La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

21 de marzo de 2012

Pesquisa de redes en el mar

Reproducción de la columna ‘Las Palabras’ publicada en la edición 2217 de la revista ‘Caretas’.

Pesquisa de redes en el mar

Los periodistas de investigación sabemos que buena parte de los casos que seguimos son transnacionales. Así que para poder investigarlos aprendimos a cultivar el equivalente periodístico de la reciprocidad andina, colaborando con colegas de otras naciones y pidiéndoles ayuda también.

 En los hechos, el sistema es una forma básica e insuficiente de cooperación. Mejor que nada, pero lejos de lo necesario.

Hace ya varios años, en 1997, se fundó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que buscó congregar a los periodistas de investigación del mundo, no solo para intercambiar experiencias sino para planear proyectos conjuntos de investigación periodística internacional.

El ICIJ fue desde su creación un centro de periodismo sin fines de lucro, que señaló el camino por seguir a muchos otros periodistas de varias naciones que, al ver la entropía acelerada del periodismo investigativo en los medios comerciales tradicionales, buscaron salvarlo creando otros centros similares. ONGs periodísticas conducidas, por lo general, con el mayor rigor profesional y que compensaban la previsible austeridad de medios y recursos (salvo el caso de la afortunada ProPublica) con la libertad de poder trabajar sin cortapisas.

Son hasta hoy instituciones de estructura precaria, con modelos de sostenimiento necesariamente provisorios, sin saber (como, por otra parte, es regla de la vida) si tendrán existencias efímeras o longevas. Pero con la conciencia feliz de que cada día de trabajo periodístico no enfrenta otra limitación que la del talento y la diligencia en el cumplimiento de la misión.

A lo largo de los años, el ICIJ hizo varias investigaciones internacionales de mucho valor, algunas con participación individual de los miembros latinoamericanos.

“Mort llegó al Perú con el ánimo inquieto y la energía nerviosa de un joven reportero que teme perder su exclusiva”.

El año pasado, sin embargo, el ICIJ propuso una investigación conjunta a dos centros independientes de periodismo de investigación: CIPER (Centro de Investigación Periodística), de Chile; e IDL-Reporteros, de Perú, que dirijo. Visto en perspectiva, era natural que ello ocurriera: en los últimos años se crearon varios centros nuevos de periodismo de investigación sin fines de lucro; y aunque todavía somos muy pocos en toda Latinoamérica, antes no había ninguno y los que existimos hemos trabajado sin parar.



EL ICIJ nos propuso colaborar en una investigación sobre la depredación pesquera en el Pacífico Sur. Iba a ser una continuación de investigaciones previas sobre el saqueo de la vida marina en otras áreas del globo, por parte de flotas pesqueras, europeas buena parte de ellas, frecuentemente subsidiadas por sus gobiernos.
Yo acepté de inmediato. Entre otras razones porque IDL-Reporteros estaba precisamente llevando a cabo una difícil investigación sobre la industria pesquera peruana, cuyos objetivos calzaban bien con lo del ICIJ.

La periodista a cargo de la investigación era Milagros Salazar. Cuando uno ve, y escucha a Milagros tocando con maestría el cajón criollo, es poco probable que piense que los más resonantes éxitos de esta se han logrado trabajando inclinada sobre teclados silenciosos. He conocido pocas personas tan obsesivamente dedicadas a un reportaje como Milagros. No lo deja ni cuando respira, come o duerme, hasta verlo terminado, y aún entonces le cuesta despedirse de él.

En IDL-Reporteros, Milagros se dedicó a realizar reportajes ambientales, sobre todo respecto de la minería. Empezó a hacerlo desde el 2005, cuando ambos trabajábamos en La República y le pedí cubrir una comisión sobre la controversia minera-antiminera. El 2010, cuando empezó a colaborar con IDL-R ya era una experta en el tema.

Pero a principios del 2011 me propuso investigar un ámbito diferente: la industria pesquera. Una entrevista había llevado a varias otras y estas a una investigación sobre posibles irregularidades sistemáticas y fraudes masivos en la industria. Por supuesto que acepté y, a partir de ese momento, Milagros se dedicó a una difícil investigación con un tesón tal que prefiero describir para que ustedes lo califiquen.
Sus fuentes le habían asegurado que en virtualmente toda la inmensamente lucrativa industria de harina de pescado existía un fraude sistemático, en el que una buena cantidad de la pesca no era registrada en las fábricas y se robaba así al Estado, al defraudarle impuestos; y a los pescadores, su participación.

Pero, ¿cómo probarlo? Primero, Milagros consiguió, con dificultad, los registros de 47 mil desembarques de naves pesqueras en tres temporadas de pesca, con sus pesos declarados; y también los pesajes en fábrica de cada uno de ellos. Luego, había que digitalizar todo eso y correlacionarlo. Imaginen el trabajo.

No se trataba solo del volumen de datos, sino de que el cálculo no podía contener un solo error. Milagros viajó a Costa Rica, a encontrarse con Giannina Segnini, la eminente periodista de investigación del diario La Nación, que ha reforzado la unidad que dirige con ingenieros de sistemas y está tan dedicada a la “minería de datos” (data mining) como otros a la de metales. Con Giannina y sus ingenieros, Milagros tuvo la ayuda experta que le permitió procesar los datos, refinarlos, comprobarlos y confirmarlos.

De vuelta en el Perú, la investigación continuó y logró nuevos hallazgos al encontrar documentos ocultos que refrendaban sus resultados previos y, además, ayudaban a explicarlos.
Entonces, ya se había iniciado la colaboración con el ICIJ y CIPER. Y en julio del año pasado llegó a Lima el periodista a cargo de la investigación para ICIJ, el legendario Mort Rosenblum, quien desde 1965 reporteó en más de 200 países para la Associated Press (la guerra de Biafra, el nacimiento de Bangla Desh…, hay quienes sospechan que antes de eso entrevistó en exclusiva a Napoleón en la víspera de Austerlitz).



MORT llegó al Perú con el ánimo inquieto y la energía nerviosa de un joven reportero que teme perder su exclusiva. Cuando armó equipo con Milagros, dos generaciones de periodistas, separados por los años pero unidos por una obsesión sin fisuras por sus reportajes iniciaron una enérgica colaboración, de anécdotas memorables y resultados espectaculares. Mort no dice su edad, y el carbono 14 no se atreve a investigarla, pero no hay duda que es uno de los periodistas en actividad más veteranos en el mundo. Y verlo trabajar con la energía de un periodista veinteañero en su primer día de chamba, no es solo inspirador sino emocionante. Uno lo ve y sabe entonces que el buen periodismo nunca morirá.

Las investigaciones se publicaron, con algunas semanas de diferencia. IDL-R publicó las dos primeras de Milagros, que documentaron y demostraron la dimensión de un fraude millonario en la industria pesquera peruana. Pese a la gran importancia de la investigación, se buscó de encapsularla en el silencio, al no poderla rebatir.

Y entonces, la semana pasada, se publicó la investigación conjunta del ICIJ, CIPER e IDL-R (se puede acceder a ella, en castellano o inglés, en: reporteros.pe). A la investigación peruana se sumó el formidable trabajo de CIPER en Chile y el reportaje de Mort y Mar Cabra sobre la destrucción de los peces en altamar del Pacífico Sur. Una sola frase resume el drama de ese reportaje: “En tan solo dos décadas, el stock de jurel ha caído en picada: de unas 30 millones de toneladas a menos de tres millones en la actualidad”. Es decir, el 90% ha sido eliminado y la especie puesta en camino a la extinción.

“Sobrepesca: Alerta al pillaje de los mares” tituló Le Monde su reseña de la investigación. “Un saqueo épico en el Pacífico” fue el titular de portada del International Herald Tribune. “En el saqueo del jurel, signos de un épico colapso de peces”, encabezó el New York Times.
El único silencio que queda ahora es en las profundidades depredadas del Pacífico. Fuera de ellas, los resultados de la investigación resuenan y demandan acción.

http://idl-reporteros.pe/2012/02/02/columna-de-reporteros-63/

Extraordinario trabajo de IDL Reporteros que deberia ampliarse a las principales pesquerias del Peru como son la merluza y la pota.

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