La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
8 de febrero de 2016
“PERÚ PUEDE CONTRIBUIR A OBTENER LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL MUNDO”
Alejandro Flores. Oficial Principal de Pesca
y Acuicultura FAO para América Latina y el Caribe
Raúl Gastulo cgastulo@editoraperu.com.pe
Entrevista. En su visita a Lima para participar
de la decimocuarta Reunión Ordinaria de la Comisión de Pesca Continental y
Acuicultura para la región, el funcionario destacó las condiciones que tiene el
Perú para ser un pilar en la oferta alimentaria mundial.
NOTA DE PESCA:
Si bien es cierto esta nota refleja la opinión de un importante
funcionario de FAO, hay puntos que merecen un comentario que se ha colocado
en letra cursiva roja.
Marcos Kisner Bueno
¿Qué
tan fundamental es el consumo de pescado en el mundo?
–En varios países hay un consenso en la
necesidad de promover la inclusión del pescado en la dieta diaria, sobre todo
en grupos de alta marginación donde se presentan indicadores de desnutrición
altos, en población infantil especialmente. El pescado tiene propiedades
nutricionales muy importantes; tiene una alta concentración de calcio y fósforo
que es fundamental para el desarrollo de huesos para los niños y tiene una
cantidad importante de ácido fólico que es indispensable para la etapa de
gestación.
–¿Qué representa el Perú en esta oferta de
recursos hidrobiológicos para el mundo?
–Definitivamente, el Perú es el principal
productor de pescado a escala continental y uno de los principales en el mundo.
Sin embargo, las capturas han venido decreciendo por la posible influencia del
cambio climático y por la ocurrencia del Fenómeno El Niño, que cada vez son más
frecuentes. Pero pese a ello el Perú sigue siendo un jugador de primera línea
en el contexto internacional, principalmente por la producción de harina de
pescado.
–¿El Perú podría ayudar a consolidar la
seguridad alimentaria mundial, mediante insumos para incrementar el consumo de
pescado?
–Sí, el Perú puede contribuir a lograr la
seguridad alimentaria en el mundo porque posee el suficiente volumen, tanto en
la pesca artesanal para consumo humano directo (CHD) como en harina de pescado.
El reto del Perú es generar inversiones para traer pescado a zonas donde no hay
cadena de frío que garantice la inocuidad del producto; en líneas generales es
un jugador fundamental en este proceso.
¿Cuál es el sustento técnico o científico que permite afirmar
que el Perú posee el suficiente volumen? Sabemos con cierta precisión el
volumen de anchoveta, pota y merluza, pero ¿los demás recursos? ¿Cómo se puede
atraer inversiones para vender pescado en el mercado interno si la exportación,
con los subsidios que tiene, se convierte en una competencia desleal? ¿y por
qué el Perú debe preocuparse en alimentar al resto del mundo mientras su propia
población tiene carencias alimentarias? ¿No es lo correcto que primero se
atiendan las demandas nacionales y se exporte los excedentes? Pero, claro si la
exportación se convierte en una actividad privilegiada, subsidiada y
promocionada antes que el mercado interno, el problema está en cómo el sistema
ha concebido o entendido el término de “seguridad alimentaria”.
Lo ético es asegurar la alimentación nacional antes de entrar en
promociones de exportación de recursos alimenticios para oros países. Si bien
es cierto las exportaciones generan lucro para unos cuantos y un aporte al PBI,
no pueden hacerse descuidando ni relegando las necesidades de las poblaciones
marginadas y vulnerables que existen en el país.
–¿El volumen que menciona es suficiente para
eliminar la desnutrición en el Perú?
–Absolutamente, existe un volumen muy
importante de producción que supera la demanda nacional. Aquí tenemos otros
problemas que tienen que ver con la distribución del recurso. El Perú es el
segundo país en la región con el mayor consumo per cápita de pescado, después
de Guyana, con 23 kilogramos, nivel que supera con creces la recomendación del
departamento de salud de los Estados Unidos (12 kilogramos).
Esta afirmación carece de sustento científico o técnico. ¿Cuál
es la demanda nacional? ¿Alguien la ha cuantificado? ¿Cuál es el volumen de
producción en relación con la demanda para afirmar lo anterior?
Sin embargo, hay una variante desigual muy
alta al punto que en la Sierra solo se consumen cuatro kilogramos, en promedio.
En ese punto quiero reconocer al Gobierno peruano por tratar de equiparar el
consumo por medio del programa A comer pescado, el cual está logrando que el
pescado llegue a zonas donde antes no llegaba y ese es un esfuerzo muy grande e
importante.
–Y cuánto está ayudando este programa a reducir
la desnutrición en el país?
–A comer pescado está generando una
contribución enorme a la población de mayor necesidad y esperamos que reduzca
los índices de desnutrición en aquella población de zonas donde todavía el
consumo es bajo. Este es un programa muy importante para eso y, además, genera
mejores hábitos alimenticios, lo cual también previene enfermedades.
¿Cuál es el informe técnico que mide los progresos del programa
A comer Pescado? ¿Cuál es su línea de base y cuáles son sus indicadores que
permiten afirmar que el pescado está llegando a zonas donde no llegaba antes?
¿De qué zonas se habla y de qué volumen de población?
–¿Puede ser un programa de referencia para
otros países?
–Existen otros programas con sus propias
modalidades, pero el programa A comer pescado ha sido referente en foros
internacionales de intercambio de experiencias y es muy bien recibido por los
demás países.
–¿Cómo ven el esfuerzo del Gobierno en
convertir la acuicultura en nuevo motor de la economía?
–Creo que está yendo en una excelente
dirección. El Gobierno ha tenido mucho tino y una buena preocupación, que se
reflejan en acciones concretas. La instalación de las mesas de acuicultura es
un acierto muy importante que va caminando muy bien. El incremento de la producción
de las conchas de abanico refleja que las políticas están dando resultados.
Además, se gestan programas de innovación para desarrollar la acuicultura lo
cual es un esfuerzo enorme que pocos países hacen.
¿La nueva ley de acuicultura no contribuye?
–¿Qué tanto se puede desarrollar la
acuicultura?
–La cuestión es disminuir la presión sobre
los recursos pesqueros pasando de capturar a cultivar. Ese es el proceso por el
cual hay que apostar y entiendo que es lo que está tratando de hacer el
Gobierno. Se está haciendo la transición necesaria para garantizar una menor
presión sobre los productos pesqueros y desarrollar una nueva actividad
económica.
Próximo gobierno debe seguir con programas
El vocero de la FAO aseveró que es
importante que tanto el programa A comer pescado como la mesa de acuicultura
deben ser continuados por la próxima administración. “Estoy seguro de que las
nuevas autoridades van a tener el tino de continuar con todos los proyectos que
se han venido haciendo y que son positivos. Seguramente habrá muchas cosas por
ampliar, pero los esfuerzos son importantes y fundamentales”.
Asimismo, mencionó que el desarrollo de la
pesca artesanal será fundamental para elevar el CHD y también las exportaciones
de recursos hidrobiológicos.
Pesca y consumo
La pesca representa el 84% y la acuicultura
el 16% de la producción pesquera y acuícola de la región, según cifras
oficiales de 2013.
El Perú es el país con los
índices más altos de consumo de pescado en los países de América Latina y el
Caribe, con 22.7 kilogramos. La FAO recomienda tomar acciones en el Perú que
equiparen el consumo en todas las regiones.
En el mundo hoy existen más de 800 millones
de personas que padecen malnutrición crónica y, por ello, el desarrollo
sostenible de la pesca y la acuicultura es fundamental para la lucha contra el
hambre.
Fuente
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