de su compra en mercados justos, con calidad y cantidad de alimentos sanos y libres de todo tipo de contaminaciones.

La soberanía alimentaria supone un cuidado sostenible de los recursos naturales.

La soberanía alimentaria será una realidad, el día en que el mundo se libere de los uniformes globalizadores del sistema. El día en que se adopten las medidas políticas para poder lograr una pesquería de manejo ecosistémico que permitan al país asegurar su soberanía alimentaria. Cuando los peruanos logren comer de acuerdo con su hambre, de una manera sana y en paz con la naturaleza; cuando los peruanos coman primero las proteínas que produce su propio mar antes que los mercados extranjeros; cuando los peruanos encuentren los mismos incentivos para vender alimentos al mercado nacional que al mercado externo. Cuando los peruanos entendamos que los recursos pesqueros no son inagotables y que no debemos orientarlos hacia producciones masivas para enviarlos al exterior mientras haya un solo niño peruano hambriento, solo ese día el país lograra ser justo y podrá entender el término soberanía alimentaria, que en su mejor concepción podría definirse como la capacidad de alimentarnos a nosotros mismos exportando nuestros excedentes y no la inversa.

El potencial pesquero que Perú posee por sus posibilidades de extracción del recurso anchoveta, lo coloca en una posición privilegiada dentro del contexto mundial.

El mar peruano todavía ofrece varias especies abundantes que son muy poco utilizadas por la industria o consumidas por el público. No son atractivas para su explotación porque es más cómodo vender anchoveta para la harina.

La administración pesquera tiene una tarea delicada para encontrar un equilibrio permanente entre las lógicas de alimentación nacional y las lógicas del mercado.

UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA

Exportar recursos naturales no renovables como los mineros y recursos renovables como los agrícolas tienen una connotación diferente a la exportación de recursos pesqueros.

La exportación de espárragos, alcachofas o mangos, por ejemplo, no es igual que la exportación de pescado.
La exportación de los primeros es útil para la economía del país en la medida que su consumo interno no es trascendente para la aliviar la desnutrición ni para asegurar la ingesta proteínica de nuestra población.
La exportación de los recursos hidrobiológicos sí tiene un efecto directo sobre los niveles de nutrición y alimentación básica de nuestra población en la medida en que, si bien es cierto son recursos renovables, su renovación está sujeta a serios riesgos. Uno de ellos es que la extracción de algunas especies perjudique la capacidad de renovación de las poblaciones que dependen de aquellas para su propia alimentación.

No parece ser la mejor opción arriesgar o comprometer nuestros recursos de alimentación en beneficio de otras poblaciones. Sin dejar de ser solidarios con poblaciones que requieren de mayor aporte de proteína, la obligación primaria del Estado es asegurar la alimentación de nuestra población y recién entonces exportar los excedentes.
Vivimos una época diferente provocada por el cambio climático y la crisis alimentaria. Nuestro mundo no es el de hace 10 años. Es necesario afrontar estos nuevos escenarios con criterios diferentes, con nuevas concepciones que vayan mas allá del libre mercado y de la globalización que, en materia alimentaria pareciera favorecer más a los demás países que al nuestro.

Un mundo nuevo ha empezado a comer y no hay para todos”, afirma José María Sumpsi, subdirector General de la FAO. Y explica que el tema se basa en una “asimetría” entre oferta y demanda: “No se esperaba que los países emergentes -China, India, Indonesia, Brasil- creciesen tanto, y se han expandido a un ritmo anual del 10%-12%. Eso ha producido una explosión de la demanda. No estábamos listos”.

El mercado no puede resolver el problema. Hay una imposibilidad para acceder a los alimentos por parte de amplias poblaciones que no pueden pagar los precios actuales. La solución no puede ser más libre comercio porque más libre comercio implica más hambre y menor acceso a los alimentos. El empresario privado optará siempre por vender sus productos con mayor valor agregado al mejor precio y al mejor postor. En esa lógica de pensamiento siempre encontrará en la exportación un mercado dispuesto a pagar caro por alimentos o materia prima para producir alimentos gourmet que satisfagan no necesariamente el hambre sino exigencias gastronómicas. El ciudadano pobre que solo requiere proteína barata tenderá a ser excluído de esa lógica de mercado.

Los alimentos serán, en el corto o mediano plazo, un recurso escaso que podría convertirlos en recursos estratégicos para negociar no solo mejores precios sino condiciones más favorables para el desarrollo del país.
La visión debiera ser la de utilizar nuestra producción de recursos hidrobiológicos prioritariamente para nosotros mismos, proteger su renovación y crecimiento aplicando enfoques ecosistémicos, y exportando solamente aquellos que excedan a nuestras necesidades.

La acuicultura y la maricultura se presentan como las mejores opciones, sino las únicas, para la exportación. No así la pesca de captura. Esta última siempre ofrecerá precios más accesibles a nuestra población por lo cual deben destinarse prioritariamente al mercado interno. Las primeras, por su alto costo de inversión y producción, serán siempre de mayores precios y por tanto inaccesibles para la mayoría de nuestra población. Por tanto son las únicas que merecen ser promocionadas como atractivas para posibles inversionistas.
La pesca de altura, para poder explotar en mejores condiciones la captura de jurel, deberá ser promovida. Esto solamente será posible con una flota congeladora que asegure una oferta permanente para la población nacional.
La pesca artesanal, la única que realmente abastece de productos hidrobiológicos el mercado nacional, solo podrá ser potenciada en la medida que se protejan las biomasas de peces costeros, los cuales tradicionalmente fueron capturados por los artesanales y quienes hoy cada día encuentran menos especies que extraer.

Con una oferta permanente de jurel procedente de la pesca de altura congelada a bordo, más una oferta regular y adecuada de especies provenientes de la pesca artesanal, corresponde estimular la creación de cadenas productivas y de comercialización que permitan el flujo regular y constante de productos hidrobiológicos hacia todo el interior del país, generando empleo y más y mejores posibilidades de alimentación.

“El Presidente de la República, Alan García Pérez, señaló que la posición de su gobierno es que el gas natural sea utilizado primero para el mercado y la producción interna, y dependerá de los futuros gobiernos si este recurso o sus derivados se venden a otros países, dejando en claro que no se venderán durante su gestión” (Del diario Expreso del domingo 8 de Junio 2008)
Si el gobierno asume, en el caso del gas, que es lógico y natural primero satisfacer la demanda interna y exportar tan solo los excedentes, ¿porque no asumir el mismo criterio en la exportación de alimentos hidrobiológicos?

La cada vez mayor escasez de especies de consumo tradicionales como el congrio, el mero, la corvina, etc., indican que hay menos peces. Por eso, salvo una que otra especie, el pescado es caro en un país que se dice "pesquero". Los pescadores artesanales cada vez tienen que adentrarse más en el mar para pescar algo con toda la secuela de problemas que ello les genera. Si dejásemos de capturar tanta anchoveta podríamos probablemente permitir que las biomasas del resto de especies predadoras de la anchoveta crezcan y se multipliquen.

En la reunión de la FAO en Roma, Jacques Diouf dijo que la demanda mundial de alimentos se duplicara de acá al 2030. Para ese entonces y conforme la crisis alimentaria se agudice, tendríamos mejores posibilidades de atender esa demanda a mejores precios y en mayores volúmenes. Una vez alimentados nosotros y asegurada nuestra propia alimentación podremos empezar a exportar.

Esto requiere de una visión de largo plazo y de una política de Estado. Y también tomar decisiones realistas sobre el escenario actual de la extracción de anchoveta, la industria de harina de pescado y su verdadera contribución para con el país.
La extracción de anchoveta tiene un impacto sobre las especies de la cadena trófica superior y sobre las aves que se alimentan de ella. Su captura desmedida no solamente puede poner en riesgo su propia sobrevivencia, sino que afecta al resto de especies que constituyen los recursos destinados al consumo humano directo. Estos últimos capturados principalmente por la flota artesanal.
La captura de volúmenes tan grandes de este pequeño pelágico está orientada casi en su totalidad para la producción de harina, que tiene como destino principal su empleo en acuicultura.

El sector pesquero peruano muestra, en conclusión, tres tendencias muy claras:
(a) se centra en la producción de harina de pescado para exportación, para lo cual se ha realizado en el tiempo, una importante inversión en capacidad instalada;
(b) minimiza el potencial de la pesca como proveedor de alimentos para su propia población;
(c) se orienta hacia el mercado de exportación, priorizando la necesidad alimentaria del habitante de otros países.
Estas características se mantienen constantes en el país.

En este escenario ¿se puede asegurar, a ciencia cierta, que se está reservando la suficiente cantidad de biomasa de anchoveta para la conservación de la especie y para el mantenimiento de la cadena trófica superior?
Lo que sí podemos asegurar, es que la mayor parte de la extracción se destina a la exportación.
Exportamos harina de pescado para alimentar peces cultivados en otros países, exportamos congelados a otros países para alimentar a otras poblaciones, y exportamos conservas a otros países para alimentar también a otras poblaciones.
Lo que no se puede exportar se destina al mercado nacional. Además, lo que no satisface los estándares de calidad de los mercados internacionales, se traslada al mercado nacional.
La pesca de consumo en estado fresco, por sus volúmenes y por cuestiones de mercado, se destina a la población nacional. Si tuviese demanda internacional con toda seguridad se exportaría.


EXPORTACION, DESARROLLO Y REGULACION

El último informe de la FAO sobre la pesca y la acuicultura (SOFIA 2006) dice:

“El examen general de la situación de las poblaciones y grupos de poblaciones sobre los que se dispone de información confirma que las proporciones de las poblaciones sobreexplotadas y agotadas se han mantenido inalteradas en los últimos años, tras el notable aumento observado en los decenios de 1970 y 1980. Se estima que, en 2005, lo mismo que en años anteriores, alrededor de la cuarta parte de los grupos de poblaciones que son objeto del seguimiento de la FAO se hallaban infraexplotados o moderadamente explotados (3 por ciento y 20 por ciento, respectivamente) y quizás podrían producir más. Alrededor de la mitad de las poblaciones (52 por ciento) se hallaban plenamente explotadas, por lo que producían capturas en sus límites máximos sostenibles o cerca de ellos, sin ninguna posibilidad de aumentar. La otra cuarta parte restante consistía en poblaciones sobreexplotadas, agotadas o en recuperación de una situación de agotamiento (17 por ciento, 7 por ciento y 1 por ciento, respectivamente) y que, por lo tanto, rendían menos de su potencial máximo debido a la excesiva presión de pesca ejercida en el pasado. A causa de ello, no había ninguna posibilidad de crecimiento a plazos medio y breve, mientras que existía un riesgo mayor de ulteriores descensos que implicaba la necesidad de recuperación”.

“Las áreas del Pacífico noroeste y sureste siguen figurando entre las más productivas. En cuanto a las tres áreas, en su mayor parte tropicales (océano Índico oeste y este, y Pacífico centro-oeste), para las que la FAO pronosticó hace diez años que habría todavía margen para el desarrollo de la pesca”. “La anchoveta peruana, cuya producción totalizó unos 10,7 millones de toneladas en 2004, es con mucho la primera de las diez especies marinas más capturadas”.

“La mayor parte de las poblaciones de las diez principales especies, que en total representan en volumen un 30 por ciento de la producción mundial de la pesca de captura, se hallan plenamente explotadas o sobreexplotadas, por lo que no cabe esperar que sus capturas aumenten de forma importante. En efecto, las dos principales poblaciones de anchoveta (Engraulis ringens) del Pacífico sureste se hallan plenamente explotadas y sobreexplotadas”.

http://www.fao.org/docrep/009/A0699s/A0699S04.htm#4.1.1

“El pescado y los productos pesqueros son el alimento con el que se realiza más comercio en el mundo. El 38 por ciento (equivalente de peso vivo) de la producción anual, que se estima en unos 140 millones de toneladas en 2004, va a parar al mercado internacional. Más de la mitad de este comercio, contabilizado según su valor, tiene su origen en países en desarrollo, en los que representa una importante fuente de ingresos en divisas, además de dar empleo a muchos millones de personas en el sector pesquero”.
(Nota: Sin embargo no se analiza el impacto de la extracción sobre el país exportador, la cual afecta a las posibilidades de alimentación nacional, privilegiando la alimentación del país importador).

“Los países desarrollados recibieron alrededor del 81 por ciento del valor total de las importaciones de pescado, que se estimaron en más de 75 000 millones de dólares EE.UU. en 2004. Alrededor del 74 por ciento (en valor) de estos productos fueron importados por la Unión Europea, Japón y los Estados Unidos de América, que dominan el mercado mundial, tanto en lo relativo a los precios como en los requisitos para acceder al mercado”.

“Aunque los suministros de pescado procedentes de la pesca de captura se han estancado con el paso de los años, la demanda de pescado y productos pesqueros ha continuado aumentando. El consumo ha aumentado a más del doble desde 1973, y la demanda creciente ha motivado de manera constante un aumento intenso de la producción de acuicultura, que se estima en 45 millones de toneladas en 2004, es decir un 32 por ciento de la producción mundial total de pescado, cuando en 1970 apenas era un 3,9 por ciento”.

“Como resultado de la globalización y la expansión del comercio internacional de alimentos, el sector de la alimentación ha experimentado una importante consolidación y concentración en los países industrializados. Esto ha llevado al surgimiento de un número inferior de empresas de alimentación poderosas, con una importante capacidad de negociación frente a otras partes situadas en eslabones anteriores o posteriores de la cadena de suministro. Aunque la venta al por mayor y las cadenas de restaurantes influyen de manera importante en la distribución del pescado en muchos países, el poder se ha desplazado hacia los detallistas como resultado del aumento de la consolidación de éstos, entre otras cosas en cadenas de supermercados, y del crecimiento de los bienes producidos con un etiquetado privado o del detallista. Este sistema de supermercados se está extendiendo rápidamente a los países en desarrollo de América Latina, Asia y África”.

http://www.fao.org/docrep/009/A0699s/A0699S07.htm

El potencial pesquero que Perú posee por sus posibilidades de extracción del recurso anchoveta, lo coloca en una posición privilegiada dentro del contexto mundial. Sin embargo, más allá del análisis económico se hace necesario una reflexión más profunda que vaya más allá de la aritmética de la economía global.
El mar peruano todavía ofrece varias especies abundantes que son muy poco utilizadas por la industria o consumidas por el público.

En el juego del mercado, del libre comercio y de los planes de negocio de cada empresa, cada cual es libre de destinar su inversión a donde crea más conveniente y adecuado para sus intereses financieros.

El Estado no interviene nada más que dando el marco regulatorio dirigido a cumplir metas de control biológico y de protección. Las medidas comúnmente aplicadas son: las vedas, las cuotas, limitaciones al tamaño mínimo, control de artes y sistemas de pesca, etc. El objetivo de este ordenamiento es la preservación de las especies más explotadas, restringiendo la presión sobre su biomasa en etapas críticas.

Todo el movimiento exportador genera ganancias, y se realiza dentro de las normas legales vigentes; pero se hace con un recurso natural que es patrimonio de la Nación y que debe ser regulado por el Estado para que alcance a todos sus propietarios, o sea todos los ciudadanos peruanos. Es por eso que existen los impuestos y los derechos de pesca.

El problema es que analizando las cifras de los últimos diez años, se aprecia que muy poco beneficio práctico y real ha sido trasladado a los habitantes del país, por lo menos en términos de alimentación.

Las condiciones de equilibrio económico se encuentran muy ligadas a las condiciones legales de quienes poseen acceso al recurso.
En situación de libre acceso el equilibrio se producirá cuando el ingreso por unidad de captura se iguala al costo promedio; esto es, cuando el ingreso total sea igual al costo total. ¿Qué significa esto? que los armadores y pescadores actuarán hasta que los ingresos sean iguales a su costo; o hasta que la renta de las pesquerías de sus stocks sea cero o se disipe.

Estas circunstancias permiten subrayar lo siguiente:
a) Cada armador y pescador posee como criterio básico y principal el hecho de que no tendrá en cuenta el resultado de sus decisiones sobre el bienestar de la sociedad;
b) No tiene en consideración el rendimiento del resto de los pescadores o armadores, ni el crecimiento o situación del stock;
c) El armador o pescador bajo libre acceso no tiene incentivos para considerar dichas cuestiones, ya que lo no capturado por él, será capturado por otro.

En consecuencia, cada armador, cada empresa pesquera, cada pescador, actuarán guiados por la maximización de su renta individual que le garantiza obtener un ingreso neto superior al que le correspondería en otras actividades alternativas.
En la medida que la industria pesquera peruana posee una capacidad de capturas muy superior a la tasa a la que los ecosistemas pueden reproducirse, significa que los recursos hidrobiológicos así como el capital no se están utilizando eficazmente.
De la misma forma, la globalización ha formalizado la desviación de la mayor parte de la producción pesquera de los mercados locales y nacionales hacia los mercados de exportación, lo que crea una triple preocupación:
a) Cómo se distribuyen los beneficios;
b) Como repercute y qué efectos genera sobre los recursos hidrobiológicos, debido a la intensa presión sobre los mismos.
c) Cómo afecta a la alimentación nacional el desvío de sus recursos alimentarios hacia el extranjero.

La rápida innovación tecnológica que permite e incentiva el incremento de las capturas debe obligar al Estado a limitar y a imponer controles y límites a la pesquería. La sobreinversión y la sobrecapitalización del sector pesquero no son una responsabilidad del Estado, sino del empresariado. Por tanto el éxito económico de esas inversiones no pueden constituir argumento alguno para ejercer mayor presión sobre las capturas.

De ahí la necesidad de regular y controlar el esfuerzo pesquero, dentro del marco de una Política de Estado que privilegie los intereses de la Nación antes que los extranjeros.
Es necesario llevar a cabo políticas de gestión adaptadas a los principios de precaución y de interés nacional.
En este escenario cabe preguntar si la capacidad de producción de hidrobiológicos del Perú permite incrementar su oferta exportable, que se verá presionada y favorecida por la firma de tratados de libre comercio.
Es evidente que en el caso de harina de pescado producida en base a anchoveta, no habrá posibilidad, (no debería haberla por lo menos) de incrementar las cuotas de captura, por lo cual no habría forma de incrementar estas exportaciones.
En el caso de recursos destinados al Consumo Humano Directo, a menos que se orienten capturas a nuevos recursos o recursos subexplotados, tampoco habría forma de producir un incremento de la oferta.
La única forma de incrementar la oferta exportable, sin afectar al ecosistema marino peruano, sería con productos provenientes de la acuicultura. Esto nos lleva a la hipótesis de que el sector pesquero peruano solamente puede ofrecer posibilidades de grandes inversiones en acuicultura, más no en mayor oferta de productos terminados para exportación procedentes de la pesca de captura.
Queda vigente la cuestión de si es éticamente aceptable exportar proteína a terceros países en circunstancias en las cuales hay una demanda nacional insatisfecha.

El sector pesquero se inscribe y se inserta en el proceso de la globalización, reflejado por la liberalización de los intercambios, de las inversiones y las dinámicas de especialización productiva. El escondido detrás de esto es la direccionalidad hacia la alimentación de otras poblaciones, utilizando al máximo recursos renovables hasta ponerlos en riesgo, mientras nuestra población tiene insuficiencias y carencias alimentarias.

LAS CUOTAS DE PESCA

La teoría y la evidencia muestra que cuando el recurso es de propiedad común no existe ningún incentivo para explotar el recurso en una forma racional, ya que al existir libre acceso a un recurso que es de todos − pero a la vez de nadie - , el pescador buscará apropiarse lo antes posible de él.

Por tanto, los grupos empresariales pesqueros están dando los pasos necesarios para posicionarse en una nueva lógica económica, dispuesta por los procesos de la privatización del mar.
No es extraño asistir a la implementación de “cuotas individuales de pesca” con el objeto de garantizarse el acceso exclusivo a los recursos pesqueros materia de ordenamiento.
Esta línea de acción ya está siendo experimentada en la pesquería de la merluza y de la anchoveta recientemente.
No será sorprendente contemplar la transferibilidad de las “cuotas de pesca”, bien de forma definitiva o bien de forma temporal, por parte de las empresas en función de sus respectivas estrategias.
La ordenación pesquera probablemente va a prestar mayor atención a la problemática de las cuotas de pesca.
Por tanto, tendrán que ser definidos con nitidez todos los detalles de tal forma que, puedan garantizar una estrategia pesquera que contemple los principios de precaución y prevención. Porque en el actual contexto de la globalización se produce una “des-territorialización” de la extracción pesquera, sobre todo en las pesquerías industriales y semi-industriales, cuyas tendencias son a la exportación
Aunque el Estado no ha renunciado a su capacidad de proteger sus recursos pesqueros frente a las estrategias de las empresas, apoyándose en la imposición de reglamentos de ordenamiento y de control, no es menos cierto también que falta mucho por hacer para proteger “nuestros territorios” en función de los intereses de sus pobladores.

Características, ventajas y problemas con respecto a la implementación de la CIP.

Características del sistema

Las empresas pesqueras están sujetas a cuotas por embarcación
Las cuotas son distribuidas de acuerdo con un porcentaje de la Cuota anual
Las cuotas no reemplazan otras medidas reguladoras o de manejo previamente fijadas
La cuota adjudicada a un beneficiario no debe exceder su capacidad de pesca
El acceso es restringido
Las cuotas no son transferibles
Se discrimina entre el porcentaje de la cuota individual respecto a la cantidad de la cuota total anual (puede variar anualmente)
Beneficios esperados
Mitiga el exceso de pesca
Mejora la rentabilidad y los beneficios de los adjudicatarios
Reduce el número de participantes, quedando los más competitivos.
Resulta más fácil el manejo.
Optimiza el capital. Se seleccionan aquellas empresas más productivas, reduciéndose el costo de la pesca, como resultado se logran mayores ingresos.
Lleva a que las empresas mejoren la manipulación y procesamiento del recurso para maximizar su valor, reduciéndose las pérdidas.
Mayor estabilidad para las tripulaciones de las empresas beneficiadas
Problemas
Se presentan serios problemas (sectoriales), en los tramos iniciales de su adjudicación (como y a quien distribuir las cuotas).
Existe el peligro de favorecer a las empresas más grandes en detrimento de las mas chicas. Puede provocar excesiva concentración.
Problemas de desempleo. Al haber menos buques operando habrá menor tripulación. También puede crear desempleo aquellos casos de asociatividad, donde se beneficiaría al dueño del buque cedente pero no a su tripulación
No soluciona el problema de la pesca incidental y el descarte, incluso puede llegar a incentivarlo. Hay que tener en cuenta que el descarte es uno de los mayores problemas en las pesquerías, y la real magnitud de los mismos no siempre se conoce debidamente. De todos modos la CIP no implica necesariamente un aumento en los descartes en comparación con los sistemas tradicionales de administración

La implementación de la CIP puede llevar a la sustentabilidad económica (en el sentido de aumentar la renta pesquera), pero no garantiza la sustentabilidad ecológica, en el sentido de mantener las poblaciones a niveles razonables y dentro de un enfoque ecosistémico. Esta es una de las principales críticas hacia la CIP.
Aumenta los costos del control. Se necesita fiscalizar la captura de cada embarcación.
Hay posibles costos asociados con compensaciones a quienes queden desempleados.
No actúan sobre el establecimiento de un justo precio por el derecho a la extracción del recurso.

Cada vez mas la comunidad internacional esta prestando atención a las áreas marinas protegidas, al respecto, Pauly et al. (1998) han señalado que el manejo de las pesquerías deben enfatizar para las próximas décadas, su recuperación a través de mantener las cadenas tróficas funcionales en grandes áreas marinas protegidas.
Dentro de los objetivos planteados, el más problemático se refiere al empleo, por lo difícil de mantenerlo dentro de los niveles históricos. Ninguna de las medidas de manejo, tanto de manera individual o combinadas lograrán aumentar el empleo, por el contrario el mismo disminuirá, ya que disminuir el esfuerzo de pesca significa, como es obvio, disminuir la actividad. Frente a situaciones de mayor desempleo, solo queda aplicar medidas para paliarlo, y/o buscar sustitutos. Hecho por demás inevitable en la medida que los recursos pesqueros no aumentan en función al número de pescadores ni en función a la demanda.

LOS OBJETIVOS DEL MILENIO

“Aunque el país está, en líneas generales, enrumbado a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), tras los indicadores nacionales se esconden profundas desigualdades. Por ejemplo, los niveles de pobreza, la mortalidad infantil, la mortalidad materna y las tasas de desnutrición en la región andina son dos veces más altas que el promedio nacional. Lo mismo ocurre con los grupos indígenas que viven en la región amazónica, algunos de los cuales están aún en riesgo de extinción debido a enfermedades, desnutrición y degradación ambiental.

Lo que más amenaza los logros de los ODM en el Perú son: la exclusión social, las desigualdades étnicas, la violencia y el abuso hacia los niños y las mujeres, la desnutrición crónica, el VIH/SIDA y la vulnerabilidad ante las emergencias y los desastres naturales. Todo esto da cuenta de la fragilidad del proceso de desarrollo del Perú como país de ingreso medio.

El ODM 1 es erradicar la pobreza y el hambre: La desnutrición crónica aún es alta, con un promedio nacional de 24%, con tasas significativamente más altas en algunas áreas remotas, como el 53.2% en el área rural de Huancavelica. Sin embargo, experiencias impulsadas desde UNICEF con el apoyo del gobierno han logrado algunos progresos importantes en el crecimiento y el desarrollo de niños de menos de tres años en comunidades del Cusco, Cajamarca, Apurímac y Loreto. El nuevo gobierno adoptó como objetivo para los próximos cinco años reducir en cinco puntos porcentuales la tasa de desnutrición crónica.

El Presidente García encabezó dos reuniones estratégicas sobre la desnutrición crónica, que reunió a ministros y a las agencias internacionales. Recibió el Acta de Lima, un compromiso de los Directores regionales de PAHO/WHO, UNICEF y WFP.

Se organizó una reunión internacional conjunta sobre la Desnutrición Crónica. Los organizadores fueron: el Primer Ministro Jorge del Castillo, el Sistema de las NU y el Banco Mundial. Esta reunión ha sido instrumental en elevar la toma de conciencia y el compromiso político entre los presidentes regionales electos para alcanzar el objetivo nacional de reducir la desnutrición crónica en niños menores de cinco años en 5% durante los siguientes cinco años (de 24.1% a 19.1%)”.

http://www.unicef.org/peru/spanish/children.html

LA VOCACIÓN EXPORTADORA

Toda actividad comercial que afecte a la seguridad alimentaria cercena el derecho al alimento, uno de los derechos humanos más básicos.
La OMC y otros acuerdos internacionales que rigen de una forma u otra el comercio internacional de productos pesqueros pueden propiciar situaciones desfavorables para el interés de los países en desarrollo.
La vocación exportadora del sector, coherente con el modelo económico vigente, condena a la población peruana a disponer de una oferta de recursos hidrobiológicos insuficiente y de calidad discutible si la comparamos con la calidad del denominado “producto de exportación”.
Tan selectivo es el asunto que en las etiquetas se pone el término “calidad de exportación” como para reafirmar ante el país y el mundo entero, que en el Perú hay una clara selectividad: lo que se exporta es mejor que lo que se deja para el consumo interno.
Se mantiene un doble estándar de calidad, cuando la tendencia debiera ser a acuñar la frase Calidad Peruana, eliminando esa discriminación injusta y ofensiva.
Tan poca atención se presta al país, que existe un Ministerio de Comercio Exterior, pero no existe un Ministerio de Comercio Interior. Al sistema le preocupa más satisfacer las necesidades alimentarias de los países desarrollados que las necesidades de la propia población.
Aparentemente la tesis es que la seguridad alimentaria peruana no necesita (y por tanto no existe) una política pesquera, pues el mercado se hace o debería hacerse cargo de ella.
En ese orden de cosas, la exportación es más atractiva por los beneficios tributarios que se derivan de ella para los exportadores. El mercado interno carece de similares estímulos. Por tanto es posible hablar de subsidios a la exportación pesquera.

Si bien es cierto que la selección de mercados es una decisión empresarial, también es cierto que el Estado no debería ser ajeno al tema, ya que la alimentación popular es una obligación de la cual no puede evadirse. Por consiguiente, cuando se examinan las exportaciones pesqueras debe analizarse principalmente el modo en el que reducen la disponibilidad de pescado para el consumo nacional. Tanto en forma indirecta (a través de la reducción de la biomasa de las especies forraje como la anchoveta para producir harina), como en forma directa.

Es importante tomar en cuenta que aunque el Perú tiene una participación importante en la explotación de recursos pesqueros a nivel mundial, esta no aporta los beneficios que merece la población peruana.

Los objetivos a largo plazo debieran ser llegar a un total dominio de la tecnología que permita, de manera costeable, el cultivo de especies acuícolas para el aprovechamiento de las lagunas, y también las marinas para dejar de ser únicamente cazadores y llegar a manejar cultivos en escala oceánica. Es posible entonces que dispongamos de una oferta exportadora razonable.

La especie humana y su continuidad sobre este planeta, dependen de la naturaleza y no del modelo económico de desarrollo.
Los países desarrollados consumen la mayor parte de la producción mundial de alimentos, en especial los hidrobiológicos. Las personas que tienen más dinero para comprar más alimentos lo utilizan para el pago de productos cada más sofisticados en elaboración, envasado, y otras exquisiteces. Más allá de la necesidad básica de alimentación se satisfacen exigencias gastronómicas.
El hecho es que mientras esto ocurre en los países desarrollados, en el resto del mundo, en nuestro país, al mismo tiempo, una parte considerable de la población continúa con bajos niveles de consumo y de acceso a los alimentos, con la consecuente persistencia de niveles de desnutrición.

El hambre que azota a la sociedad peruana de menores ingresos poco o nada tiene que ver con la escasez de productos alimenticios, porque no tenemos escasez. Lo que tenemos es una inadecuada distribución de los recursos.
Es éticamente imposible negar esta realidad, menos aún ante una de las características más espeluznantes de la estructura pesquera nacional: la coexistencia del hambre con la exportación de nuestros productos alimenticios hidrobiológicos.

¿Es moralmente correcto usar nuestros recursos naturales que se destinan a la alimentación para atender necesidades de otros países, antes que privilegiar los requerimientos a veces dramáticos, de nuestra población, en especial la infantil?

¿Es ético llevar la extracción de nuestros recursos pesqueros a límites peligrosos para la sostenibilidad del ecosistema, para atender necesidades de alimentos para otros países mientras nuestra población sufre carencias poniendo en riesgo el futuro de nuestras generaciones venideras?

¿Se justifica la exportación porque trae divisas (que no son propiedad del Estado sino del exportador) mientras simultáneamente no se contribuye con tributos apropiados; no se prioriza la alimentación nacional y no se protege la fuente de alimentos marinos para las futuras generaciones de peruanos?

La captación de conocimiento y el desarrollo de habilidades empieza por una buena educación y entrenamiento. Ello implica una sociedad que prioriza la educación, el desarrollo del conocimiento. Ambos elementos requieren como elemento básico una niñez bien alimentada que pueda asimilar una buena educación. Sin alimentación apropiada, es poco probable que se pueda asimilar una buena educación. Por tanto, las nuevas generaciones estarán enfrentando futuros inciertos en desventaja frente a otras sociedades.

El libre mercado no permite la intervención del Estado en la economía, ni siquiera en la priorización del destino final de las ventas de alimentos. Ese es el modelo vigente. Cuando ese modelo se derrumbe comprenderemos que no haber privilegiado la alimentación de nuestra población para llegar a ser una sociedad con educación capaz de generar soluciones ingeniosas para la supervivencia habrá sido un error.
La desnutrición crónica es un indicador que tiene frenado al país y que mientras no se resuelva no permitirá el crecimiento nacional con equidad y sin exclusión.

Un modelo que no considera a su propia población como motivo y meta de sus acciones es cuestionable. Una sociedad que prefiere entregar sus recursos alimentarios a otras poblaciones basada en la ganancia económica del momento, es cuestionable.

Si rebuscamos en nuestra fiebre global de hoy tratando de encontrar una guía, una respuesta a la pregunta ¿Qué es lo mejor para la economía del país? La única que hallamos es: “exportar”.
En ese contexto, el producto alimenticio es más rentable cuando se exporta. La necesidad de otros países es una formula mágica que lo transforma todo en oro, una fórmula a recitar como garantía del éxito, aunque ésta represente la disminución de nuestras posibilidades como país.

Nos cegamos al entendimiento de que nuestra única posibilidad está en nuestras generaciones futuras, y ello lleva implícita la mejor alimentación posible. Generaciones bien alimentadas, bien educadas y bien entrenadas son nuestra única posibilidad y defensa contra la incertidumbre del futuro de la economía globalizada.

El modelo vigente se da el lujo de exportar sus recursos naturales alimentarios mientras posee un índice de desnutrición del 24% como promedio nacional.

Según el informe de UNICEF, para el año 2003, 490 mil niños menores de dos años padecen de desnutrición crónica en el Perú y un millón 100 mil más de la misma edad sufren de anemia por deficiencias de hierro en su alimentación. Pero nos jactamos del éxito económico que significan los volúmenes de proteína exportados tanto en forma de harina de pescado como de productos hidrobiológicos congelados y en conservas.

Se entiende por seguridad alimentaria al acceso material y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para todos los individuos de manera que los puedan utilizar adecuadamente para satisfacer sus necesidades alimenticias y llevar una vida sana, sin correr riesgos indebidos de perder dicho acceso. Esta definición comprende los aspectos de disponibilidad, inocuidad, utilización, acceso y estabilidad.

Los principales problemas de inseguridad alimentaria que presenta el Perú no se dan por el lado de la disponibilidad y estabilidad general en el suministro de alimentos, sino más bien por el lado del acceso, de manera específica por el lado de los niveles de ingreso, así como por la distribución y oferta adecuada de alimentos hidrobiológicos por parte de la población.
En este sentido, la seguridad alimentaria en el Perú está estrechamente vinculada a la distribución de sus recursos. Es debatible, desde este punto de vista, el modelo que sostiene y defiende la exportación de dichos recursos.

No es lo mismo exportar minerales o textiles que recursos naturales alimentarios (renovables solamente en la medida que se protegen debidamente), poniendo en riesgo la sostenibilidad de los mismos.

La Fundación Gates presentó en el Perú, y en otros siete países del mundo, un informe de The Lancet –una de las principales publicaciones médicas a nivel mundial– titulado “La serie sobre desnutrición materno infantil”. En este documento se advierte sobre los daños irreversibles que sufrirán los niños en su edad adulta si no son nutridos adecuadamente durante los dos primeros años de su vida. El Perú lamentablemente ocupa el primer lugar en cantidad de niños desnutridos, seguido de Bolivia, Ecuador y Guatemala. Además, la editora de The Lancet, Laura Caulfield, ha explicado que en los 880 distritos de nuestro país, 6 de cada 10 niños están en situación de desnutrición crónica infantil y en regiones como Huancavelica la cifra se aproxima al 87%, en Cajamarca al 70% y en Puno al 82%.

El informe de The Lancet coincide plenamente con otro documento “Protección Social y Desnutrición en el Perú” que fue presentado en nuestro país el 13 de diciembre 2007 pasado por el Banco Mundial (BM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) en el sentido que la desnutrición debe ser combatida durante los primeros dos años de vida. En el caso del Perú el documento señala que uno de cada cuatro menores de cinco años está afectado por la desnutrición –alrededor de 750,000– y asimismo, que esta anomalía alcanza el 47% en las familias en situación de pobreza y extrema pobreza.

La desnutrición infantil crónica es un grave problema en el Perú. Uno de los factores básicos que la predisponen es la pobreza, pero también intervienen la falta de acceso a los servicios materno-infantiles así como de una adecuada alimentación de los niños, principalmente por deficiencia de hierro y de micro nutrientes como vitamina A, zinc y calcio. Esta situación origina que nuestros niños afectados –especialmente en las áreas rurales– presenten falta de talla y de peso mínimo por edad, y asimismo les genera daños irreversibles en su desarrollo físico, intelectual y emocional.

Son permanentes las advertencias de organismos internacionales sobre la dramática desnutrición infantil en nuestro país. A pesar de la existencia de muchos planes y programas de protección social, del incremento de recursos y de la ampliación de coberturas de salud, esta prevalencia se ha mantenido inalterable, principalmente por: 1) Falta de calidad de los planes y programas; 2) Carencia de una clara estructura de rendición de cuentas; 3) Deficiencia en el monitoreo de los resultados de asistencia y salud; 4) Diseño de programas no dirigidos principalmente a la atención de niños menores de dos años; 5) No se ha logrado un cambio de cultura que haga comprender e inculcar la importancia de la prevención y nutrición en la primera infancia; y 6) No se ha promovido el compromiso de toda la sociedad para luchar contra esta realidad.

El gobierno debería tomar las acciones necesarias para corregir estas deficiencias ya que la desnutrición infantil afecta irreversiblemente la salud de los niños que representan el futuro de nuestro país.

Es verdad que la lógica de la empresa es maximizar las ganancias y reducir costos. Es la ley del libre mercado, es un aspecto de la globalización. Sin embargo no podemos evadirnos del hecho de que la civilización actual está viviendo una etapa de alto desarrollo tecnológico y de crecimiento económico, en forma simultánea a un alto índice de hambre y miseria en una parte importante del planeta y a una descomposición y deterioro dramáticos del medio ambiente, así como a un cambio climático cuyos efectos pueden cambiar para siempre el paisaje humano y natural de la Tierra.
En ese orden de cosas, debemos buscar el punto de equilibrio, la media precisa para que las ganancias empresariales y las consecuencias positivas de la tecnología y la globalización no se consigan a costa del deterioro del planeta y de la miseria y el hambre de sus pueblos.

Por el momento seguimos creciendo en términos macroeconómicos….hasta que un nuevo modelo nos imponga una nueva realidad.

PERU: EL MODELO DE GESTION PESQUERA IV

IV
EL DERECHO A LA EXTRACCION

Para el año 2006 se fijó en 0.116% de la UIT el derecho de pesca, o sea 3.94 soles que a un cambio de 3.2 da la cifra de 1.23 dólares por tonelada.

El DS 024-2006-PRODUCE, publicado el 26 de noviembre 2006 introduce una fórmula adecuada que vincula el precio que el armador debe pagar por TM. extraída de anchoveta, al valor FOB de exportación de la harina de pescado.
El nuevo decreto introduce como factor de pago el 0.25% del valor FOB de la harina de pescado computable sobre el precio promedio mensual según información oficial que emita ADUANET.
En otro artículo del mencionado decreto se dispone que: Los armadores pesqueros, sean personas naturales o jurídicas, podrán destinar hasta un 25% del monto total de los derechos que deban pagar por concepto de permisos de pesca a fin de realizar las actividades extractivas a que se refiere el artículo precedente, para solventar el costo de proyectos específicos de investigación científica, desarrollo tecnológico, capacitación técnica y otros vinculados a la pesquería y/o acuicultura, conforme a las disposiciones reglamentarias específicas que al efecto dicte el Ministerio de la Producción.

¿Qué significa la investigación? Que el armador puede retener el 25% autorizado y hacer sus propias prospecciones cuantas veces lo desee, embarcando seguramente personal técnico. O hacer convenios con universidades o cualquier organismo destinado a hacer cualquier tipo de investigación que convenga a los intereses de dicho armador. No necesariamente a los intereses de una política nacional de desarrollo de la pesquería.
Esta alternativa dispersa recursos financieros que podrían concentrarse en Imarpe y las Universidades con el objeto de explotar mejor los medios con los que cuentan y realizar investigación planificada y coherente con una política pesquera de largo plazo.

En relación al año 2007, las cifras son las siguientes:

El desembarque de anchoveta destinado al consumo humano indirecto, según el Anuario 2007 de Produce, fue de 6´086,000 toneladas.

El precio promedio de la harina de pescado fue de US$ 957. Por lo tanto la tasa aplicable por derechos de pesca (promedio) de acuerdo a la norma vigente sería de US$ 1.79 x tonelada extraída.

Teóricamente la recaudación debió se de US$ 10´920,055, lo que representa el 0.76% del valor FOB de las exportaciones totales de harina y aceite de pescado, que fueron del orden de los US$ 1,435´300,000.

Sin embargo, el Estado no ha recaudado el 100%.

La RD 211-2008-Produce/DGEPP publicada el 9 de Junio 2008 presenta la relación de 617 embarcaciones cuyos armadores no han presentado declaraciones juradas del pago de derechos de pesca 2007 y 320 embarcaciones cuyos armadores deben reintegrar derechos de pesca correspondiente al pago de derechos de pesca del 2007 por un valor aproximado de 3 millones y medio de soles.
El informe de APOYO que da origen al DL 1084 menciona la existencia de 1,143 embarcaciones operativas entre acero y madera (573 de acero y 570 de madera). Por tanto el 54% de la flota operativa no presentó declaración jurada pero es evidente que realizó actividad extractiva. El 28% de la flota operativa tiene deudas.

El armador no solamente no está siendo gravado con una tarifa justa que retribuya al Estado un justiprecio derivado de la explotación de un recurso natural, patrimonio de la Nación, sino que ni siquiera está cumpliendo con declarar y pagar.

El DL 1084 incorpora en su primera disposición final un párrafo que limita la posibilidad del Estado a subir la tasa por derechos de pesca durante los diez años de vigencia del aporte social obligatorio establecido en la norma, privándolo de la posibilidad de acceder a una recaudación más equitativa por este concepto que podría ser, además, la fuente de financiamiento para apoyar la reconversión laboral de los pescadores que fuesen afectados por la reducción de la flota de pesca dedica a la extracción de anchoveta para el CHI.
Es probable que la razón para incluir esta limitación se derive del hecho de que el sector anchovetero será gravado por otras tasas destinadas a financiar programas de reconversión y jubilación. Esto puede parecer correcto desde la lógica sectorial, mas no desde la lógica nacional puesto que el resto de la Nación, el resto del Estado, siguen sin recibir el justiprecio por la extracción de sus recursos naturales.

Se impone la obligación de establecer un cobro más justo a la actividad extractiva de anchoveta vía otro dispositivo legal. De esta forma se corregiría esta distorsión incorporando un criterio de equidad en el negocio de la anchoveta para CHI, dándole al Estado una participación adecuada que compense a la Nación de los impactos negativos que genera la actividad sobre el ecosistema y sobre el medio ambiente.

LA INTRODUCCION DE REGALIAS

Además de justa, la aplicación de regalías a la extracción de recursos pesqueros se impone como una de las formas de reducir el esfuerzo pesquero en beneficio de una pesquería sostenible. La regalía obliga a ser eficiente en la captura para maximizar la relación beneficio costo. Si no hay eficiencia ni rentabilidad, la actividad extractiva debiera detenerse por sí misma.

En este orden de ideas, todos aquellos que causan mortalidad comercial deben pagar regalías. Solo se exceptúan aquellos quienes causan mortalidad de subsistencia, es decir quienes capturan para sostenimiento personal y familiar directo, es decir, autoconsumo.

La lógica del Estado tiene que ser cumplir con el criterio de sustentabilidad, que significa dejar dinero en el fondo del mar para que lo recojan las próximas generaciones, cuidando que nunca se agoten. Aplicando simultáneamente el cobro de regalías justas para compartir los beneficios entre los dueños de los recursos y los concesionarios de los mismos.

Establecer regalías es solamente el ejercicio del derecho que tiene el propietario de los recursos pesqueros de establecer un cargo por acceder a ellos.
No se trata tan solo de un tema de justicia social para que la industria compense a poblaciones locales influenciadas por los impactos sociales y ambientales. Tampoco es la creación de un impuesto ciego que reduce la competitividad de la industria a través de un sobrecosto. Este derecho, además, se debe aplicar al conjunto de los recursos naturales, renovables o no, que son patrimonio de la Nación.

El Tribunal Constitucional, en su momento, dio su fallo sobre las regalías mineras. Como se esperaba, confirmó plenamente –sin ninguna reserva ni ambigüedad– que la Ley de Regalías es ciento por ciento legítima y legal, pues expresa el derecho inalienable de la Nación a beneficiarse de la explotación de sus recursos naturales.
Pero, además, el reconocimiento de que la regalía minera NO es un impuesto sino una compensación por explotar recursos de la Nación, implica que su aplicación deba ser universal, sin ser coartada o distorsionada por convenios de estabilidad tributaria. Exigir su aplicación pronta y oportuna en el sector pesquero es un imperativo, pero también que estos recursos se usen de forma transparente y eficiente en inversión en el mismo sector. Las regalías no deben terminar diluyéndose en pagos burocráticos ni proyectos estériles.

Nuestro ordenamiento jurídico ya precisó la forma en que el Estado actualmente obtiene una retribución económica por los recursos naturales que se explotan. La Constitución Política del Estado establece en el párrafo segundo del artículo 77º que la participación de los Gobiernos Regionales, Locales y otras entidades en la explotación de los recursos naturales se da mediante el canon, sobre la base de una participación adecuada del total de ingresos y rentas obtenidos por el Estado.

La Ley de Canon pesquero vigente, establece que su constitución es:
50% del impuesto a la renta de las empresas dedicadas a la extracción comercial de pesca de mayor escala de recursos naturales hidrobiológicos de aguas marítimas y continentales lacustres y fluviales
50% de los derechos de pesca de las empresas dedicadas a la extracción comercial de pesca de mayor escala de recursos hidrobiológicos
50% del impuesto a la renta de las empresas que además de extraer los recursos naturales hidrobiológicos se encarguen de su procesamiento industrial.

El término “participación adecuada” del artículo 77 de la Constitución es la clave para determinar si la actual composición del canon es la adecuada, toda vez que el impuesto a la renta del período 1998 – 2007 representa tan solo el 1.37% del valor FOB de las exportaciones del período.
Sobre un total exportado de 12,556`500,962 dólares, la recaudación por renta fue de 179`101,885 dólares. Y los derechos de pesca representan una pobre contribución como se ha expuesto anteriormente.

CIFRAS AL 31 DE DICIEMBRE DE 2007

Valor FOB de las exportaciones pesqueras (tradicional y no tradicional) de 1998 a 2007: (Fuente: Sunat)
US$ 12,556´500,962

Recaudación por impuesto a la renta del sector pesquero (tradicional y no tradicional) de 1998 a 2007: (Fuente: Sunat)
US$ 179´101,885

Porcentaje de recaudación tributaria por impuesto a la renta en relación al valor de las exportaciones del período 1998 – 2007:
1.375%

Los gobiernos locales y regionales recibieron durante el año 2007 la suma de US$ 15´698,060
(Fuente: MEF) por concepto de transferencias provenientes del canon pesquero por derechos de pesca e impuesto a la renta. Una cifra pequeña en relación al volumen de las exportaciones. Adicionalmente mal distribuída porque al repartir este monto entre todas las municipalidades y gobiernos regionales que tienen derecho a canon, se atomiza al punto de no representar una cifra significativamente importante en cada economía local. Esto significa que los gobiernos locales y regionales recibieron el 0.80% del valor FOB de la exportaciones pesqueras por concepto de canon pesquero.

El país no recibe una participación adecuada en el negocio pesquero en términos de recaudación, que se traslade realmente a la población y se traduzca en bienestar, beneficio y alimentación para el poblador peruano.

Es necesario entender que el impuesto a la renta se aplica sobre las utilidades obtenidas en el ejercicio. Sin embargo el nivel de eficiencia de una y otra empresa puede ser tan diferente como para producir estados financieros completamente distintos. Así puede ocurrir que en el supuesto de que dos empresas extraigan, por ejemplo, 500 mil toneladas de anchoveta cada una, la primera tenga pérdidas financieras y la segunda arroje utilidades pobres. Por tanto su contribución con el impuesto a la renta puede ser nula o pobre. Pero ocurre que la extracción de 500 mil TM de anchoveta produjo un impacto sobre el ecosistema, independientemente de que haya generado utilidades o no. Ocurre que procesar 500 mil TM de anchoveta para convertirlas en harina ha generado un vertido de contaminantes al mar procedentes de las embarcaciones y de las plantas, independientemente de que haya generado utilidades o no. Y la contaminación atmosférica se produce con o sin utilidades.

Por lo tanto la industria tiene que pagar por el derecho a extraer un recurso natural y para compensar el deterioro ambiental que produce.

Si asumimos que esa participación no es adecuada, que los derechos de pesca son reducidos y por tanto “inadecuados” como se ha expuesto en este trabajo, y que la posibilidad de incrementarlos deviene en inaplicable en virtud del DL 1084, queda como el camino la aplicación de regalías pesqueras o de cualquier otro mecanismo que grave a la industria con un justiprecio por la extracción y procesamiento de anchoveta.
En el tiempo debe gravarse la extracción de todos los recursos pesqueros.

DEFENDER LOS INTERESES DEL PAÍS ES FUNCIÓN Y DEBER DEL ESTADO

No se puede subordinar tácita o explícitamente el interés público al interés privado. El concepto de Nación y de Estado está ligado a la subordinación de los intereses privados al interés nacional, dentro de un marco legal constituído.

Regalías o derechos de pesca, la extracción de recursos naturales renovables como los pesqueros debe pagar un justiprecio.

No es lo mismo que el impuesto a la renta. Lo que falta es que paguen un “justo precio” por el uso de recursos naturales de propiedad pública. “El justiprecio” intenta capturar, para beneficio del país, el valor de la renta económica del recurso pesquero.

Este no es un pago caprichoso para aumentar los ingresos del tesoro público, sino que más bien es un instrumento que permitirá el adecuado balance entre la mortalidad comercial de recursos naturales y los beneficios económicos de las empresas operadoras. Un dividendo por el derecho a explotar un recurso natural, que es de propiedad de todos los peruanos. Una compensación por los impactos generados sobre el ecosistema y sobre el medio ambiente.

Es el justo precio o remuneración que debe recibir el propietario de los recursos naturales, como contrapartida del aporte que éste hace al ceder sus recursos en el proceso extractivo. Así como el trabajador que es dueño de su fuerza de trabajo recibe un salario como retribución a su participación en la producción, y el capitalista una rentabilidad por sus aportes de capital, los dueños de los recursos naturales, deben recibir una retribución justa y consistente con el aporte real que estos recursos hacen a la producción.

Se afirma que el Perú aumentó sus exportaciones pesqueras y que obtuvo éxitos destacables. Lo que no se especifica es quiénes son los que ganaron. Lo que tampoco se menciona es lo que se perdió y quiénes perdieron para que el Perú de las cifras oficiales ganara.

Detrás de las utilidades alcanzadas por las grandes empresas se oculta un problema proporcionalmente similar o mayor que los beneficios logrados según la información oficial. Bajo las publicitadas cifras que ofrecen la imagen de un sector próspero, se desarrolla el drama real de una pesquería sobreexplotada. De una industria que va dejando tras de sí un país con hermosas bahías contaminadas y devastadas. De un país que una vez agotados sus recursos pesqueros no tendrá nada que ofrecer a los inversionistas nacionales ni extranjeros. Entonces, esos capitales se irán y dejarán al Perú convertido en un país que antiguamente tuvo una riqueza pesquera.
¿Cuántos hospitales, cuántas escuelas, cuantas carreteras, cuantos desembarcaderos, han surgido gracias a la contribución de la industria pesquera? Probablemente algo haya surgido si revisamos las inversiones provenientes del canon pesquero, pero no en proporción a los volúmenes de dinero ingresado por exportación de harina y aceite de pescado.
Hoy se ve menos pescado que antes en los mercados y cuesta tanto o más que el pollo, con contadas excepciones. El beneficio del país no va de la mano del beneficio de las empresas en el actual modelo.

Los recursos pesqueros son valores que no pertenecen al explotador del recurso sino a su dueño, que en el caso de los peces somos todos los ciudadanos a través del Estado que nos representa.

El modelo exportador de harina de pescado se ha ejercido a través de ceder, casi en forma gratuita, la renta de los recursos pesqueros a los grupos económicos en los últimos años.

Los resultados actuales expresan esa captura de la renta, como una seria injusticia en los ingresos fiscales. Instaura la injusticia de que se beneficien los explotadores del recurso, y no sus dueños.
Se ha creado un negocio para capturar esa renta porque ahí están los grandes ingresos en una forma relativamente sencilla.

Hoy, existe un mayor dinamismo del sector pesquero exportador pero, ¿porque no irradian este crecimiento al resto del país? Que les vaya bien a estas empresas no significa que le vaya bien al ciudadano medio, porque no generan mayor empleo. La industria harinera ya no admite mayores posibilidades de crecimiento en su empleo. Mas bien la automatización de las plantas debe conducir a una reducción del empleo. Por último, con 60, 70 o hasta 90 días de trabajo anuales por efecto del exceso de flota e infraestructura, tampoco se genera empleo estable ni de calidad.

El sector pesquero exportador se puede renovar científica y tecnológicamente, capturar la renta y el beneficio estructural. Sin embargo, la degradación ambiental, la degradación del ecosistema y la reducción de la biomasa son significativas y amenazan el futuro.

Cuando se agoten los recursos ícticos, bien por efectos del cambio climático o por la sobre explotación ¿cuáles serán las fuentes de ingreso por exportación? Tenemos el ejemplo de la sardina que ya desapareció.

La capacidad de generar ingresos está sustentada en la captura de renta basada en la explotación de recursos naturales. Pero ahí hay límites físicos y biológicos que debemos establecer.

Debido a su impacto en los recursos marinos, la acelerada conversión de naturaleza en dinero, ha significado que el sector pesquero encare problemas como la sobreexplotación y la sobrecapitalización, es decir, embarcaciones y plantas en tierra más allá de la capacidad de los recursos pesqueros para hacerlas operar. A esto se agrega la pesca ilegal. Todos estos problemas hacen imperativo ordenar la pesquería, pero no a costa del Estado. Este último no puede asumir los costos de la irresponsabilidad o de la ineficiencia de la industria, como no ocurre en ningún otro sector de la economía. El inversionista es responsable de su éxito o de su fracaso y no debe apoyarse en el Estado para conseguir beneficios ni para cubrir sus pérdidas.

El futuro se avecina, además, con variaciones en la temperatura debido al cambio climático y tendrá un fuerte impacto en la pesca y la acuicultura. Las especies acuáticas son vulnerables al cambio climático, a diferencia de los animales terrestres, ya que son poiquilotérmicas (su temperatura corporal varía en función de la temperatura ambiente). "Cualquier cambio en la temperatura de su hábitat influye notablemente en su metabolismo, tasa de crecimiento, productividad, reproducción estacional y sensibilidad a enfermedades y toxinas" advierte la FAO.
Entre los efectos del cambio climático en la pesca y la acuicultura se destacan el aumento de frecuencia e intensidad de eventos metereológicos extremos, el más conocido de los cuales es el fenómeno de El Niño.

La FAO indica que se observan cambios en la distribución de los peces en respuesta a las variaciones climáticas, generalmente involucrando expansiones hacia los polos de las especies de aguas más cálidas y contracciones alrededor de los polos de especies de aguas más frías.
Se están produciendo cambios en la salinidad de los océanos, con un aumento de la salinidad en las aguas cercanas a la superficie de las zonas más evaporadas de la mayoría de los océanos mundiales.
Por otro lado, está disminuyendo la salinidad en las zonas marinas de las latitudes altas debido al aumento de las precipitaciones, mayor escorrentía, deshielo y otros fenómenos atmosféricos.
Además, los océanos se están volviendo más ácidos, con probables consecuencias negativas para muchos arrecifes de coral y organismos relacionados con el calcio.
La FAO afirma que, aunque existen grandes diferencias regionales, es probable que el mundo asista a cambios significativos en la producción pesquera en mares y océanos.

"Para las comunidades que dependen en gran medida de la pesca, cualquier disminución de la disponibilidad local o de la calidad del pescado para alimentación o cualquier aumento de la inestabilidad de sus medios de vida puede plantearles problemas muy graves".

LA DESINFORMACION

El desconocimiento del sector pesquero es compartido por la prensa y por la propia sociedad, y por tanto ambos resultan indolentes al problema. Existe un vacío de conocimiento que es aprovechado para manipular información en uno u otro sentido. El ciudadano común está expuesto a una u otra corriente de opinión sin mayor posibilidad de defensa o de réplica.

La superficialidad con la cual se analizan los temas pesqueros es grave. La desinformación es evidente. Si los medios de comunicación y los analistas exhibiesen en un cuadro comparativo los valores de exportación FOB del sector, junto con los pagos que han hecho por renta de tercera categoría y derechos de pesca, y los ingresos extraordinarios que reciben por drawback y restitución de IGV por exportaciones, veremos un panorama distinto al que vemos cuando se elogia exclusivamente a las exportaciones. La labor de los medios debe ser educativa y analítica antes que destructiva y sensacionalista en determinadas circunstancias de coyuntura.

Gracias a unos medios limitados en su información y análisis, seguimos creyendo que somos buenos porque exportamos mucha harina de pescado. No asumimos conciencia, aún, de que como dueños de esos recursos pesqueros no se nos está pagando un precio justo por su explotación, ni del impacto que estamos causando en nuestro ecosistema marino a cambio de nada, o de muy poco.

No tenemos medición del impacto causado al ecosistema derivado de la actividad de extracción. No tenemos medición del impacto causado al medio ambiente derivado de la operación de la flota y del vertimiento de residuos tóxicos al mar. No sabemos cuanto se requiere de dinero para limpiar y reparar los daños producidos al medio ambiente y al ecosistema en todo el litoral.
No se dispone de recursos suficientes para investigación y desarrollo y para controlar la pesca ilegal.

Las cifras, los cálculos, y la metodología tienen que ser revisados dentro del marco conceptual de una política pesquera que pretenda tener una pesquería sostenible. La industria pesquera debe dejar de ser un problema ecológico y además debe contribuir adecuadamente con el país, tal como lo hace la minería y la industria en general.

En el futuro el Estado deberá prestar mayor atención a la educación de la población sobre las posibilidades del país como país pesquero, propiciando que sean accesibles y entendibles para todos los conceptos de ecosistema, soberanía alimentaria, cambio climático, fenómeno El Niño y sostenibilidad.
Deberá prestar atención a la difusión de los impactos de la industria pesquera sobre el medio ambiente y su verdadera contribución con los intereses nacionales, con el objeto de crear corrientes de opinión y entendimiento correctos sobre el papel que juega la industria pesquera en la vida económica de la Nación. De esta manera los medios de comunicación encontrarán a un público entendido en la materia que no sea fácilmente manipulado como viene ocurriendo a la fecha, donde los comentarios sobre el sector son sesgados, equivocados, inexactos y llenos de críticas destructivas algunas veces y elogiosos comentarios sin sustento otras veces. Generalmente con muy poco aporte constructivo.
Un país con educación y bien informado siempre constituirá la mejor garantía para una pesquería sustentable que se enfrente al futuro.
Una población conciente de la necesidad de preservar el ecosistema y el medio ambiente en beneficio de alimentos asequibles a la población nacional, constituirá la primera línea de defensa contra la sobre explotación de la industria y la desinformación de los medios.

PARA QUE LA PESQUERÍA PERUANA TENGA UN FUTURO SOSTENIBLE SE DEBERÁ:

1. Poner límites a la extracción de todos los recursos a través de una cuota global anual y cuotas individuales.
2. Imponer un pago justo y adecuado por derecho de extracción a todas las pesquerías que realicen extracción con fines comerciales.
3. Reducir el esfuerzo pesquero impidiendo el acceso de más embarcaciones a las pesquerías plenamente explotadas y sobre explotadas, y limitando el acceso a otras especies en base a estudios ecosistémicos que impongan una cuota global que no debe ser sobrepasada.
4. Eliminar los privilegios e incentivos a la exportación de productos hidrobiológicos vía drawback y restitución de IGV, o en su defecto asignar los mismos a la comercialización en el mercado interno. La industria será quien decida si exporta o vende al mercado interno, pero con las mismas ventajas para ambos mercados.
5. Imponer las más drásticas medidas para detener la contaminación producida por los vertidos de efluentes contaminantes procedentes de las embarcaciones y de las plantas de procesamiento de harina, congelado y enlatado.
6. Utilizar el pago por derechos de extracción para llevar la investigación a niveles adecuados, para mejorar las condiciones sanitarias de los desembarcaderos pesqueros artesanales y para crear un fondo de limpieza de las bahías contaminadas por la industria.

Hasta el momento la industria se está llevando la parte rentable del negocio y el país se está quedando con los pasivos ambientales.