La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

31 de marzo de 2012

LA DEBILIDAD DEL SISTEMA DE GESTION PESQUERO

La sobrepesca no constituye el único problema.

La degradación del entorno marino, y la interferencia con el ecosistema a través de la consciente o inconsciente utilización de los océanos como receptor de desechos, además de la destrucción del hábitat originadas por malas prácticas de extracción, son factores de creciente incidencia en términos de deterioro de la producción marina.

La industria pesquera atribuye a los recursos marinos, no solo el carácter de renovable, sino además, la cualidad de inagotable. Han elegido aceptar el mito, en obstinada ignorancia de los hechos.

El problema podría ser más profundo. Los modernos sistemas de administración pesquera, no han dado la suficiente importancia a las pautas de comportamiento que caracterizan al pescador según su contexto económico, social y cultural.

Las generalizaciones del problema, que pretenden simplificar una situación extremadamente compleja, tienden a opacarlo. Un ejemplo es el concepto de que la reducción de la flota, o de su capacidad de bodega es una solución. Si bien esto es cierto en parte, el problema presentado de esta manera se ve reducido a una cuestión de números y, por ende, susceptible de solucionar mediante formas sencillas de regulación. El término evade el hecho de la capacidad de captura que la tecnología moderna le confiere o puede conferir a las embarcaciones de hoy: El número de embarcaciones e incluso las formulas que combinan eslora, envergadura y potencia del motor para medir la reducción o incremento del esfuerzo pesquero son bastante relativas.

Este punto también simplifica, relega y/o evade las complejidades ecosistémicas y las asociadas con la dinámica de poblaciones, factores determinantes del tamaño y comportamiento de los stocks.

Al no tener en cuenta los impactos medioambientales y ecosistémicos así como los aspectos institucionales, los sistemas de gestión han buscado soluciones que tratan los síntomas del problema y no sus causas.

Existen debilidades en el modelo bio-económico que sirve de base a la administración de pesquerías. Primero, la teoría no toma en cuenta la tendencia hacia la inestabilidad que caracteriza al entorno marino; también simplifica en extremo el comportamiento de las diferentes poblaciones de peces e ignora las complejas interacciones entre las distintas especies, a través de su obstinada insistencia en utilizar referencias tomadas basándose en una sola especie. Por último, desconoce el impacto provocado por la compleja dinámica que conjuga la escasez del recurso, el desarrollo tecnológico y el comportamiento humano.

La industria pesquera enfrenta una crisis de administración.

La intervención de capitales industriales ha irrumpido en territorios tradicionales, transgredido regulaciones básicas y
sustituido el concepto de sustentabilidad colectiva por el de explotación competitiva.

La supervivencia de los recursos pesqueros fue afectada por los procesos de penetración de capitales, las inversiones en tecnología y la creación de mercados globales.

La coexistencia armónica entre la pequeña empresa artesanal y la gran operación industrial perduraría solo mientras los recursos marinos mantuvieran cierto nivel de abundancia y los mercados para las respectivas capturas presentaran diferencias marcadas.
Una pesquería sostenible solamente será posible cuando el país alcance el adecuado nivel de madurez cívica que le permita
entender y aceptar que se requiere colocar el interés nacional por encima de los intereses de parte.

El interés nacional requiere que se desechen los intereses económicos grupales y se privilegie la alimentación de la población nacional por encima de todo. Ello impone tener pesquerías sustentables, una adecuada preservación de los recursos pesqueros, del ecosistema y del medio ambiente, de tal forma que se garanticen alimentos baratos para toda la población del país en forma prioritaria.

La crisis mundial de alimentos y el índice de desnutrición de nuestro país, nos obligan a ser totalmente objetivos a fin de proteger los recursos hidrobiológicos que proporcionan alimentación. Estos recursos, además de representar una oportunidad importante para la alimentación, constituyen una reserva estratégica que en el mediano plazo pueden colocar al Perú en una posición ventajosa en términos de abastecedor mundial de alimentos.

La autoridad de pesqueria tiene la obligación de regular el esfuerzo pesquero en base a reportes científicos preparados por el ente científico oficial, el IMARPE. Las leyes y normas vigentes así lo imponen.

Hace algunos meses cuando la autoridad de Pesquería reclamó una auditoría internacional para el IMARPE a fin de validar sus métodos y procedimientos científicos, muchos miembros de la colectividad pesquera pusieron el grito en el cielo porque se estaba cuestionando la imagen de un ente científico con renombre internacional. No se quería la auditoría. Sin embargo cuando un informe del mimso ente afecta algunos bolsillos, se procede de inmediato a cuestionar la veracidad y calidad de sus informes, en este caso de la merluza.

Este solo hecho amerita insistir con dicha auditoría para poner en evidencia la veracidad y calidad de la información científica de la Institución Oficial del Perú en materia de investigación pesquera.

No se regula la pesquería bajo presión de grupos económicos, ni bajo insultos o amenazas de empresarios afectados en su bolsillo, ni bajo la amenaza de paros y bloqueos de carreteras.

Los empresarios pesqueros, nacionales y extranjeros, se someten a las leyes peruanas y están obligados a guardar respeto por la normatividad vigente y también a guardar la compostura en cualquier escenario, sobre todo en el Congreso de la República, donde hace poco un grupo de empresarios pertenecientes a la Sociedad Nacional de Industria faltaron el respeto a la viceministra de Pesquería y a la majestad de la comisión de Producción y Pymes del Congreso del Perú. Resulta intolerable aceptar que extranjeros, por más inversión que hayan realizado en el país, ofendan a la autoridad nacional y a la majestad del Parlamento.

¿Se permitiría una conducta de esta naturaleza en otro país, como Chile por ejemplo?

29 de marzo de 2012

PELEA DE CUOTAS Y LICENCIAS

Foto

Enfrentados. Víctor Matta Curotto, dueño de Exalmar, y Humberto Speziani, asesor principal de TASA, en una disputa por la compra de Pesquera Mar (Fotos: América Economía y Creativa).
 
Por Milagros Salazar.-

El dirigente por antonomasia del gremio pesquero, notable para unos, notorio para otros, terminó aceptando que la verdadera razón por la que se expulsó a Exalmar de la Sociedad Nacional de Pesquería se resume en dos palabras: Pesquera Mar.
Humberto Speziani, asesor principal de la pesquera más importante del país, TASA, y miembro del Comité de Ética de la SNP, admitió en una entrevista telefónica con IDL-Reporteros que, de acuerdo con lo que sabe, la votación en el Consejo Directivo del 28 de febrero se inclinó por la expulsión de Exalmar al ratificarse esta compañía en su decisión de comprar Pesquera Mar.

“Él [Víctor Matta Curotto, dueño de Exalmar] ha podido decir ‘yo no voy a comprar’, y no hubiera habido ningún problema”, dijo Speziani por teléfono desde Estados Unidos.
Richard Inurritegui, presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería (Foto: IDL-Reporteros).

Así, el asesor de TASA, contradijo inequívocamente al actual presidente de la SNP, Richard Inurritegui, quien en una entrevista el miércoles 28 de marzo con Jimena de la Quintana, en el programa Rumbo Económico, de Canal N, dijo que la única razón para la expulsión de Exalmar fue haber comprado pesca de embarcaciones amparadas en medidas cautelares. Inurritegui sostuvo que solo después de la expulsión de Exalmar se enteraron de las gestiones de esta para comprar Pesquera Mar.

Las declaraciones de Speziani, y varias otras, contradicen totalmente a Inurritegui, quien parece tener un serio problema con la verdad. [Ver entrevista con el presidente de la SNP, quien no quiso responder personalmente a IDL-R y prefirió enviar sus respuestas vía correo a través de la consultora Llorente & Cuenca].

¿Por qué la compra de una compañía por otra desató semejante crisis? Sucede que Pesquera Mar logró en febrero que el Ministerio de la Producción le restituyera –por mandato judicial– los derechos de pesca de cuatro naves (llamadas Tres Hermanos, con numeración correlativa para distinguirlas entre sí) y la licencia de una fábrica. Los barcos y la planta fueron expropiados durante el régimen militar de Velasco; y los dueños iniciaron un larguísimo litigio que concluyó con la restitución judicial de la propiedad.
Esa devolución judicial significa ahora mucho dinero. La compra de Pesquera Mar representa en la práctica la obtención de casi medio punto porcentual de cuota de pesca, valorizada en unos 50 millones de dólares.

No solo eso. La restitución de estos derechos agotaría el fondo de contingencia judicial (que administra el ministerio de Producción) de las cuotas de pesca. Entonces, cualquier otro mandato judicial significaría recalcular, es decir reducir, las cuotas vigentes de los empresarios pesqueros. Eso hizo sonar todas las alarmas de peligro, ante la posibilidad de desestabilizar el sistema cuidadosamente calculado de reparto de cuotas, de un grupo de empresarios con acceso exclusivo al espectacularmente rentable negocio.
Máximo Saavedra, uno de los dueños de Pesquera Mar (Foto: IDL-Reporteros).

En su informe Intrigas en la pesca, IDL-Reporteros reveló el otro trasfondo de la discordia. El hecho es que no sólo Exalmar había incumplido el llamado ‘acuerdo ético’ de la SNP, de no comprar pesca a naves que operen con medida cautelar. Varias otras compañías hicieron lo mismo.

Pero, de hecho, ese último tema potencialmente bochornoso, no fue de ninguna manera el decisivo. Las declaraciones de Speziani, a continuación, describen explícitamente lo que sucedió.

Humberto Speziani (HS): Yo creo que los votos a favor de Exalmar para no expulsarlo [sic] cambiaron de parecer cuando comprueban que Exalmar estaba interesado (en comprar Pesquera Mar). Entonces yo creo que ese ánimo cambia (…) porque él tenía votos a favor.

IDL-R: ¿Matta Curotto [presidente ejecutivo de Exalmar] tenía votos a favor (en el Consejo Directivo) para que no lo expulsen?

HS: (…) Sí claro (…) Las personas que estaban a favor me lo han dicho (…) cambiaron de parecer y fue unánime.

(…)
HS: (…) Al final, se puso la cosa tan grave que ahí decidieron. (…) El ánimo ha cambiado dentro de la sesión del directorio.

IDL-R: Por el interés de comprar Pesquera Mar…

HS: Es lo más probable.
(Escuchar entrevista)
IDL-R habló con diversas fuentes que aceptaron que, en efecto, Exalmar no iba a ser expulsada sino solo suspendida temporalmente.

Speziani lo confirmó, y aseguró que él, como asesor de TASA, no tuvo una activa participación en la decisión final del gremio porque para entonces ya se encontraba en Estados Unidos por problemas de salud.

Pero, la familia Saavedra, propietaria de Pesquera Mar, aseguró en una entrevista con IDL-R que Speziani acudió en febrero a la casa de Víctor Matta Curotto a advertirle que “se atenga a las consecuencias” si compraba la compañía. Aún no se había producido la sesión del 28 de febrero del Consejo Directivo. IDL-R pudo averiguar, de fuentes cercanas a Matta, que la visita de Speziani se produjo en la casa de playa de este.

Los Saavedra también revelaron que mientras la negociación de venta de Exalmar con Pesquera Mar despertaba las iras de Speziani, otros miembros del gremio los cortejaban con gran amabilidad. Según ellos, no sólo Exalmar estuvo interesada en comprar la compañía por unos 25 millones de dólares; también estaba en la fila la Pesquera Ribaudo que ofreció un monto cercano al de Matta. De acuerdo con los Saavedra, las ofertas económicas aumentaban conforme se iban salvando los obstáculos en el Poder Judicial.

Pero la historia dio un giro brusco y muy poco grato para los Saavedra, con el reciente anuncio del ministro de la Producción, José Urquizo, de iniciar un proceso de anulación de la resolución a favor de Pesquera Mar.
Los hermanos Saavedra, dueños de Pesquera Mar,en la década del 70. A la izquierda, el ya fallecido Pedro Saavedra, al centro, Antonio, y a la derecha Máximo.

Un conmocionado Máximo Saavedra, de 83 años, uno de los dueños de la compañía, dijo a IDL-R que recurrirá “a todas las instancias para hacer valer sus derechos”.
Saavedra, quien vive en Trujillo, llegó a Lima con su familia para reunirse con sus abogados y enfrentar el tema. “Que el ministro se dé cuenta que todo lo que estamos reclamando es justo. Él debe saber que esa resolución es por una lucha de tantos años”, apuntó.

Una de las posibles razones de la intervención de Urquizo, fue por la presión de la SNP. A través de comunicados en los diarios y reuniones lograron que el Ministerio de la Producción retrocediera en la restitución de los derechos a Pesquera Mar.

El argumento fue indicar que esos derechos ya habían sido entregados a otra empresa en 2003 y que por lo tanto se estaba duplicando el esfuerzo pesquero.
Óscar Peña, tan aficionado a los caballos como a las medidas cautelares (Foto: Perú Hípico).

¿Cuál era esa otra compañía? Hope Trading, del conocido “rey de las medidas cautelares” Óscar Peña. Él a su vez creó otras empresas para vender los derechos por el 66% de la capacidad de bodega de las naves a TASA. (Ver cronología).
Quizás, ahora se entiende mejor la participación de Speziani en esta disputa.
Coincidencia inesperada
Patricia Majluf, la nueva viceministra de pesquería y bióloga conocida por su defensa de la anchoveta, se preocupó de inmediato por el asunto de la duplicación de cuotas.
Al final, dos posiciones en frecuente conflicto terminaron encontrándose unidas en contra de la resolución a favor de Pesquera Mar: el afán conservacionista de Majluf y los intereses comerciales de la SNP.

Pero el proceso de anulación de la norma que favoreció a los Saavedra, ha generado un dolor de cabeza legal a los abogados de la Oficina de Asesoría Jurídica del Ministerio de la Producción, quienes aún no saben cómo resolver el problema. El suspenso es sobre cómo responder a la siguiente pregunta: ¿el Ministerio le quitará los derechos de pesca a TASA para entregárselos a los Saavedra o no acatará la orden del juez?
El veloz Peña
La historia de cómo Óscar Peña logró obtener los derechos de Pesquera Mar es poco clara. Según Máximo Saavedra, en diciembre de 2002, él y su hermano Antonio acordaron venderle a Peña, por 46 mil dólares, la licencia de una planta harinera. Para entonces ellos estaban cansados de reclamar sin éxito la aplicación de los derechos que en 1992 el Poder Judicial les devolvió en el papel.

Máximo Saavedra asegura que él y su hermano firmaron, con engaños, un contrato en el que cedían todos los derechos de su empresa a Peña. “Yo creía que era solamente la planta”, insiste.

A partir de entonces, Saavedra acusó judicialmente a Peña de falsificar documentos para que el Poder Judicial ordenara, en 2003, al Ministerio de la Producción otorgar los derechos de Pesquera Mar a una de las empresas de Peña: Hope Trading. En pocos días el Ministerio acató la orden judicial.

Hoy se sabe que la entonces responsable de la Dirección de Extracción y Procesamiento Pesquero, Flor de María Alvarado, quien jugó un papel importante en este proceso favorable a Peña, trabaja en una empresa de este: LSA Enterprises Perú S.A.C.

El gerente general de TASA, Carlos Pinillos, dijo en entrevista con IDL-R que no resulta creíble que los Saavedra fueran estafados porque en el contrato de cesión de derechos figura que hubo hasta tres momentos en que los Saavedra supuestamente tomaban conocimiento de esta transacción. “La compra se hizo de buena fe”, insiste.
Carlos Pinillos, gerente general de TASA (Foto: IDL-Reporteros).

Saavedra, a su turno, refiere que en 2004 se reunió con Pedro Brescia, uno de los dueños de TASA, y Speziani, para informarles sobre la forma en que Peña adquirió Pesquera Mar. No había mucho que hacer. Para entonces TASA ya había cerrado el negocio.

Como reveló IDL-R, Peña continuó su relación comercial con TASA hasta hace poco. En los últimos tres años, esta empresa le compró carga a tres de sus naves (ver descargas) a pesar que este cuestionado empresario tiene como parte de su flota a Doña Licha II, un barco que no sólo pescaba con medida cautelar sino que entre marzo y junio del año pasado lo hizo de manera completamente ilegal.

Pinillos insistió en que TASA hizo estas compras hasta inicios de 2010 y que en la última temporada de pesca en el sur sólo se realizaron “una o dos descargas” por algún
“problema mecánico” de los barcos de Peña o “un problema de salud en la gente (los tripulantes)”. Lo cierto es que TASA le compró a la nave Estefanía I de Peña, el 50% de todo lo que pescó en esta última temporada del sur. No una sola vez, sino siete.

Pero, ¿por qué Peña, con tales antecedentes, ha seguido vendiéndole pesca a las empresas más poderosas de la SNP? La respuesta está en algunas movidas dentro del gremio.
En noviembre pasado, un sector de la SNP solicitó vía correo electrónico, que no se le compre a ninguna nave de Peña y fue Speziani quien se mostró en desacuerdo. Pinillos aseguró que desconocía esta solicitud. Sin embargo, su correo aparece en la lista. (Ver correos)

Speziani señaló a IDL-R que no se opuso por razones legales ya que Indecopi podía acusar a la SNP de concertación por vetar a un solo empresario. Recién este mes, luego de más de un año de aprobarse el pacto ético, una oportuna postergación del caso Peña y la expulsión de Exalmar, la SNP especificó en el acuerdo ético que tampoco se le puede comprar carga a empresas que tengan alguna nave pescando con medida cautelar.

http://idl-reporteros.pe/2012/03/28/pelea-de-cuotas-y-licencias/

21 de marzo de 2012

El 82% de las especies pesqueras no tiene límite de captura en Europa

Así lo confirma un informe de la organización no gubernamental Oceana, presentado esta mañana en Madrid con el apoyo del actor Miguel Ángel Silvestre. El trabajo alerta sobre la falta de gestión pesquera en la Unión Europea y demuestra que 686 especies son capturadas sin las medidas de gestión necesarias para garantizar el futuro de los stocks.
      
      
   
La corvina, el pulpo, la sepia, y el langostino, entre otros, forman parte de las 686 especies incluidas en el estudio. Su pesca equivale al 31% de las capturas totales (el resto corresponde a la captura de especies gestionadas). El informe de Oceana denuncia la falta de medidas de gestión para ocho de cada diez especies pesqueras explotadas por la flota europea (el 82%).
“Además de regular el esfuerzo pesquero creemos que tiene que haber un control de la captura de estas especies por parte de las administraciones”, denuncia en la presentación del trabajo Javier López, científico marino de Oceana.
El informe destaca la explotación sin control también en aguas del Mediterráneo donde la propia Comisión Europea admite que la mayoría de los stocks están sobreexplotados. Situaciones similares se dan en otras zonas de pesca, donde solo se definen límites de capturas para las especies más valiosas como los túnidos. “La Unión Europea también pesca en aguas internacionales y de terceros países donde la gestión es todavía más ambigua”, apunta López.
Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana Europa, comenta a SINC que es necesario que aumente el número de especies gestionadas y que se potencien las artes de pesca tradicionales que son “menos agresivas y más selectivas”.


Hacia una pesca sostenible
“Sin gestión no puede haber sostenibilidad, y sin sostenibilidad no hay futuro para la pesca ni para nuestros océanos”, declara Miguel Ángel Silvestre, en su primer acto de apoyo a Oceana. “Si seguimos así en el 2048 no habrá peces comestibles”, alerta citando datos científicos que la organización recogió en 2010 de la revista Nature.
Sin sostenibilidad no hay futuro para la pesca ni para nuestros océanos
Acuerdos internacionales, normativa europea y leyes nacionales obligan a gestionar los recursos de manera responsable. “Haciendo caso omiso a estos mandatos no sólo ponemos en peligro los stocks pesqueros sino también la viabilidad económica y social de la actividad pesquera”, advierte Pastor.
 Oceana propone aumentar progresivamente el número de especies gestionadas. Su objetivo es que se garantice la explotación responsable con la implantación de medidas técnicas y de gestión basadas en criterios científicos, o en su defecto, en el principio de precaución.


Pesquisa de redes en el mar

Reproducción de la columna ‘Las Palabras’ publicada en la edición 2217 de la revista ‘Caretas’.

Pesquisa de redes en el mar

Los periodistas de investigación sabemos que buena parte de los casos que seguimos son transnacionales. Así que para poder investigarlos aprendimos a cultivar el equivalente periodístico de la reciprocidad andina, colaborando con colegas de otras naciones y pidiéndoles ayuda también.

 En los hechos, el sistema es una forma básica e insuficiente de cooperación. Mejor que nada, pero lejos de lo necesario.

Hace ya varios años, en 1997, se fundó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que buscó congregar a los periodistas de investigación del mundo, no solo para intercambiar experiencias sino para planear proyectos conjuntos de investigación periodística internacional.

El ICIJ fue desde su creación un centro de periodismo sin fines de lucro, que señaló el camino por seguir a muchos otros periodistas de varias naciones que, al ver la entropía acelerada del periodismo investigativo en los medios comerciales tradicionales, buscaron salvarlo creando otros centros similares. ONGs periodísticas conducidas, por lo general, con el mayor rigor profesional y que compensaban la previsible austeridad de medios y recursos (salvo el caso de la afortunada ProPublica) con la libertad de poder trabajar sin cortapisas.

Son hasta hoy instituciones de estructura precaria, con modelos de sostenimiento necesariamente provisorios, sin saber (como, por otra parte, es regla de la vida) si tendrán existencias efímeras o longevas. Pero con la conciencia feliz de que cada día de trabajo periodístico no enfrenta otra limitación que la del talento y la diligencia en el cumplimiento de la misión.

A lo largo de los años, el ICIJ hizo varias investigaciones internacionales de mucho valor, algunas con participación individual de los miembros latinoamericanos.

“Mort llegó al Perú con el ánimo inquieto y la energía nerviosa de un joven reportero que teme perder su exclusiva”.

El año pasado, sin embargo, el ICIJ propuso una investigación conjunta a dos centros independientes de periodismo de investigación: CIPER (Centro de Investigación Periodística), de Chile; e IDL-Reporteros, de Perú, que dirijo. Visto en perspectiva, era natural que ello ocurriera: en los últimos años se crearon varios centros nuevos de periodismo de investigación sin fines de lucro; y aunque todavía somos muy pocos en toda Latinoamérica, antes no había ninguno y los que existimos hemos trabajado sin parar.



EL ICIJ nos propuso colaborar en una investigación sobre la depredación pesquera en el Pacífico Sur. Iba a ser una continuación de investigaciones previas sobre el saqueo de la vida marina en otras áreas del globo, por parte de flotas pesqueras, europeas buena parte de ellas, frecuentemente subsidiadas por sus gobiernos.
Yo acepté de inmediato. Entre otras razones porque IDL-Reporteros estaba precisamente llevando a cabo una difícil investigación sobre la industria pesquera peruana, cuyos objetivos calzaban bien con lo del ICIJ.

La periodista a cargo de la investigación era Milagros Salazar. Cuando uno ve, y escucha a Milagros tocando con maestría el cajón criollo, es poco probable que piense que los más resonantes éxitos de esta se han logrado trabajando inclinada sobre teclados silenciosos. He conocido pocas personas tan obsesivamente dedicadas a un reportaje como Milagros. No lo deja ni cuando respira, come o duerme, hasta verlo terminado, y aún entonces le cuesta despedirse de él.

En IDL-Reporteros, Milagros se dedicó a realizar reportajes ambientales, sobre todo respecto de la minería. Empezó a hacerlo desde el 2005, cuando ambos trabajábamos en La República y le pedí cubrir una comisión sobre la controversia minera-antiminera. El 2010, cuando empezó a colaborar con IDL-R ya era una experta en el tema.

Pero a principios del 2011 me propuso investigar un ámbito diferente: la industria pesquera. Una entrevista había llevado a varias otras y estas a una investigación sobre posibles irregularidades sistemáticas y fraudes masivos en la industria. Por supuesto que acepté y, a partir de ese momento, Milagros se dedicó a una difícil investigación con un tesón tal que prefiero describir para que ustedes lo califiquen.
Sus fuentes le habían asegurado que en virtualmente toda la inmensamente lucrativa industria de harina de pescado existía un fraude sistemático, en el que una buena cantidad de la pesca no era registrada en las fábricas y se robaba así al Estado, al defraudarle impuestos; y a los pescadores, su participación.

Pero, ¿cómo probarlo? Primero, Milagros consiguió, con dificultad, los registros de 47 mil desembarques de naves pesqueras en tres temporadas de pesca, con sus pesos declarados; y también los pesajes en fábrica de cada uno de ellos. Luego, había que digitalizar todo eso y correlacionarlo. Imaginen el trabajo.

No se trataba solo del volumen de datos, sino de que el cálculo no podía contener un solo error. Milagros viajó a Costa Rica, a encontrarse con Giannina Segnini, la eminente periodista de investigación del diario La Nación, que ha reforzado la unidad que dirige con ingenieros de sistemas y está tan dedicada a la “minería de datos” (data mining) como otros a la de metales. Con Giannina y sus ingenieros, Milagros tuvo la ayuda experta que le permitió procesar los datos, refinarlos, comprobarlos y confirmarlos.

De vuelta en el Perú, la investigación continuó y logró nuevos hallazgos al encontrar documentos ocultos que refrendaban sus resultados previos y, además, ayudaban a explicarlos.
Entonces, ya se había iniciado la colaboración con el ICIJ y CIPER. Y en julio del año pasado llegó a Lima el periodista a cargo de la investigación para ICIJ, el legendario Mort Rosenblum, quien desde 1965 reporteó en más de 200 países para la Associated Press (la guerra de Biafra, el nacimiento de Bangla Desh…, hay quienes sospechan que antes de eso entrevistó en exclusiva a Napoleón en la víspera de Austerlitz).



MORT llegó al Perú con el ánimo inquieto y la energía nerviosa de un joven reportero que teme perder su exclusiva. Cuando armó equipo con Milagros, dos generaciones de periodistas, separados por los años pero unidos por una obsesión sin fisuras por sus reportajes iniciaron una enérgica colaboración, de anécdotas memorables y resultados espectaculares. Mort no dice su edad, y el carbono 14 no se atreve a investigarla, pero no hay duda que es uno de los periodistas en actividad más veteranos en el mundo. Y verlo trabajar con la energía de un periodista veinteañero en su primer día de chamba, no es solo inspirador sino emocionante. Uno lo ve y sabe entonces que el buen periodismo nunca morirá.

Las investigaciones se publicaron, con algunas semanas de diferencia. IDL-R publicó las dos primeras de Milagros, que documentaron y demostraron la dimensión de un fraude millonario en la industria pesquera peruana. Pese a la gran importancia de la investigación, se buscó de encapsularla en el silencio, al no poderla rebatir.

Y entonces, la semana pasada, se publicó la investigación conjunta del ICIJ, CIPER e IDL-R (se puede acceder a ella, en castellano o inglés, en: reporteros.pe). A la investigación peruana se sumó el formidable trabajo de CIPER en Chile y el reportaje de Mort y Mar Cabra sobre la destrucción de los peces en altamar del Pacífico Sur. Una sola frase resume el drama de ese reportaje: “En tan solo dos décadas, el stock de jurel ha caído en picada: de unas 30 millones de toneladas a menos de tres millones en la actualidad”. Es decir, el 90% ha sido eliminado y la especie puesta en camino a la extinción.

“Sobrepesca: Alerta al pillaje de los mares” tituló Le Monde su reseña de la investigación. “Un saqueo épico en el Pacífico” fue el titular de portada del International Herald Tribune. “En el saqueo del jurel, signos de un épico colapso de peces”, encabezó el New York Times.
El único silencio que queda ahora es en las profundidades depredadas del Pacífico. Fuera de ellas, los resultados de la investigación resuenan y demandan acción.

http://idl-reporteros.pe/2012/02/02/columna-de-reporteros-63/

Extraordinario trabajo de IDL Reporteros que deberia ampliarse a las principales pesquerias del Peru como son la merluza y la pota.

10 de marzo de 2012

Intrigas en la Pesca, el reportaje de IDL Reporteros (por Milagros Salazar)

Intrigas en la pesca

http://idl-reporteros.pe/2012/03/10/intrigas-en-la-pesca/

La expulsión de Exalmar de la Sociedad Nacional de Pesquería no desata un enredo sino revela el trasfondo de la discordia.

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Señalamientos. Rossana Ortiz (gerente general de Exalmar), Richard Inurritegui (presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería) y Humberto Speziani (asesor de TASA) protagonizaron acusaciones mutuas de irregularidades en la pesca tras la sanción contra Exalmar.
 

Por Milagros Salazar.-

La fachada del local de la Sociedad Nacional de Pesquería, en la cuadra 24 de Javier Prado Oeste, era de un apropiado color azul marino. Ese no era, sin embargo, el color que describiría mejor el ánimo de los miembros del Consejo Directivo que participaron en la reunión del 28 de febrero pasado, que empezó hacia el mediodía.
Las dos convocatorias a la “sesión extraordinaria”, la primera del año, firmadas por la gerente general Viveca Amorós, mencionaban hasta tres temas de discusión. Al final, el asunto predominante se discutió con áspera brevedad y culminó en una decisión remecedora. Exalmar, una de las compañías más grandes de pesca en el Perú, fue expulsada de la Sociedad Nacional de Pesquería.

El acuerdo, bajo el relativo eufemismo de ‘exclusión’ en lugar de expulsión, se tomó alrededor de la una de la tarde. En ese momento, tanto el presidente ejecutivo de Exalmar, Víctor Matta Curotto, como la gerente general, Rossana Ortiz Rodríguez, se levantaron, dijeron “no tenemos nada que hacer aquí”, y se fueron.

La decisión, en los hechos, ya estaba tomada. El punto de quiebre se dio en una tormentosa discusión en el Comité de Ética de la SNP el 15 de febrero.

Ahí se discutió la acusación de que Exalmar había comprado, durante la última temporada de pesca, la carga a las naves Jamil y Pontevedra, que pertenecen a la empresa Faenas Pesqueras. Uno de los barcos de esta empresa, Bibaco 24 (con matrícula N° CE-8178-CM), opera bajo el amparo de una medida cautelar.

Naves pesqueras en el puerto de Chimbote (Foto: IDL-Reporteros).

Sucede que en noviembre de 2010, la SNP acordó que ninguno de sus asociados podría comprar las cargas de anchoveta de las naves que operaban con permisos (medidas cautelares) obtenidos en el Poder Judicial. Hasta entonces, casi todas las empresas del gremio le compraban a estas embarcaciones. (Ver detalles en la infografía). Según la explicación que dio el entonces presidente de la SNP, Humberto Speziani, los indicios de corrupción y malas maniobras en varios casos de naves que operaban bajo medidas judiciales –denunciados por el entonces ministro de la Producción, Jorge Villasante– los llevó a tomar esa decisión para, según lo parafraseó un diario, “desligar al gremio pesquero de cualquier acto vinculado con la corrupción”.

Más de un año después, Exalmar iba a ser la primera sancionada por, supuestamente, violar ese acuerdo.

Pero al empezar la discusión, el 15 de febrero, la gerente general de Exalmar, Rossana Ortiz, una mujer de carácter recio, pasó al contraataque. ¿De qué la acusaban? increpó especialmente a Speziani y a Ricardo Bernales, ejecutivo de Pesquera Diamante y primer vicepresidente de la SNP. ¿De comprar la pesca de las naves Jamil y Pontevedra? Ninguna de ellas, dijo, pescaba con mandato judicial, sus licencias estaban en orden. Lo que le contestaron, según recordó después Ortiz en entrevista con IDL-R, fue que “esas naves son hermanas de la Bibaco24, que opera con medidas judiciales. Están manchadas porque pertenecen a la misma empresa”.

“¡Eso no es correcto!” dijo Ortiz a IDL-R, “si mi hermano roba, eso es problema de mi hermano…”. Según fuentes presentes en la discusión, Ortiz increpó a Speziani y Bernales que si la iban a sancionar por comprar pesca de compañías con naves protegidas por mandato judicial, debían sancionar igual a las empresas que ellos representaban: TASA y Pesquera Diamante.
El empresario pesquero Óscar Peña, conocido como el “rey de las medidas cautelares” (Foto: Portal Hípico Peruano).
Sucede que ambas compañías compraron anchoveta a las naves de Óscar Peña, conocido como ‘el rey de las medidas cautelares’ y gerente general de LSA Enterprises Perú S.A.C. y Hope Business S.A.C. Peña tiene como parte de su flota a Doña Licha II que no solo ha pescado con medidas cautelares sino, en los últimos meses, de manera completamente ilegal.

Speziani se defendió, de acuerdo con fuentes presentes en la discusión, con un argumento especioso: que si vetaban a Peña podían acusar a la SNP, de ‘concertación’.
Un correo electrónico enviado por Speziani a los agremiados, el 23 de noviembre, lo confirma: Estoy en desacuerdo de considerar (en la lista negra) a un solo armador, como se podría inferir en el pedido, por razones de equidad”.

Veamos cómo funcionaba la ‘equidad’ en este caso. Tanto TASA como Pesquera Diamante han sido las principales compradoras de la pesca de las naves de Óscar Peña en los últimos tres años, según los registros de desembarques revisados por IDL-R (Ver infografía y detalle de descargas).


En una respuesta escrita y enviada por correo electrónico a IDL-R, TASA admitió haber comprado carga a las naves de Óscar Peña solo el año 2009 y a inicios de 2010.

Eso no es verdad. De acuerdo con los registros de descargas del ministerio de la Producción, las relaciones comerciales entre Peña y estas dos importantes empresas continuaron en la segunda temporada de pesca de 2010, contradictoriamente en los días en que Speziani anunció el pacto ético. En la primera temporada de 2011, TASA y Pesquera Diamante adquirieron cerca de 30 mil toneladas de las naves de Peña, cantidad valorizada en unos 8 millones de dólares si se convierte esta carga en harina.

En la última temporada de pesca de 2011, Pesquera Diamante se convirtió en la principal compradora en el norte y centro. TASA continuó comprándoles carga pero en el sur.
Quizá por eso, en la reunión del comité de Ética el 15 de febrero, Ortiz dijo con vehemencia: “Si el problema es el dueño y no solo el barco, entonces yo reconozco mi falta. Pero midan a todos con la misma vara”.

Como se ve, esa vara debería ser excepcionalmente larga.

Pero la historia no termina con las compras de TASA, Pesquera Diamante y Exalmar.
Después de la firma del supuesto ‘Pacto Ético’, Hayduk compró carga pesquera a una nave con medida cautelar. Y, en los primeros meses de 2011, la fábrica de Chimbote de Corporación PFG- Centinela aparece como una de las mayores compradoras de estas naves. Hay versiones discrepantes sobre cambios de propiedad en esta fábrica, pero el hecho de la compra a naves con protección judicial, es irrefutable. (Ver infografía).

Además, mientras Exalmar compraba las cargas de anchoveta a Faenas Pesqueras, otras tres empresas del gremio también lo hacían: Austral, CFG Investment y Cantabria; y hasta donde se conoce no han sido sancionadas. (Ver registro de descargas).

IDL-R buscó obtener la versión de la Sociedad Nacional de Pesquería. Pero, mediante su oficina de prensa, Richard Inurritegui, el presidente del gremio, se negó a darla. Algunos empresarios que votaron a favor de la sanción contra Exalmar señalaron que lo hicieron porque esta compañía tenía “conductas recurrentes” que violaban el pacto ético. Evitaron dar detalles, menos quisieron explicar por qué este mismo criterio no fue aplicado para el caso de las compras a las naves de Peña.
Entonces, en una historia de pecados colectivamente compartidos, ¿cuál fue la causa más probable de la expulsión de Exalmar?

Quizá la explicación esté en otro punto de la discusión en aquella sesión del 28 de febrero.

Es un tema que se incluyó en la agenda después de la citación oficial. El 23 de febrero, la gerente general de la SNP, Viveca Amorós escribió que “por especial encargo del Dr. Richard Inurritegui”, se añadiría a la agenda, el siguiente tema: Resolución Judicial a favor de Pesquera Mar SAC y las implicancias que conlleva para los intereses de nuestros asociados.

Como en toda telenovela que se respete, los espectadores deben saber quién es quién entre los protagonistas para entender el desarrollo de las intrigas.
Ya saben los nombres de las compañías, de sus representantes, y hasta el papel de don Óscar Peña en estos enredos.
Descarga de anchoveta en planta harinera (Foto: IDL-Reporteros).

Además, deben saber, o mejor dicho recordar, un detalle más de importancia. El sistema actual de las cuotas de pesca reparte el derecho a explotar una fortuna entre un número limitado de compañías. Solo el uno por ciento de la cuota está valorizado en 100 millones de dólares, según los propios empresarios.

Y como sucede en algunas telenovelas, cuando en medio de una boda aparece alguien a quien se creía muerto, así apareció Pesquera Mar SAC en el feliz ambiente de las grandes compañías pesqueras.

Pesquera Mar SAC fue expropiada durante el gobierno militar de Velasco. Casi cuarenta años después, sus dueños originales – los hermanos Saavedra Montero– lograron que el ministerio de la Producción aprobara restituirles los derechos que ellos habían recobrado por la vía judicial.

Pero, mientras los señores Saavedra Montero batallaban en el Poder Judicial, sus derechos fueron adquiridos (en forma que los Saavedra insisten fue totalmente irregular) por nadie menos que Óscar Peña a través de una de sus empresas.

El 2003, Peña vendió a su vez esos derechos a una empresa con la que mantiene una relación obviamente fluida: TASA. Esta última sostiene haber hecho la compra de buena fé.
Ahora, la restitución del derecho de los hermanos Saavedra Montero, significa en la práctica que ellos tendrán la cuota de pesca correspondiente a tres naves. Varios industriales pesqueros, luego de preocupados cálculos estimaron que eso sería cercano a medio punto porcentual. Es decir, grosso modo, 50 millones de dólares.

Y sucede que mientras TASA tenía muy buenas relaciones con Óscar Peña, Exalmar estaba desarrollando una bella amistad con los hoy ancianos señores Saavedra Montero.
Rossana Ortiz confirmó a IDL-R que “los abogados de la empresa evalúan la compra de Pesquera Mar SAC”, es decir de su derecho de cuota.

¿Hubo una relación entre esto y la expulsión de Exalmar? Algunos de los asistentes a esa extraña reunión del 28 de febrero en la SNP sostienen que sí.

Inicialmente, por ejemplo, el primer punto de la agenda iba a ser el caso de Exalmar. Pero sorpresivamente, alguien con el poder suficiente cambió el orden y puso primero el de Pesquera Mar SAC, según asistentes a la sesión.

En la discusión, se dijo que la resolución de Pesquera Mar SAC afectaba los intereses de las empresas agremiadas porque los derechos de cuota restituidos a Pesquera Mar SAC agotaban el fondo de contingencia judicial establecido en el sistema vigente de cuotas. A partir de ahí, cualquier otro revés judicial se solventaría a costa de sus propios bolsillos.
Creado ese ambiente, además del intenso rumor de las intenciones de compra de Pesquera Mar por Exalmar, se pidió un corto receso.

Fuentes con conocimiento de causa afirman que un agremiado cercano a Matta Curotto, le dejó saber que si desistía de la intención de compra, el pensamiento de muchos de ellos se inclinaría por evitar toda sanción. Según las mismas fuentes, Matta se negó, vehemente respaldado por Ortiz.

Las cartas estaban echadas. Luego del receso se votó la moción para expulsar a Exalmar por tener intereses contrarios a los fines de nuestra asociación”.
A estas alturas, ya saben ustedes cuáles son esos fines.

Y como sucede con este tipo de telenovelas, la historia está todavía lejos de terminar. Esperen en el futuro nuevas y titilantes revelaciones sobre padrinazgos extraños e influencias indebidas en este gremio donde parece que lo más auténtico es el olor.


El caso de Doña Licha II
No existe duda de la pesca ilegal de la nave Doña Licha II, de Óscar Peña. IDL-R accedió a una veintena de actas de inspección de las empresas supervisoras Cerper y SGS así como a permisos de zarpe de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas del Perú (Dicapi) que prueban que entre marzo y junio de 2011, siguió operando a pesar que la medida cautelar que le otorgó el Poder Judicial ya había quedado sin efecto.
Las actividades de Doña Licha II continuaron hasta hace poco. Recién la actual gestión del Ministerio de la Producción intervino esta nave a fines de febrero y decomisó 248 toneladas de anchoveta cuando el barco navegaba cerca al puerto de Ilo. Fuentes cercanas al ministerio, señalaron que lo que pescó ilegalmente esta embarcación en los últimos tres años está valorizado en unos 75 millones de soles.
No sólo eso, Peña ha conseguido que los inspectores de los puertos no registren en el sistema informático de los desembarques de anchoveta que administra el Ministerio de la Producción, las descargas ilegales de Doña Licha II.