La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
21 de diciembre de 2014
Las proteinas de mar están en riesgo
Después de la II
Guerra Mundial la producción de la base alimentaria de origen animal ha ido en
constante crecimiento según la FAO (Organización de la ONU para la Agricultura
y los Alimentos -siglas en inglés-).
El promedio
mundial de consumo de carnes es de 41 kilogramos por año, lo cual significa más
del doble de lo que se comía un siglo atrás. De acuerdo a los tiempos, las
preferencias por las proteínas de origen animal han variado según las regiones.
En el área de
productos de mar, el consumo medio es de 15 kg al año y su evolución ha sido
similar a la de las carnes. Por la mitad del siglo pasado el vacuno y la
pescadería dominaban la producción.
Treinta años más
tarde el porcino entró en la disputa de las preferencias influenciado por
China, pero ya en el siglo XXI pareciera que los recursos están más orientados
a la producción aviar y porcina.
Los tres
principales productores mundiales de carnes son Estados Unidos, Brasil y China
que también son los principales proveedores de proteínas vegetales, los dos
primeros por la calidad y extensión de sus tierras y por sus tecnologías y el
tercero exigido por su enorme población.
En otro plano, la
cadena alimentaria marina provee cerca de 90 millones de toneladas anuales y
representa la principal fuente de proteínas de calidad que ofrece el mundo.
Este recurso está súper explotado y muchas especies están en proceso de
extinción.
Según afirma
Lester Brown en El vigésimo noveno día, 90% de la pesca mundial se realiza en
aguas de alta mar, aunque no siempre de la zona libre de acceso a cualquier
país, mientras que 10% se realiza en lagos y ríos. El consumo es directo por el
hombre pero también se usan las especies menos valiosas para la producción de
alimentos para el ganado porcino y también de aves.
La pesca oceánica
alcanzó su máximo esplendor en los ’70 después de un proceso ascendente que
comenzó en los ’50 a partir de 20 millones de toneladas anuales.
Luego comenzó a
declinar en función de la captura excesiva que superó la capacidad de
reproducción por épocas. Pero la presión por parte de la creciente población es
tal que cuando falta el pescado se vuelca principalmente hacia la soja como
gran proveedora de proteínas.
En nuestra región,
la explosión pesquera fue en la segunda mitad del siglo pasado en el Pacífico
peruano, donde la anchoa fue extraída a razón de 12 millones de toneladas en
los ’70.
La importancia del
hábitat marino para la producción de alimentos se ve empañada por la
contaminación a la que los mares son sometidos en toda su extensión
(prácticamente dos terceras partes del planeta).
Hoy los océanos
son un depósito de todos los desechos humanos que podamos imaginarnos, ya sea
industriales, agrícolas o urbanos y por supuesto, de manera deliberada o no,
los residuos o restos arrojados por navíos, como combustibles y cargas
peligrosas que van desde hidrocarburos hasta residuos nucleares.
Todo lo descripto
sumado a la contaminación de la atmósfera ha producido efectos negativos para
la vida marina. La científica estadounidense Lara Hansen del Fondo Mundial para
la Naturaleza, explica que en los últimos cincuenta años ha habido un gran
crecimiento del nivel de acidez en el agua, en el rango de más de diez veces en
ese lapso y se espera, según ella, que el proceso continúe en progresión
geométrica para las primeras décadas del siglo actual.
La importancia de
la acidez en el agua es que ésta disuelve el carbonato de calcio y con ello se
dificulta la formación de caracoles y conchas marinas que necesitan de calcita
y aragonita para la formación de sus cuerpos, asunto de gran consecuencia para
la cadena alimentaria de peces y otros exponentes de la vida marina.
Todas estos
procesos acontecen en la vida del planeta y la mayoría de ellos son
imperceptibles para el habitante común, pero eso y los intereses de los
mercados hacen que las especies comiencen a desaparecer porque los cambios
ambientales están produciéndose a una velocidad más rápida de lo que ellas necesitan
para adaptarse, esto último es especialmente importante para los seres más
grandes cuya vida es más prolongada.
En un artículo de
Science -diciembre de 2007- se afirma que los océanos absorben de manera
natural alrededor de 25% de todo el dióxido de carbono lanzado a la atmósfera.
La reacción
química que se produce cuando este gas es absorbido por el mar deriva en la
baja del pH (índice de acidez o alcalinidad de líquidos que marca: cuanto más
bajo más ácido). En el mismo artículo se dice que el área del Caribe ya ha
perdido casi 80% de sus formaciones coralinas debido al proceso de
calentamiento global
La estimación
hecha por el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático -siglas en
inglés-) es que si el grado de contaminación de la atmósfera llegara
efectivamente a 500 ppm (partes por millón), como está previsto para 2050, los
corales comenzarían su proceso de extinción, agravado aún más por el proceso de
blanqueado que se produciría debido al aumento de la temperatura de las aguas.
No fue casual el
crecimiento en la producción de alimentos en la segunda mitad del siglo pasado.
En ese período, como hemos dicho, la población humana aumentó dos terceras
partes.
La preocupación es
que la producción alimenticia es finita, esto quiere decir que en algún momento
dejará de aumentar o disminuirá o directamente se terminará, mientras que si la
población sigue aumentando necesariamente habrán cambios drásticos que
obligarán a la humanidad a limitar dicha producción pero fundamentalmente a
mejorar drásticamente las tecnologías y métodos productivos, o soportar algún
tipo de mutación celular que permita vivir a todos los seres de este mundo con
menos o diferentes recursos alimentarios.
Hugo D. Eberle -
Especialista en temas ambientales
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