Esta es una
noticia que merece analizarse con detenimiento:
Es gracias a las
exportaciones de harina de pescado peruana que China dispone de facilidades
para el crecimiento de su acuicultura que, finalmente le facilitan ser un
competidor importante en el mercado mundial de productos hidrobiológicos.
Cuando ese volumen
de producción inunde los mercados internacionales ¿las exportaciones peruanas
seguirán siendo competitivas? China se volverá un competidor, que podría ser
minimizado si tuviésemos una política pesquera con visión de país y de futuro.
El auge de la
producción china podría significar la desaparición de la industria pesquera
peruana, lo cual sería una ironía ya que sería devorada por el monstruo que viene alimentando, debido a que el insumo que representa la harina para los peces de
cultivo ha sido y es fundamental.
Muestra algo que
resulta importante y que aún no cuaja en el Perú: planeamiento y políticas. China
crece en función a planeamiento y políticas. El Perú crece por inercia.
Lo preocupante: "más inversiones en bases pesqueras de
aguas lejanas, término con el que se designa a los puertos pesqueros y centros
de procesamiento construidos por empresas pesqueras chinas en África
Occidental, América Latina y Oceanía".
Algunos podrían
opinar que es bueno que los chinos inviertan en centros de desembarque y
procesamiento en el Perú porque genera empleo y aumenta el PBI a ciegas, sin redistribución, para beneplácito
de quienes creen que eso es la solución a las necesidades del país. Sin embargo
ello amerita un análisis más profundo desde varios aspectos, entre ellos el
impacto que tendría sobre la sostenibilidad de algunas especias, la competencia
que ejercería sobre la producción nacional y cómo afectaría al desarrollo de la
industria. Sin olvidar los problemas que se vienen generando por la presencia
de la enorme flota pesquera china en las inmediaciones de nuestro dominio
marítimo.
Bases portuarias
chinas en el litoral peruano implicarían facilidades de atención logística a la
enorme flota pesquera china que amenaza la sostenibilidad de la pota y otras
especies. Industrias transformadoras de recursos pesqueros chinos en el Perú
podrían representar la desaparición de la industria peruana tal cual la
conocemos ahora en un corto o mediano plazo.
¿Cuál será la
posición del Estado peruano en este escenario? ¿Se rendirá ante el dios del
crecimiento del PBI o reaccionará protegiendo a su industria y a su ecosistema? ¿El Estado tiene la suficiente capacidad de inteligencia para evaluar este probable riesgo y definir una posición respecto a cómo actuará?
“China proyecta
una producción de 69 millones de toneladas de producción de pescado para 2025
con lo que pretende eclipsar la producción de pescado frente a la de cerdo. El
objetivo se enmarca en el 15º plan quinquenal, que establece una trayectoria
detallada para el desarrollo del país entre 2025 y 2030.
Los planes quinquenales de China son indicadores de
cuáles serán las prioridades del gobierno, en términos de políticas y
subvenciones. El próximo plan, actualmente en desarrollo, establece un
ambicioso objetivo para la producción pesquera nacional.
Según un documento publicado por el Consejo de Estado
titulado «Anuncio de modernización», la producción pesquera de China,
combinando el pescado de piscifactoría y el salvaje, ascenderá a 69 millones de
toneladas (MT) en 2025.
La producción total de mariscos de China aumentó de 64,5
millones de toneladas en 2017 a 65,4 millones de toneladas en 2020. Según Ask
CI Consulting, alcanzará una producción de 66,1 millones de toneladas en 2022.
La carne de cerdo se considera la proteína clave en la
dieta china, por lo que su eclipse por los productos de pescado tiene un
significado simbólico.
El documento del Consejo de Estado pide más inversiones
en bases pesqueras de aguas lejanas, término con el que se designa a los
puertos pesqueros y centros de procesamiento construidos por empresas pesqueras
chinas en África Occidental, América Latina y Oceanía.
Se piden medidas medioambientales más estrictas en la
acuicultura nacional y una planificación rigurosa en el «sistema de protección
de las marismas», una referencia a las estructuras de acuicultura en expansión
que pueden encontrarse a lo largo de la costa china. También se aboga por el
desarrollo de la «cría de arroz y peces», la «pesca ecológica a gran escala» y
el compromiso de «optimizar la disposición de la acuicultura verde en alta
mar», una referencia a los desarrollos de la maricultura nacional en el Mar de
China Oriental y el Mar de China Meridional”.
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