La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
29 de marzo de 2012
PELEA DE CUOTAS Y LICENCIAS
Enfrentados. Víctor Matta Curotto, dueño de Exalmar, y Humberto Speziani, asesor principal de TASA, en una disputa por la compra de Pesquera Mar (Fotos: América Economía y Creativa).
Por Milagros Salazar.-
El dirigente por antonomasia del gremio pesquero, notable para unos, notorio para otros, terminó aceptando que la verdadera razón por la que se expulsó a Exalmar de la Sociedad Nacional de Pesquería se resume en dos palabras: Pesquera Mar.
Humberto Speziani, asesor principal de la pesquera más importante del país, TASA, y miembro del Comité de Ética de la SNP, admitió en una entrevista telefónica con IDL-Reporteros que, de acuerdo con lo que sabe, la votación en el Consejo Directivo del 28 de febrero se inclinó por la expulsión de Exalmar al ratificarse esta compañía en su decisión de comprar Pesquera Mar.
“Él [Víctor Matta Curotto, dueño de Exalmar] ha podido decir ‘yo no voy a comprar’, y no hubiera habido ningún problema”, dijo Speziani por teléfono desde Estados Unidos.
Así, el asesor de TASA, contradijo inequívocamente al actual presidente de la SNP, Richard Inurritegui, quien en una entrevista el miércoles 28 de marzo con Jimena de la Quintana, en el programa Rumbo Económico, de Canal N, dijo que la única razón para la expulsión de Exalmar fue haber comprado pesca de embarcaciones amparadas en medidas cautelares. Inurritegui sostuvo que solo después de la expulsión de Exalmar se enteraron de las gestiones de esta para comprar Pesquera Mar.
Las declaraciones de Speziani, y varias otras, contradicen totalmente a Inurritegui, quien parece tener un serio problema con la verdad. [Ver entrevista con el presidente de la SNP, quien no quiso responder personalmente a IDL-R y prefirió enviar sus respuestas vía correo a través de la consultora Llorente & Cuenca].
¿Por qué la compra de una compañía por otra desató semejante crisis? Sucede que Pesquera Mar logró en febrero que el Ministerio de la Producción le restituyera –por mandato judicial– los derechos de pesca de cuatro naves (llamadas Tres Hermanos, con numeración correlativa para distinguirlas entre sí) y la licencia de una fábrica. Los barcos y la planta fueron expropiados durante el régimen militar de Velasco; y los dueños iniciaron un larguísimo litigio que concluyó con la restitución judicial de la propiedad.
Esa devolución judicial significa ahora mucho dinero. La compra de Pesquera Mar representa en la práctica la obtención de casi medio punto porcentual de cuota de pesca, valorizada en unos 50 millones de dólares.
No solo eso. La restitución de estos derechos agotaría el fondo de contingencia judicial (que administra el ministerio de Producción) de las cuotas de pesca. Entonces, cualquier otro mandato judicial significaría recalcular, es decir reducir, las cuotas vigentes de los empresarios pesqueros. Eso hizo sonar todas las alarmas de peligro, ante la posibilidad de desestabilizar el sistema cuidadosamente calculado de reparto de cuotas, de un grupo de empresarios con acceso exclusivo al espectacularmente rentable negocio.
En su informe Intrigas en la pesca, IDL-Reporteros reveló el otro trasfondo de la discordia. El hecho es que no sólo Exalmar había incumplido el llamado ‘acuerdo ético’ de la SNP, de no comprar pesca a naves que operen con medida cautelar. Varias otras compañías hicieron lo mismo.
Pero, de hecho, ese último tema potencialmente bochornoso, no fue de ninguna manera el decisivo. Las declaraciones de Speziani, a continuación, describen explícitamente lo que sucedió.
Humberto Speziani (HS): Yo creo que los votos a favor de Exalmar para no expulsarlo [sic] cambiaron de parecer cuando comprueban que Exalmar estaba interesado (en comprar Pesquera Mar). Entonces yo creo que ese ánimo cambia (…) porque él tenía votos a favor.
IDL-R: ¿Matta Curotto [presidente ejecutivo de Exalmar] tenía votos a favor (en el Consejo Directivo) para que no lo expulsen?
HS: (…) Sí claro (…) Las personas que estaban a favor me lo han dicho (…) cambiaron de parecer y fue unánime.
(…)
HS: (…) Al final, se puso la cosa tan grave que ahí decidieron. (…) El ánimo ha cambiado dentro de la sesión del directorio.
IDL-R: Por el interés de comprar Pesquera Mar…
HS: Es lo más probable.
IDL-R habló con diversas fuentes que aceptaron que, en efecto, Exalmar no iba a ser expulsada sino solo suspendida temporalmente.
Speziani lo confirmó, y aseguró que él, como asesor de TASA, no tuvo una activa participación en la decisión final del gremio porque para entonces ya se encontraba en Estados Unidos por problemas de salud.
Pero, la familia Saavedra, propietaria de Pesquera Mar, aseguró en una entrevista con IDL-R que Speziani acudió en febrero a la casa de Víctor Matta Curotto a advertirle que “se atenga a las consecuencias” si compraba la compañía. Aún no se había producido la sesión del 28 de febrero del Consejo Directivo. IDL-R pudo averiguar, de fuentes cercanas a Matta, que la visita de Speziani se produjo en la casa de playa de este.
Los Saavedra también revelaron que mientras la negociación de venta de Exalmar con Pesquera Mar despertaba las iras de Speziani, otros miembros del gremio los cortejaban con gran amabilidad. Según ellos, no sólo Exalmar estuvo interesada en comprar la compañía por unos 25 millones de dólares; también estaba en la fila la Pesquera Ribaudo que ofreció un monto cercano al de Matta. De acuerdo con los Saavedra, las ofertas económicas aumentaban conforme se iban salvando los obstáculos en el Poder Judicial.
Pero la historia dio un giro brusco y muy poco grato para los Saavedra, con el reciente anuncio del ministro de la Producción, José Urquizo, de iniciar un proceso de anulación de la resolución a favor de Pesquera Mar.
Un conmocionado Máximo Saavedra, de 83 años, uno de los dueños de la compañía, dijo a IDL-R que recurrirá “a todas las instancias para hacer valer sus derechos”.
Saavedra, quien vive en Trujillo, llegó a Lima con su familia para reunirse con sus abogados y enfrentar el tema. “Que el ministro se dé cuenta que todo lo que estamos reclamando es justo. Él debe saber que esa resolución es por una lucha de tantos años”, apuntó.
Una de las posibles razones de la intervención de Urquizo, fue por la presión de la SNP. A través de comunicados en los diarios y reuniones lograron que el Ministerio de la Producción retrocediera en la restitución de los derechos a Pesquera Mar.
El argumento fue indicar que esos derechos ya habían sido entregados a otra empresa en 2003 y que por lo tanto se estaba duplicando el esfuerzo pesquero.
¿Cuál era esa otra compañía? Hope Trading, del conocido “rey de las medidas cautelares” Óscar Peña. Él a su vez creó otras empresas para vender los derechos por el 66% de la capacidad de bodega de las naves a TASA. (Ver cronología).
Quizás, ahora se entiende mejor la participación de Speziani en esta disputa.
Coincidencia inesperada
Patricia Majluf, la nueva viceministra de pesquería y bióloga conocida por su defensa de la anchoveta, se preocupó de inmediato por el asunto de la duplicación de cuotas.
Al final, dos posiciones en frecuente conflicto terminaron encontrándose unidas en contra de la resolución a favor de Pesquera Mar: el afán conservacionista de Majluf y los intereses comerciales de la SNP.
Pero el proceso de anulación de la norma que favoreció a los Saavedra, ha generado un dolor de cabeza legal a los abogados de la Oficina de Asesoría Jurídica del Ministerio de la Producción, quienes aún no saben cómo resolver el problema. El suspenso es sobre cómo responder a la siguiente pregunta: ¿el Ministerio le quitará los derechos de pesca a TASA para entregárselos a los Saavedra o no acatará la orden del juez?
El veloz Peña
La historia de cómo Óscar Peña logró obtener los derechos de Pesquera Mar es poco clara. Según Máximo Saavedra, en diciembre de 2002, él y su hermano Antonio acordaron venderle a Peña, por 46 mil dólares, la licencia de una planta harinera. Para entonces ellos estaban cansados de reclamar sin éxito la aplicación de los derechos que en 1992 el Poder Judicial les devolvió en el papel.
Máximo Saavedra asegura que él y su hermano firmaron, con engaños, un contrato en el que cedían todos los derechos de su empresa a Peña. “Yo creía que era solamente la planta”, insiste.
A partir de entonces, Saavedra acusó judicialmente a Peña de falsificar documentos para que el Poder Judicial ordenara, en 2003, al Ministerio de la Producción otorgar los derechos de Pesquera Mar a una de las empresas de Peña: Hope Trading. En pocos días el Ministerio acató la orden judicial.
Hoy se sabe que la entonces responsable de la Dirección de Extracción y Procesamiento Pesquero, Flor de María Alvarado, quien jugó un papel importante en este proceso favorable a Peña, trabaja en una empresa de este: LSA Enterprises Perú S.A.C.
El gerente general de TASA, Carlos Pinillos, dijo en entrevista con IDL-R que no resulta creíble que los Saavedra fueran estafados porque en el contrato de cesión de derechos figura que hubo hasta tres momentos en que los Saavedra supuestamente tomaban conocimiento de esta transacción. “La compra se hizo de buena fe”, insiste.
Saavedra, a su turno, refiere que en 2004 se reunió con Pedro Brescia, uno de los dueños de TASA, y Speziani, para informarles sobre la forma en que Peña adquirió Pesquera Mar. No había mucho que hacer. Para entonces TASA ya había cerrado el negocio.
Como reveló IDL-R, Peña continuó su relación comercial con TASA hasta hace poco. En los últimos tres años, esta empresa le compró carga a tres de sus naves (ver descargas) a pesar que este cuestionado empresario tiene como parte de su flota a Doña Licha II, un barco que no sólo pescaba con medida cautelar sino que entre marzo y junio del año pasado lo hizo de manera completamente ilegal.
Pinillos insistió en que TASA hizo estas compras hasta inicios de 2010 y que en la última temporada de pesca en el sur sólo se realizaron “una o dos descargas” por algún
“problema mecánico” de los barcos de Peña o “un problema de salud en la gente (los tripulantes)”. Lo cierto es que TASA le compró a la nave Estefanía I de Peña, el 50% de todo lo que pescó en esta última temporada del sur. No una sola vez, sino siete.
Pero, ¿por qué Peña, con tales antecedentes, ha seguido vendiéndole pesca a las empresas más poderosas de la SNP? La respuesta está en algunas movidas dentro del gremio.
En noviembre pasado, un sector de la SNP solicitó vía correo electrónico, que no se le compre a ninguna nave de Peña y fue Speziani quien se mostró en desacuerdo. Pinillos aseguró que desconocía esta solicitud. Sin embargo, su correo aparece en la lista. (Ver correos)
Speziani señaló a IDL-R que no se opuso por razones legales ya que Indecopi podía acusar a la SNP de concertación por vetar a un solo empresario. Recién este mes, luego de más de un año de aprobarse el pacto ético, una oportuna postergación del caso Peña y la expulsión de Exalmar, la SNP especificó en el acuerdo ético que tampoco se le puede comprar carga a empresas que tengan alguna nave pescando con medida cautelar.
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