La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

19 de abril de 2013

Las embarcaciones pesqueras y los derechos de pesca


Durante los últimos meses se viene desarrollando una confrontación entre la Autoridad de Pesquería del Perú y los administrados de dicho sector. Unos defienden sus normas y regulaciones y otros defienden sus intereses. 

Básicamente el tema se centra en la limitación impuesta a las actividades extractivas de anchoveta en el sur del Perú.

Cada parte ha dicho de todo un poco, en la televisión y en los diarios. Se han dicho cantidades de toneladas, de dólares, de pérdidas posibles y con mucho apasionamiento y vehemencia en algunos casos.

Superada la etapa inicial, lo que corresponde ahora es exhibir las pruebas documentales de las cifras que se han mencionado en numerosas ocasiones. No es suficiente lanzar cifras al aire. En un momento del debate puede ser inevitable, pero más adelante y con serenidad, todos los números deben analizarse sobre bases documentadas.

El Estado, entre las cifras que debe poner sobre la mesa, está la recaudación de los derechos de pesca y el destino de esa recaudación. Esto permitiría evaluar en cifras reales, cuánto es lo que la sociedad civil peruana percibe como retribución de la industria pesquera por el privilegio de extraer peces del dominio marítimo peruano. De ahí continúan otros análisis; pero lo primero es conocer cuánto han pagado y pagan aquellos que desean seguir pescando como antes. 

Poco a poco se puede establecer una relación beneficio - costo, que además incorpore el daño al medio ambiente. Finalmente el tema no es quien ganará en esta controversia entre el Estado y la Industria, sino ¿qué gana la sociedad civil peruana? ¿qué gana el Perú en términos de beneficio directo al ciudadano común y corriente y al propio sector en términos de inversión en infraestructura, capacitación e investigación y desarrollo?
No es nada nuevo ni complicado. 

En el siguiente link se puede ver la relación de embarcaciones pesqueras y sus estados de cuenta al año 2007, que forman parte de una resolución directoral publicada en el diario El Peruano. Lo que debe hacerse es actualizarla y publicarla.



12 de abril de 2013

la agonía de la pesca artesanal peruana


La falta de promoción del consumo humano de anchoveta y las precarias infraestructuras delos muelles incentivan a los pescadores artesanales a vender su pesca para la "harina negra". Tanto los artesanales como los hoy bautizados "pescadores de menor escala" ven en el Decreto Supremo 005 una tabla de salvación para no ahogarse y piden a Nadine Heredia que la anchoveta sea impulsada por Qali Warma.
Beatriz Jiménez

Perú asiste en las últimas semanas a una discusión acalorada entre dos grupos: el Estado y las grandes industrias pesqueras agremiadas a la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP).

El desencadenante del conflicto es el Decreto Supremo 005-2012, promulgado por el Ministerio de la Producción (Produce) en agosto pasado. La ley desplaza a las pesqueras industriales más allá de las 10 millas; crea una franja exclusiva de 5 a 10 millas para la pesca de menor escala (de 10 a 32 m3 de bodega); y reserva las 5 primeras millas para los pescadores artesanales.

El decreto es alabado por ser "una licencia para conservar", pero también se le atribuye funcionar como una "licencia para depredar", según cada uno de los bandos inmersos en la tormenta.

Según el Produce y el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), el decreto 005 es una medida de ordenamiento que promueve el consumo humano de nuestra pesca y disminuye el esfuerzo pesquero en las primeras 10 millas para proteger el ecosistema.

Sin embargo, para la SNP, que agrupa a una docena de grandes empresas con barcos de acero de hasta 600 TM de bodega que monopolizan la cuota de pesca para harina, crear este corredor exclusivo para las embarcaciones de menor escala solo generará más "harina negra".

Lea el artículo completo en:


11 de abril de 2013

El laberinto de la harina negra en la pesca peruana


Cada año, un fenómeno aparece en el sector pesquero. Perú es un país que exporta más harina de pescado de la que supuestamente produce.

En 2012 produjo 846.260 toneladas de harina de pescado, según el registro del Ministerio de la Producción, que ofrece cifras globales mas no pormenorizadas por empresa. Sin embargo, según el registro de Aduanas, exportó Perú 1.320.051 toneladas.

Es decir, exportamos 473 mil toneladas más de las que produjimos.

Una docena de empresas, asociadas a la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), son las principales exportadoras de harina de pescado en el Perú. Según los registros de Aduanas, son responsables en 2012 del 90.4% de las exportaciones (1 millón 202 mil toneladas). 

Para la SNP este desbalance de producción versus comercialización se explica en la acumulación del stock de años anteriores. 

Efectivamente, el stock hace cuadrar más o menos las cifras de 2008 a 2012, pero si analizamos este fenómeno con una perspectiva más amplia las cuentas no salen. Si las exportaciones de harina son superiores a su producción durante casi dos décadas, el argumento del stock deja de ser la única explicación. Sobre todo porque la harina de pescado aguanta en stock tan sólo unos meses, ya que después es necesario reprocesarla.

El Centro de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Cayetano Heredia ha seguido estos desbalances desde 1993. Desde ese año a la actualidad el saldo de toneladas sin explicar se eleva, según cálculos de La República, a más de 611 mil (con un valor actual superior a los 1.000 millones de dólares). Esto, teniendo en cuenta que no existen datos anteriores a 1993 y no es posible saber cuál es el stock –positivo o negativo– que el país arrastraba por aquel entonces. Las razones de este desbalance, según el economista de la Cayetano Heredia, Carlos Sueiro, son tres: el stock, el subreporte de pesca de las grandes pesqueras y la harina ilegal procedente de la pesca para el consumo humano.

En 2010, una investigación de IDL-Reporteros reveló el presunto trucaje de las balanzas industriales que pesan el pescado que es desembarcado en las grandes fábricas de harina. Para ello, IDL-Reporteros comparó los reportes de la pesca declarada por los patrones de los barcos con la pesca pesada por las principales compañías pesqueras del país. Según esta investigación, 300 mil toneladas de pescado –con un valor de más de 100 millones de dólares– habrían sido subreportadas por las grandes empresas.

Perú es el mayor productor de harina de pescado del mundo. En 2012, exportamos 1 millón 330 mil TM de harina con destino a Asia y Europa.

 Depredación. El "boom" de la harina de pescado, cuyo precio por tonelada ha saltado de 400 a 2.000 dólares, hace que pequeñas, medianas y grandes empresas busquen lucrarse al máximo. La República incursiona en esa industria donde conviven desde pesqueras que subreportarían sus capturas hasta harineras ilegales.

Beatriz Jiménez.

Vea el informe completo en el siguiente link:


5 de abril de 2013

BASTA YA! ¡CUSTODIEMOS NUESTRO MAR Y LA PESCA COMO SE DEBE!


En las últimas semanas hemos visto con asombro en la televisión a diversos personajes atacando con rabia extraordinaria las medidas de manejo pesquero dictadas recientemente por el Ministerio de la Producción. Digo asombro porque nunca los medios le habían puesto tanta atención al Sector Pesquero. ¿Cómo es posible que estos personajes, algunos ilustres desconocidos, otros recientemente graduados de “expertos” en pesca, estén por semanas en todos los canales –inclusive varias veces en el mismo programa– con la misma cantaleta? A mí me da mucho que pensar. ¿Por qué tanto ruido? Porque los pesqueros han perdido el control del Ministerio y la Pesca que siempre tuvieron.

Los cuentos que sacan cada semana los que hoy atacan a las autoridades pesqueras, hasta podrían dar risa por lo desinformados e incoherentes que son. Estos señores apelan a un nacionalismo desatinado pero siguen usando a Chile como modelo, aun cuando sus principales pesquerías están al borde del colapso y sus políticas pesqueras son incluso menos justas que las nuestras. También exigen volver al régimen que les permitía pescar a una milla de la costa en el Sur, sin importarles los impactos del arrastre de sus redes sobre los fondos marinos de zonas poco profundas y sobre los recursos para el consumo humano que pescan los artesanales.

Algunos dicen que sí están de acuerdo con la protección de las cinco millas para la pesca artesanal, pero no con las diez que ahora se proponen. Yo todavía no entiendo bien este tema (sería bueno que se hiciera público el sustento técnico de esta nueva franja de protección), pero nos guste o no el tan criticado Decreto 005, todavía imperfecto y faltándole los mecanismos de control necesarios para hacerlo efectivo, ésta es una importante medida de ordenamiento. Además, hay que resaltar lo inaudito que es ver autoridades pesqueras enfrentándose enérgicamente con sus administrados (antes el “ordenamiento” venía previamente acordado con los interesados) y más extraordinario aún, el que cuenten con el respaldo explícito y fuerte (aunque poco informado) del Presidente de la República.

Hace tiempo que se requiere un ordenamiento integral del Sector Pesquero. Todos saben de la corrupción generalizada del mismo: para cada medida de control existen trucos para “sacarle la vuelta” sin ser sancionado y ganar más. La falta de control efectivo y las innumerables modificaciones a la Legislación que impunemente se han venido haciendo a la medida de los intereses de pesqueros grandes y chicos, permitiéndoles operar “dentro de la Ley”, han llevado a la triste situación en que estamos actualmente. Los peces y mariscos que más deseamos comer y que se promueven como parte esencial de nuestra famosa gastronomía, o han desaparecido o están tan caros que sólo unos pocos los pueden comprar. La anchoveta, nuestra especie más abundante y nutritiva que tendría que ser la base de la alimentación de nuestros muchos niños malnutridos, casi toda es usada para hacer harina que es exportada para la producción de proteína cara en los mercados mundiales. Peor aún, aunque quisieran, los harineros no podrían usar para el consumo humano los millones de toneladas de anchoveta que se les da anualmente como cuota de pesca: ¡legalmente sólo pueden usarlos para hacer harina! Con mil millones de malnutridos en el Perú y el mundo, esta situación no es sostenible ni justa.

Dicen los pesqueros que la anchoveta no está en peligro de extinción. Efectivamente, hablar de peligro de extinción en pesca es complicado, sobre todo en una especie tan abundante y de comportamiento tan dinámico como es la anchoveta. Sin embargo, sí podemos decir que su explotación real es excesiva. Oficialmente pareciera que no, pero si se contara la pesca ilegal, la no registrada y la no regulada (incluyendo la que realizaron los “artesanales” por años, desde mucho antes que se de el Decreto 005, sin que nadie se queje), resulta que la captura total real de anchoveta finalmente es mucho mayor que la cuota anual que recomienda el IMARPE, en teoría lo máximo que se podría pescar en forma sostenible. Todos los saben, pero de esto tampoco nadie se queja.

Los pesqueros reclaman que la Ministra y su Viceministro no saben de pesca y hacen todo mal. Piden que se ponga nuevamente a un pesquero de Ministro… Pero, ¿alguien realmente cree que un pesquero tradicional haría el intento de ordenar el Sector en serio?… Yo no. Creo que ya es hora de que se haga una limpieza profunda del Sector y urgentemente: a) se independice, reorganice y se le den los recursos financieros y humanos necesarios al IMARPE para tener un instituto científico de primer nivel mundial que asesore bien al Ministerio; b) se revise la legislación pesquera y se asignen los recursos para lograr un efectivo manejo con enfoque ecosistémico de nuestro mar y sus pesquerías más apreciadas o importantes; y c) se den las cuotas de pesca que resulten en la repartición transparente y justa de la anchoveta para todos sus usuarios permitiéndose que cada uno use su cuota para lo que le de mayor valor. Así lograremos utilizar nuestra biodiversidad marina más justa y sosteniblemente y que ésta finalmente contribuya en forma importante al bienestar nacional.

¡Basta ya de dejar a unos pocos hacer lo que les da la gana con los recursos de todos nosotros! Como peruanos que queremos seguir comiendo ceviche y otros manjares marinos, exijamos un buen manejo de nuestros peces y mariscos. La conservación marina no es, como creen algunos, sólo proteger (abrazar) a sonrientes delfines, preciosos lobos o la ola perfecta. Preocupémonos seriamente por nuestro mar y sus recursos. Cuidándolos bien, podemos recuperar la excepcional riqueza marina que tuvimos hace menos de sesenta años y desperdiciamos por desidia. Levantémonos todos y reclamemos con fuerza que se custodien bien nuestros recursos y ecosistemas marinos y así podamos tener el mar y la pesca que queremos, para siempre.

Patricia Majluf / 
Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Cayetano Heredia