La gestión pesquera

Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.

5 de febrero de 2015

Defensa del mar del norte peruano

En peligro. El derrumbe de los precios del petróleo y la sobreexplotación de la pesca legal e ilegal amenazan la estabilidad de los pobladores del litoral de Piura y Tumbes. La creación de la reserva marina Cabo Blanco-Banco de Máncora se presenta como una alternativa de desarrollo local.

Cabo Blanco solo ve interrumpida su habitual tranquilidad cuando los turistas acuden en masa para presenciar algún campeonato de surfistas o para contemplar ballenas y realizar jornadas de pesca de altura.

Pero el viernes pasado, 30 de enero, esta calma en la célebre caleta piurana se vio interrumpida por una marcha pacífica de cientos de pobladores afectados por la reducción de plazas en la Empresa Petrobrás Energía Perú.

Como se sabe, el derrumbe del precio del petróleo ha provocado despidos masivos en las empresas extractivas y en los contratistas del sector. Y no son pocos los pobladores afectados de El Alto, Cabo Blanco y otras jurisdicciones del litoral de Piura y Tumbes que tienen a esas enormes torres de petróleo como parte de su paisaje marino.

Será por eso que en medio de la marcha en Cabo Blanco surgió como una esperanza de desarrollo local la propuesta de creación de la Reserva Marina Cabo Blanco-Banco de Máncora, como un área natural protegida que por primera vez incluirá la ecorregión del Mar Tropical del Perú.

La propuesta, presentada y sustentada por la Asociación Inkaterra, considera un espacio de 650 mil hectáreas (la mitad del territorio del Parque Nacional del Manu) ubicado frente a las costas de Piura y Tumbes. Más precisamente, desde la frontera con Ecuador hasta las costas de Lobitos.

"Y a cinco millas del litoral para no afectar los pozos petroleros", advierte José Koechlin, fundador y presidente de la Asociación Inkaterra.

El área de influencia de la nueva reserva marina incluye seis distritos costeros de Tumbes y tres de Piura, con una población de casi 300.000 personas.

En este territorio marino destacan el Banco de Máncora y los cañones submarinos de Cabo Blanco, hábitat del 35 por ciento de las especies del Mar de Grau. Desde ballenas, merlines y tortugas, hasta cangrejos y merluzas.

BUENAS PRÁCTICAS

"La reserva marina no significa restricción sino buenas prácticas", enfatiza Koechlin. "Significa pesca industrial regulada y el fin de la pesca ilegal de extranjeros", agrega.

Como se sabe, la pesca artesanal destaca entre las principales actividades económicas del área de influencia de esta nueva Reserva Marina. En la zona funcionan 303 gremios de pescadores que se ven afectados por los barcos arrastreros ilegales y los "piratas" procedentes de Ecuador. Ambos realizan actividades depredadoras y se muestran violentos con la población local.

Hace unos meses, los ilegales de los barcos arrastreros se dieron el lujo de agredir a policías y un fiscal que trataron de intervenirlos. Por su parte, la Marina de Guerra reconoció que no cuenta con equipos suficientes para enfrentarlos.

Otro problema que afecta a los pescadores locales es la falta de muelles y las restricciones en la denominada "cadena de frío": Los pescadores artesanales están en condiciones de internarse 120 millas mar adentro, pero no pueden congelar su pesca para comercializarla en tierra firme. "Con la pesca de un solo ejemplar de atún de 150 kilos tendríamos suficiente para justificar una jornada semanal", reconoció un pescador de Cabo Blanco.

Los despidos en el sector petrolero ya son un problema social para el municipio de El Alto, Cabo Blanco y otros puertos en la zona de influencia de la reserva marina.

Ante esto, el ecoturismo, los deportes marinos, la observación de ballenas y la pesca de altura son una alternativa para la población local.

"Existe un convenio para instruir a pescadores en pesca de altura y la propia municipalidad de Cabo Blanco adquirió un bote para turistas", reveló José Purisaca, gerente general de Inkaterra. "La adecuada gestión permitiría la recuperación de especies sobreexplotadas, amenazadas, raras o en peligro de extinción. Esto contribuye a mejorar la calidad de vida de la población que depende de estos recursos en el área de influencia de la reserva marina", agregó.

APOYO INTERNACIONAL

La propuesta de creación de la Reserva Marina Cabo Blanco-Banco de Máncora ya recibió el apoyo de municipios locales, gremios del sector turismo y pesquero, así como de organizaciones ambientalistas. Se sabe, además, que cuenta con la bendición del Ministerio de Ambiente y del Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (Sernanp), pues estaría enmarcada en el Subsistema de Áreas Naturales Protegidas del Pacífico Tropical.

A esto se suma el apoyo de prestigiosas organizaciones científicas y académicas de todo el mundo.

En el despacho del ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, ya está la carta enviada por Terry D. García, vicepresidente ejecutivo de la National Geographic Society. Como se recordará, García integró el equipo científico de la prestigiosa National Oceanic and Atmospheric Administration (considerada "la NASA de los océanos del mundo") y como directivo de la National Geographic fue uno de los gestores en Estados Unidos en el proceso de devolución de las piezas obtenidas en Machu Picchu por Hiram Bingham y que estaban en poder de la Universidad de Yale.

En el mismo sentido han llegado recomendaciones del Dr. José Luis Sánchez Lizaso, director del Departamento de Ciencia del Mar de la Universidad de Alicante, en España. Del Dr. Nelson Ehrhardt, del Instituto Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami. Y de Rob Kramer, presidente de la International Game Fish Association (Asociación de Pesca deportiva Internacional).

Solo falta el visto bueno de la Presidencia del Consejo de Ministros.

EL BANCO DE MÁNCORA

La zonificación de esta nueva reserva marina considera un área de protección estricta en el Banco de Máncora.
Pocos saben que se trata de una pequeña cordillera submarina cuya cima (la zona más profunda) está a poco más de cien metros de profundidad y que esconde un ecosistema que sigue siendo un misterio para la ciencia.

También incluye una zona silvestre que permite el desarrollo de la actividad pesquera. Una zona de aprovechamiento directo, referido a la pesca artesanal, extracción de hidrocarburos, pesca industrial, navegación y turismo.

Y tiene una zona de turismo recreativo (observación de ballenas, pesca deportiva, navegación, surf y buceo) y una aun no explotada zona histórica cultural: existen numerosos registros de naufragios que ayudarían al desarrollo de la arqueología submarina.

"Insisto –dice Koechlin–: la reserva marina no creará mas restricciones, sino que hará del Perú un país modelo en el mundo para las buenas prácticas marinas".

LA PCM TIENE LA ÚLTIMA PALABRA

La creación de la reserva marina es una alternativa al grave problema social generado en los últimos meses por los despidos masivos en las empresas extractivas y contratistas de sector petrolero.

En un informe publicado en La República el 4 de agosto del año pasado (www.larepublica.pe/25-08-2014/intereses-petroleros-chocan-con-zona-reser...) firmado por Beatriz Jiménez, se revela que desde el 2004 diferentes estudios técnicos han identificado cuatro zonas prioritarias para la conservación y el manejo de los recursos marinos en el Pacífico Tropical: el Banco de Máncora, Punta Sal, El Ñuro e Isla Foca.

El informe agrega que cuando el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) estaba a punto de iniciar el expediente técnico para su promulgación como zonas reservadas, el paquete reactivador promulgado el pasado julio le quitó sospechosamente esta competencia al Ministerio del Ambiente (Minam) y la trasladó a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).

Y es precisamente en la PCM donde duerme el sueño de los justos el proyecto de la Reserva Marina Cabo Blanco-Banco de Máncora.

Roberto Ochoa B.

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