La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
8 de febrero de 2012
Treinta pesqueras arrojan al mar de Paita residuos sin tratar
Empresas se ubican en la zona industrial II, cerca de playas públicas. Autoridad del agua dio facilidades, pero solo dos empresas tramitan permiso
Los residuos, que contienen químicos y material orgánico descompuesto, se vierten a lo largo de unos dos kilómetros de litoral. El hecho no solo implica un riesgo constante para la salud de las poblaciones aledañas, sino también un daño irreparable para el paisaje de la zona.
“¿Quién va a querer venir por acá? Mira esos tubos que ni siquiera están bien escondidos”, dice visiblemente mortificado por la pestilencia del lugar Miguel Alarcón, un morador del balneario de Colán que suele recorrer la bahía de Paita en su moto acuática.
“La Ley de Recursos Hídricos exige que las fábricas cuenten con un permiso para arrojar sus aguas tratadas. El problema en Paita no es solo que no se cuenta con la autorización del ANA para realizar vertimientos al mar, sino que estas aguas no están siendo tratadas en absoluto”, sostuvo Yarlequé.
Recientemente, el ANA inspeccionó cinco pesqueras: Seafrost, Peruvian Sea Food, Pesquera Ribaudo y Tradidish. Ninguna de ellas trataba las aguas. Este Diario intentó obtener la versión de las dos primeras compañías, pero al cierre de esta edición no se tuvo respuesta.
EN PUNTOS
Especialistas de los ministerios del Ambiente y Producción supervisarán esta semana las operaciones de las fábricas pesqueras de Paita.
Implementar una planta de tratamiento de aguas tiene un costo aproximado de US$1’000.000.
El líquido sucio que vierten las harineras se conoce como agua de cola.
JORGE PAREDES
El Comercio
Unas treinta fábricas pesqueras que operan en la zona industrial II, en Paita, contaminan desde hace unos meses las aguas que alimentan el mar de esa provincia piurana. Las empresas, que se dedican fundamentalmente a la fabricación de harina de pescado, arrojan directamente al océano los desechos de sus operaciones sin ningún tipo de tratamiento.
Asimismo, a escasos kilómetros de los vertederos de las fábricas, decenas de niños juegan en las playas Cuñuz y El Toril, muy cerca de los muelles y los barcos pesqueros. Por provenir de familias de bajos recursos, no siempre pueden acudir a balnearios más alejados y en mejor estado y se exponen a bañarse en aguas que, según los estándares nacionales de calidad ambiental del agua, no son aptas para las actividades recreativas.
Según un estudio de noviembre del 2011 de la Dirección Regional de Salud de Piura, la presencia de coliformes fecales en el mar del muelle Inrepa, ubicado a menos de un kilómetro y medio de playa Cuñuz, es de aproximadamente 840 NMP (número más probable de partículas en 100 ml). Los estándares nacionales de calidad ambiental del agua señalan que el máximo permisible para actividades recreativas de contacto primario es de 200 NMP.
NO SE REGULARIZARON
Miguel Yarlaqué Morán, supervisor de la calidad de aguas de la” Autoridad Nacional de Agua”:http://elcomercio.pe/tag/166865/autoridad-nacional-del-agua (ANA), señala que en el 2010 se otorgó una prórroga extraordinaria a las empresas pesqueras para que regularicen su situación. En agosto del 2011 venció el plazo y solo dos empresas habían iniciado el trámite.
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