RECESION PESQUERA Y ECOLOGICA
Los artículos que transcribo a continuación, son parte del gran conjunto de informaciones que nos vienen dando el alerta del peligro que estamos a puertas de vivir, provocado por un cambio climático y una depredación de los océanos creados por nosotros mismos.
La ciega ambición del crecimiento, la globalización y el sistema económico dominante en el mundo, que ha sufrido recientemente una severa crisis, parecen tener mayor peso específico en la balanza de la sobrevivencia que el sentido común del ser humano.
Vivimos tiempos difíciles y vendrán otros más difíciles aún. Sin embargo en el país seguimos actuando como si nada de esto fuese real. La pesquería sigue siendo conceptuada como fuente de riqueza vía exportación, negándonos a aceptar que primero debe ser fuente de alimentación nacional y luego ser usada como arma estratégica de negociaciones en un mundo que poco a poco se verá más inundado por el hambre.
Esa misma fiebre exportadora impulsa a mayor contaminación, depredación y destrucción del ecosistema y hábitat marino que finalmente, en el tiempo, nos privarán de la bonanza íctica de la que hoy disfrutamos. Contaremos a las generaciones futuras como es que alguna vez fuimos un país con posibilidades de ser pesqueros y como las perdimos por nuestra inacción y falta de capacidad de entendimiento y de unión de voluntades en defensa de los intereses de una Nación.
Como tantas otras que este país ha perdido en el vacío de una política incompetente e inútil desde el punto de vista de los intereses de un Estado que debería mirar al futuro con realismo y seriedad.
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008112809
La Tierra en plena recesión ecológica
El planeta se dirige hacia una crisis ecológica. La demanda de recursos naturales de la humanidad ya ha superado en un 30 por ciento la capacidad de abastecimiento de la Tierra, concluye el Informe Planeta Vivo elaborado por WWF en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) y la Red de la Huella Global (GFN).
Se difunde cada dos años un informe sobre la capacidad de la Tierra para continuar siendo un "planeta vivo" en base a cálculos de la Huella Ecológica y del Índice Planeta Vivo (IPV), una medida obtenida del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.686 especies. La edición 2008 incluye por primera vez la medida de la huella hídrica.
La huella ecológica calcula el área total de espacio productivo requerido para producir los productos y servicios consumidos por una determinada población. La huella hídrica calcula el volumen de agua necesario para producir los mismos bienes y servicios.
El IPV ha descendido un 30% desde 1970; el IPV Tropical ha disminuido un 51%. La dramática pérdida de riqueza natural es provocada por la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos. Otros factores que atentan contra la biodiversidad son las represas, trasvases y el efecto del cambio climático en las especies de agua dulce, cuyo IPV ha sufrido un descenso del 35%.
El análisis de la huella ecológica muestra que mientras que la biocapacidad global (el área disponible para producir nuestros recursos y absorber nuestras emisiones) es de unas 2,1 hectáreas globales (hag) por persona, la huella ecológica por persona es de 2,7 hag. Esto significa que se están usando más recursos naturales que los que el planeta puede producir.
Más del 75% de la población mundial vive en países que son deudores ecológicos, es decir en los cuales el consumo nacional ha sobrepasado su propia capacidad biológica para sostener el consumo de recursos renovables.
Estados Unidos, Brasil, Rusia, China, India, Canadá, Argentina y Australia son los ocho países que tienen más de la mitad de la biocapacidad total mundial. Tres de estos países son deudores ecológicos debido a su población y a las pautas de consumo.
La huella ecológica de China es 2,3 veces mayor que su biocapacidad nacional; la de India es 2,2 veces mayor, y la huella de Estados Unidos es 1,8 veces mayor que su biocapacidad.
Cada ciudadano de China utiliza una media de 2,1 hag por persona, mientras que un estadounidense requiere una media de 9,4 hag. Si la población mundial tuviera patrones de consumo estadounidenses se necesitarían 4,5 planetas para cubrir las necesidades de todos.
Huella hídrica
La huella hídrica de un país es el volumen total de agua utilizado globalmente para producir los bienes y servicios consumidos por sus habitantes. Incluye el agua sustraída de los ríos, lagos y acuíferos (aguas superficiales y subterráneas) para la agricultura y ganadería, la industria, la generación de energía y el uso doméstico, así como el agua de lluvia utilizada para los cultivos.
El nuevo índice de la huella hídrica pone de manifiesto la importancia del agua utilizada como materia prima en la producción. Por ejemplo, se necesitan 2.900 litros de agua para producir una camiseta de algodón.
Como media, cada persona consume 1,24 millones de litros de agua al año (la mitad de una piscina olímpica), aunque esto varía. Por ejemplo, en Estados Unidos el consumo per cápita anual es de 2,48 millones de litros por año, mientras que los bolivianos consumen 1,2 millones de litros.
Aumenta el número de países que se encuentra en una situación de estrés hídrico permanente o estacional. El estrés hídrico se da cuando la demanda de agua es mayor a la cantidad disponible durante un periodo determinado, o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad.
"Cerca de 50 países están actualmente sufriendo un severo o moderado estrés hídrico y el número de personas que sufren escasez anual o estacional de agua podría aumentar como resultado del cambio climático", concluye el Informe Planeta Vivo.
Hay que cambiar de hábitos
"Muchos de nosotros estamos manteniendo un estilo de vida y crecimiento económico gracias al uso y extracción del capital ecológico de otras zonas del planeta", afirma el director general de WWF James Leape.
"Si nuestras demandas continúan a este ritmo, para mediados del 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para poder conservar este nivel", alerta Leape. "Estamos actuando con la ecología del mismo modo en el que se comportan las instituciones financieras con la economía: buscando la satisfacción inmediata sin atender las consecuencias", afirma Jonathan Loh, co-editor de la ZSL.
"El mundo está preocupado por las consecuencias de haber sobrevalorado sus recursos financieros. Sin embargo, lo que realmente amenaza a la sociedad es la crisis del crédito ecológico causada por infravalorar el capital ambiental, base de la supervivencia y la prosperidad", observa James Leape.
"El déficit ecológico continuado tendrá consecuencias económicas graves. Las limitaciones de los recursos y el colapso de los ecosistemas desencadenaría un estancamiento económico con una caída vertiginosa de las inversiones, mientras los costos de la energía y los alimentos se dispararían", apunta el director ejecutivo de GFN Mathis Wachernagel.
El informe incorpora una serie de "cuñas de sostenibilidad" clave que, combinadas, podrían estabilizar e incluso invertir la tendencia alarmante hacia una mayor deuda ecológica y el desabastecimiento de fuentes naturales de recursos.
Incorporar una perspectiva ecosistémica al consumo, desarrollo y comercio se traduciría en una conservación a largo plazo de los recursos necesarios para la supervivencia.
El reto ambiental más importante es la eficiencia energética, las energías renovables y la disminución de entre un 60 y 80% de las emisiones de carbono para el año 2050.
LOS OCEANOS SON LA BASE TECNOLOGICA Y ALIMENTICIA DEL SIGLO XXI
http://www.abc.es/20081111/nacional-sociedad/oceanos-base-tecnologica-alimenticia-200811111619.html
quote
Expertos y científicos de todo el mundo reunidos en Valencia exigieron hoy aumentar el ritmo de la exploración de la vida marina de los océanos por parte de la comunidad científica internacional, porque en estos recursos aún inexplorados están "enormes potencialidades que serán el fundamento de la base tecnológica y el principal sustento alimenticio de la sociedad del siglo XXI".
Así lo indicaron en rueda de prensa los responsables de la I Conferencia Internacional de Biodiversidad Marina, organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Cesic), y la red de excelencia de la Unión Europea MarBEF, que se inauguró el 11 de noviembre en el Oceanográfico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, y que hasta el 15 de noviembre reunirá a más de 500 expertos de todo el mundo sobre biodiversidad marina.
A la presentación de este Congreso asistieron los organizadores Carlos Duarte y Carlo Heip, así como el director del centro de control de gestión del Oceanográfico, Francisco Torner. Carlos Duarte explicó que en la actualidad se descubren cerca de 2.000 especies nuevas cada año. No obstante, estimó que se necesitarían trabajar 700 años más para llegar a tener un inventario completo de las especies que poblan los océanos. En este sentido, explicó que "tan sólo hay siete países con los recursos necesarios para explorar el océano profundo, algo que es inaceptable".
En la actualidad sólo existen siete países en el mundo con los recursos necesarios para una investigación profunda de los océanos.
Para dar cuenta de la importancia de estos recursos, Duarte puso el ejemplo de que "una sola proteína extraída de los volcanes submarinos se puede usar en el proceso de producción de biocombustibles y generar derechos de usos de patentes de 150 millones de dólares al año".
Pérdida de la biodiversidad marina
De las más de 400 ponencias que se van a elaborar en este congreso mundial, casi la mitad se ocuparán de la pérdida de la biodiversidad marina y sus consecuencias. En esta línea, Carlos Duarte avanzó que los científicos comparten la preocupación por la "evidencia del rápido deterioro de los océanos en los últimos años", para lo que consideró necesario también el "acercamiento a la sociedad para que podamos gestionar este patrimonio del planeta que es la garantía del bienestar de nuestra especie en el futuro, por lo que debería ser patrimonio de la humanidad", afirmó.
Entre las preocupaciones por el deterioro de los océanos, que se tratarán en estas jornadas, destaca la interferencia de la actividad humana en la biosfera a escala mundial, una destrucción masiva de hábitats en la zona costera, aportes excesivos de nitrógeno y materia orgánica al mar, así como los impactos del cambio climático, que están aumentando las temperaturas de las zonas templadas, lo que produce la llegada de especies invasoras marinas a un ritmo de 50 kilómetros por década.
«Una sola proteína extraída de los volcanes submarinos se puede usar en el proceso de producción de biocombustibles y generar derechos de usos de patentes de 150 millones de dólares al año»
Todo esto produce "efectos perversos" como la 'acidificación' del océano, es decir, una mayor concentración de CO2 que hace que el agua sea cada vez más ácida. De todos estos efectos, los científicos hacen "dos serias advertencias", según Duarte. Una de ellas es la expansión de las zonas muertas del océano a escala global, "bolsas de agua con menos oxígeno que impiden mantener la vida de animales", indicó Duarte, quien señaló que estas bolsas están creciendo "a un ritmo del 5 por ciento anual desde los últimos diez años".
«Colapso de la placa de hielo del Artico»
La segunda advertencia es el "colapso de la placa de hielo del Artico, que está comprometiendo toda la diversidad de esta zona, que puede generar efectos dominó en cascada en el resto del planeta", añadió Al ser preguntados por los efectos de la sobrepesca en todo el mundo, los organizadores del Congreso explicaron que la comunidad científica "lleva años clamando para que las naciones del mundo sean capaces de desarrollar una estructura operativa de regulación del esfuerzo pesquero en aguas internacionales, ya que en los océanos no existe propiedad privada", indicó Duarte.
"Pero esto no funcionará si no se implica a los propios pescadores en la gestión de esos recursos".
En esta línea consideró "importante" dar a estos pescadores una responsabilidad para que garanticen la sostenibilidad de sus acciones "porque son ellos los que van a sufrir los impactos de la pérdida de esos stocks" Duarte avanzó que sobre este aspecto tratará una de las ponencias del Congreso, con la presencia del profesor Juan Carlos Castilla, que ha desarrollado en Chile el concepto de 'concesiones', en el que las cuotas pesqueras no son fijadas por los políticos sino por los propios pescadores. "Esta experiencia ha resultado ser un éxito tremendo", indicó. Están aumentando las temperaturas de las zonas templadas, lo que produce la llegada de especies invasoras marinas a un ritmo de 50 kilómetros por década.
Por su parte, el coordinador de MafBEF, Carlo Heip, aseguró que hace 20 años "pensábamos que el océano era demasiado grande para poder ser dañado por la actividad humana, pero cada vez más vemos impactos a gran escala y una situación que se aproxima al colapso en las pesquerías a escala global, así como pérdidas de ecosistemas en el Artico o en los arrecifes de coral".
Por este motivo, consideró "necesario" impulsar la investigación para "facilitar los mecanismos que permitan conservar los océanos, aunque previamente hay que conocerlos en profundidad". Así, Heip aseguró que el motivo último de este Congreso es "impulsar este mayor conocimiento, pero sobre todo darlo a conocer a la sociedad para que sea cómplice de nuestro objetivo".
unquote