La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

18 de febrero de 2016

Editorial edición febrero 2016

En esta edición se presentan las propuestas de los planes de gobierno, referidas a la pesca, de los principales partidos políticos. Debo enfatizar que lo que se ofrece no necesariamente se cumple, porque no existe base legal alguna que obligue a un partido a cumplirlo; pero es un referente para conocer las tendencias de los candidatos.

En cualquier escenario, la industria pesquera seguirá reclutando los mejores operadores políticos y de medios que defenderán sus intereses con eficacia, lo que le permitirá mantener la posición dominante que siempre ha tenido y el manejo de la agenda. Pero por otra parte, es responsable de la sostenibilidad de las especies con las cuales existe su negocio, o desaparecerán si es que dichas especies se extinguen, lo que permite asumir que manejarán la actividad extractiva adecuadamente. En esta línea de pensamiento,  la confrontación entre administrados, organizaciones sociales y el Estado es inútil porque la industria ganará en cualquier circunstancia, haciendo que este esfuerzo sea un gesto ocioso y un gasto de energía y tiempo improductivos. El modelo económico privilegia el crecimiento del PBI por encima de consideraciones ecológicas y ambientales y eso es complicado de cambiar.

Concentrando la atención en otros temas importantes y prioritarios, que sí son posibles de  cambiar y en los cuales se puede lograr consensos, está el consumo de pescado en el país. Sin embargo, debemos sincerar conceptos y desterrar mitos: No tenemos la suficiente disponibilidad de recursos pesqueros de CHD como para convertirnos en un país que consume pescado en volúmenes tan grandes como Japón y España, por ejemplo.  En términos alimentarios y de consumo, en tanto el pollo sea más barato que el pescado y su producción sea mayor, seremos un país pollero y no pesquero.

En este orden de ideas, se requiere un enfoque nuevo sobre el empleo de la anchoveta y la pota para reducir las cifras de desnutrición y anemia infantil y convertir a la pesquería peruana en un instrumento de políticas inclusivas que privilegien la alimentación nacional.

Quien quiera que fuese el ganador de las próximas elecciones, debemos tener presente que las autoridades elegidas y designadas detentan un poder otorgado por los ciudadanos, que dura poco. La ciudadanía, que es donde radica el verdadero poder, es en cambio, permanente.

Los cambios, si no provienen de un programa o de un gobierno en el futuro inmediato, próximo o lejano,  tendrán que provenir de la ciudadanía, que debe cambiar su pasividad frente a la política y el gobierno, por una intervención más activa, especialmente de los jóvenes, que cree una incidencia política para:

a) impedir que el poder otorgado a funcionarios temporales, se utilice para privilegiar los intereses de los menos, en desmedro de los intereses de los más; b) generar mayores recursos económicos al Estado, que le permitan desarrollar más y mejor investigación, fiscalización, innovación y desarrollo tecnológico; c) crear conciencia socio ambiental en el uso de los recursos pesqueros; d) incrementar el consumo nacional de anchoveta y de pota, con especial énfasis en las poblaciones vulnerables; e) mejorar la competitividad de las cadenas productivas de ambos recursos en dirección al consumo humano nacional, que debería ser la prioridad de la política pesquera; y f) reducir los impactos ambientales que causa la actividad.

Marcos Kisner Bueno


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