La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
11 de julio de 2015
Cambio climático pone en alerta al sector pesquero
El calentamiento del mar que se
pronostica para septiembre de 2015, en un incremento de entre 3 y 4 grados,
afectará a las especies y la actividad pesquera. Reuniones de prevención
sugieren controlar los permisos de pesca para indistintas especies de acuerdo a
temporadas, para evitar vedas. De cuatro especies de abulón, solo dos se
reproducen de manera silvestre, y la sardina está escaseando
Un grupo de científicos congregó
al sector público y a la Iniciativa Privada pesquera de Baja California, y
analizan el impacto que tendrá en esa actividad
el incremento de la temperatura entre 3 y 4 grados Centígrados a partir
del próximo septiembre en el Océano Pacífico y Golfo de California, según
pronostica la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA).
En la reunión para generar un
estudio en las pesquerías ante la influencia del fenómeno climático “El Niño” y
otros posibles futuros escenarios, Matías Arjona Rydalch, titular de Secretaría
de Pesca y Acuacultura de Baja California (SEPESCA), controló el encuentro en
el que se establecieron acuerdos que de llevarse a cabo como lo sugieren los
científicos, lacerarán la economía del sector empresarial.
El fenómeno “El Niño” se
caracteriza por el calentamiento del Pacífico oriental y provoca lluvias por
encima de lo normal, pero a la par, el cambio climático genera condiciones que
provocan huracanes y tormentas que serán atípicos en la región.
Una de las propuestas de Óscar
Sosa-Nishisaki, miembro del Departamento de Oceanografía Biológica del Centro
de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) es
redirigir la industria pesquera, dependiendo de la disponibilidad de productos
marinos, a fin de evitar la imposición de vedas.
“Se tiene que hacer con
información científica y no porque ‘mi compadre acaba de ser nombrado equis
funcionario de Pesca y me va a dar un permiso’, eso debemos de acabarlo”, dijo.
Planteó que, por ejemplo, el
calamar gigante se descontroló en las aguas de Ensenada, debido a que había
muchos “compadres” sentados en la mesa y no hicieron un control adecuado para
manejar la pesquería de la mejor manera. Comparó México con Estados Unidos,
donde este último tuvo que cerrar la pesca de sardina por un par de años para
la parte norte, como medida extrema para recuperar la población.
En Baja California la sardina es
el principal producto que usan las empresas para la engorda de atún aleta azul.
Anteriormente se industrializaba a manera de harina para alimento a crustáceos
de cultivo, pero el mercado se desvaneció.
Gilberto Gaxiola Castro,
investigador del CICESE, habló sobre los cambios en el ecosistema marino de
Baja California y refirió que la predicción de la NOAA es la llegada de un
“Niño” moderado o intenso en 2016.
Recordó que el fenómeno más
fuerte que se ha registrado en el Pacífico mexicano fue en 1997 y 1998, en los
primeros 100 metros de la superficie, dejando como consecuencia un menor número
de organismos superiores.
Recapituló que en ese año el
calentamiento inició en el Pacífico oriental y se extendió en el Pacífico, de
tal manera que Alaska y Canadá se beneficiaron porque el invierno fue menos
crudo, mas para la pesca del salmón hubo efectos negativos.
Abulón rumbo a la extinción
Las variedades de abulón de vida
silvestre son el amarillo y el azul, mientras que el negro prácticamente
desapareció y el rojo es el único que se cultiva en ranchos del sur del
municipio de Ensenada. Una lata de 400 gramos de abulón tiene un costo
aproximado a 100 dólares.
José Julián Castro González,
director del Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP), se refirió al
calentamiento del mar en el Pacífico nororiental y sus posibles consecuencias
para el otoño-invierno 2015-2016.
Mencionó que las áreas donde se
encuentra abulón, son la Isla de Todos Santos e Isla Guadalupe, así como El
Negro en Jatay, que es una reserva nacional. El Haliotis es regulado bajo la
NOM-009-PESC-1993 y es la segunda pesquería más importante a nivel mundial,
luego de la langosta.
Los años cincuentas fueron mozos
para esta pesquería que extraía hasta 6 mil toneladas por temporada, pero
varios factores naturales y de sobreexplotación terminaron por mermar el abulón
y, en 2001, hubo poco menos de 500 toneladas hasta caer drásticamente a menos
de 100 toneladas en 2014. Y las estimaciones de este año van hacia abajo.
“Es una pesquería en tinieblas”,
describió para resumir el deterioro de entre 27 a un 60 por ciento en comparación
a décadas pasadas. “Estos son valores reales y se toman decisiones de cuota,
misma que está en corresponsabilidad entre grupos pesqueros y nosotros”,
concluyó.
En cambio, la Secretaría de Pesca
ofreció datos optimistas de esta especie y asegura que la producción de vida
silvestre está por encima de la captura, lo que sugiere una recuperación.
Benigno Hernández de la Torre,
consultante de Bio-Geo-Climatología y Ecología Marina, enfatizó que no todo el
calentamiento viene del fenómeno de “El Niño”, aun así, las condiciones según
su modelo en el que muestra el comportamiento de la temperatura diaria en el
mar desde principios de
2014, es un indicador de que el brazo bajacaliforniano
está amenazado por las altas temperaturas.
Más tormentas
Gaxiola Castro sostuvo que otro proceso
natural que puede recibir influencia del cambio climático son los eventos
climáticos extremos, como en este caso, el océano que se calienta más y, por lo
tanto, aumenta la probabilidad del impacto de tormentas tropicales en Baja
California.
“En este año el huracán ‘Blanca’
fue la primera vez que en un junio extiende las tormentas más al norte, porque
siempre han entrado por el sur, entre septiembre y octubre pero nunca en
verano, pero como el océano está caliente existe mucha probabilidad de que
estos meteoros bajen más a la parte norte”, refirió.
En contraparte, hay una corriente
fría de California que estudian para conocer si puede contraatacar el efecto,
pues cuando cambian las características físicas del mar, a la par se modifican
las abundancias de peces en el mar.
Los intervalos de temperatura en
el mar donde se encuentra mayor proliferación de comida es entre los 15 y 16
grados Centígrados, mientras que en las calientes, es de 23 a 26 grados y la
presencia es menor porque la biomasa no sobrevive.
La sardina también se acaba
La captura de sardina está en un
vaivén en ambos polos costeros del municipio de Ensenada, donde los registros
de captura que se tienen desde el año 2000, varían desde poco más de 53 mil toneladas
en 2004, a cerca de 78 mil en 2008 y 52 mil en 2014.
Para Sosa-Nishisaki, el ciclo de
vida de los pelágicos es claro y la supervivencia de los huevos, además de las
larvas, está a expensas de las características oceanográficas del entorno.
Ejemplificó la corriente de
California, con vientos que atraen nutrientes desde el fondo hasta la
superficie para enriquecer de clorofila el agua, y que se distingue por el
color que le da al mar, a su vez, proporcional a su nivel de productividad.
“Con ‘El Niño’ la surgencia sí se
da, pero lo que pasa es que la inyección
de nutrientes hacia el medio ambiente se disminuye, y eso produce que haya
menor alimento para las larvas”.
La subpoblación de sardina se
distribuye en el norte, en Ensenada, y a la mitad de la Península de Baja
California, frente a Bahía Magdalena, mientras que hay una tercera mancha de
sardina “Monterrey” en el Golfo de California. La movilidad depende de la
estacionalidad.
“Una recuperación la veo difícil
cuando pescamos en la sección norteña en la región. Ese proceso no tiene freno,
se está complicando con este fenómeno que se nos está presentando, va a
producir que las condiciones no sean favorables y vamos a tomar decisiones,
mientras que en el sector científico estamos abiertos”, advirtió el
especialista, quien agregó:
“No tenemos un seguimiento a
nivel estatal, solo reportamos sardina, pero desde el punto de vista
teórico-pesquero, es una situación importante porque no sabemos de qué
población nos estamos abasteciendo”.
Consideró que las empresas y el
sector público tienen que ver con seriedad el problema para que deje de ser
como un “amor de discoteca”: “Me acuerdo que por ahí de 1991 o 1992 me
tocó hacer un seminario y hablar sobre
el efecto de ‘El Niño’ en las pesquerías, pero esto puede ser como que te
encuentras a una chica en la discoteca, te diviertes, le prometes de todo, pero
a las dos semanas se olvida y pasa lo que ahora está pasando”.
El investigador del CICESE
reflexionó que ojalá el esfuerzo sirva y renazca la posibilidad de hacer un
consorcio donde los científicos expliquen qué es lo que está sucediendo, así
como los posibles efectos; de lo contrario, ironizó, en unos años volveremos a
hablar de “El Niño”’ de 2053.
Langosta, en la incertidumbre
Mario Ramade Villanueva, responsable
del Departamento de Pesquerías de la Federación Regional de Sociedades
Cooperativas Pesqueras (FEDECOOP),
vislumbra un panorama distinto para la langosta. Hasta la fecha no se
tiene un registro de que la temperatura del agua desmotive el crecimiento de
los juveniles.
“Es difícil asociar esta masa de
agua y su efecto en el desarrollo en langostas, no está claro”, defendió.
Pesca furtiva, otra calamidad
La pesca clandestina es el
enemigo más cercano de cualquier medida que puedan tomar los sectores que
confluyen con la vida en el mar.
El secretario de Pesca fue
tajante frente al presidente de la Cámara Nacional de Industria Pesquera
Acuícola (CANAINPESCA), Juan Morán Sánchez, al advertir que a pesar del cambio climático, nadie puede
deslindar culpas y que el reto va más allá de las políticas públicas, así como
las prácticas responsables o los pronunciamientos fatalistas.
“No podemos negar que podemos
tomar medidas inmediatas para atenuar los efectos, y una de ellas, productos de
la rentabilidad que ofrece la pesca en Baja California, es el combate sin
tolerancia a la pesca furtiva. Porque no podemos acusar a las instituciones de
tomar medidas difíciles, como en el caso de las vedas, y esperar que no actúen
con energía para castigar el saqueo indiscriminado de especies en nuestro
litoral”, indicó.
Sobre las capturas entre enero y
octubre de 2014, según el Sistema Nacional de Información para el Desarrollo Rural
(SNIDRUS), entre las 250 unidades pesqueras y acuícolas en Baja California se
cosecharon más de 87 mil 250 toneladas de productos marinos, con un valor
comercial de mil 48 millones de pesos. Una riqueza que cada vez se ve más
limitada.
Reportero:
Lorena Lamas
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