La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

6 de enero de 2012

¿POLÍTICAS PESQUERAS MINISTERIALES O POLÍTICAS PESQUERAS DE ESTADO?

POR: CÉSAR CÓRDOVA PONCE (*)

Sin lugar a dudas, el paso de 3  ministros por el portafolio de Producción en tan solo un año, cubre con cierta incertidumbre las expectativas de la población sobre la política concreta a seguir en el sector pesquero.

Nos satisface saber que la problemática de la pesca artesanal siga siendo prioritaria para el actual Ministro José Urquizo Maggia, quien ha recibido en su despacho el 29 de diciembre último a diferentes delegaciones de todo el litoral, lo que constituye una continuación de la preocupación demostrada por el ex Ministro Kurt Burneo para reordenar y modernizar este descuidado sector.

Lo que si hay que subrayar es que dicha continuidad debería abarcar también los 7 objetivos estratégicos y las 13 políticas necesarias para lograrlos, que fueron planteados por la anterior gestión de Burneo y  expuestos ante el Congreso de la República, como la política pesquera definida para desarrollarla en los 5 años de gobierno de Ollanta Humala.

Este Plan Estratégico Sectorial Multianual 2011-2016, no llegó a aprobarse con la respectiva Resolución Ministerial por el repentino cambio del titular del sector, lo que no significa que tenga que desecharse o que no sirva de hoja de ruta para la actual administración, la cual más bien debe pensar en la posibilidad de aprobarlo, toda vez que la atención que merece el sector debe calificarse de urgente especialmente en lo que se refiere a la fiscalización, control y vigilancia, tanto en el sector industrial como en el artesanal.

Los millonarios intereses en juego y la mayor inclusión social que exigen el pescador y la población ( directamente ligada al sector por cuestiones de alimentación y de cuidado ambiental), vuelven complejas las decisiones que deba asumir el titular sin motivar alguna reacción de cualquiera de las partes involucradas, por lo que cada gobierno debe definir su política de Estado a seguir en sus 5 años de gobierno y no convertir la política pesquera en una suerte de proyecto personal de cada ministro.

No se puede admitir que cada vez que se cambie a un ministro, tenga que suceder lo mismo con el rumbo que seguía su gestión. Es un grave error el que se tenga que estar cambiando de dirección según presiones y no definir políticas claras al inicio de cada gobierno de 5 años.

A medio año de gestión de este gobierno y  con el paso de 2 ministros, el sector necesita definir ya una política de Estado que fije bien sus objetivos estratégicos y exigir que cada ministro tenga la capacidad de mantener firme el rumbo que  conduzca a lograrlos.

El sector artesanal es el punto urgente en la Agenda del sector, pero queda el control y vigilancia en la extracción, descarga y destino de la anchoveta como otro de los temas a tratar. El control satelital y protección de las 5 millas, las embarcaciones que con medida cautelar pescan lo que quieren sin nada ni nadie que les ponga objeción, las naves “vikingo” que depredan sin control o “con la vista gorda” de malas autoridades, naves clonadas que con permisos de pesca de otras embarcaciones “arreglan” y realizan sus faenas normalmente, plantas “apadrinadas” que obtienen sin problemas permiso para elaborar harina de pescado, naves artesanales que pagan entre 10 y 15 mil dólares para figurar en el registro de las Direcciones Regionales, etc. necesitan más de  la voluntad y decisión política del Presidente de la República de enfrentarse directamente a la corrupción durante sus 5 años de gobierno, que de las buenas intenciones de un ministro en el poco tiempo que dure su gestión.
                                                          (*)  PERIODISTA

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