La gestión pesquera
Se espera que, antes de entrar en propuestas promocionales de la pesquería se realice un estudio que permita determinar cuáles serían las especies objetivo, cuál el volumen de su biomasa, cuáles serían los períodos de vedas reproductivas, cuál sería el efecto ecosistémico de su explotación, para llegar a determinar una tasa anual de captura por especie. De esta información se deriva la capacidad de bodega que debería tener una flota con intención de incursionar en la actividad extractiva, la cuota anual de extracción, las cuotas individuales a asignar y los períodos de pesca. Solo entonces podríamos pretender introducir mayor esfuerzo pesquero sobre el ecosistema marino de Humboldt.
5 de abril de 2013
BASTA YA! ¡CUSTODIEMOS NUESTRO MAR Y LA PESCA COMO SE DEBE!
En
las últimas semanas hemos visto con asombro en la televisión a diversos
personajes atacando con rabia extraordinaria las medidas de manejo pesquero
dictadas recientemente por el Ministerio de la Producción. Digo asombro porque
nunca los medios le habían puesto tanta atención al Sector Pesquero. ¿Cómo es
posible que estos personajes, algunos ilustres desconocidos, otros
recientemente graduados de “expertos” en pesca, estén por semanas en todos los
canales –inclusive varias veces en el mismo programa– con la misma cantaleta? A
mí me da mucho que pensar. ¿Por qué tanto ruido? Porque los pesqueros han
perdido el control del Ministerio y la Pesca que siempre tuvieron.
Los
cuentos que sacan cada semana los que hoy atacan a las autoridades pesqueras,
hasta podrían dar risa por lo desinformados e incoherentes que son. Estos
señores apelan a un nacionalismo desatinado pero siguen usando a Chile como
modelo, aun cuando sus principales pesquerías están al borde del colapso y sus
políticas pesqueras son incluso menos justas que las nuestras. También exigen
volver al régimen que les permitía pescar a una milla de la costa en el Sur,
sin importarles los impactos del arrastre de sus redes sobre los fondos marinos
de zonas poco profundas y sobre los recursos para el consumo humano que pescan
los artesanales.
Algunos
dicen que sí están de acuerdo con la protección de las cinco millas para la
pesca artesanal, pero no con las diez que ahora se proponen. Yo todavía no
entiendo bien este tema (sería bueno que se hiciera público el sustento técnico
de esta nueva franja de protección), pero nos guste o no el tan criticado
Decreto 005, todavía imperfecto y faltándole los mecanismos de control
necesarios para hacerlo efectivo, ésta es una importante medida de
ordenamiento. Además, hay que resaltar lo inaudito que es ver autoridades
pesqueras enfrentándose enérgicamente con sus administrados (antes el
“ordenamiento” venía previamente acordado con los interesados) y más
extraordinario aún, el que cuenten con el respaldo explícito y fuerte (aunque
poco informado) del Presidente de la República.
Hace
tiempo que se requiere un ordenamiento integral del Sector Pesquero. Todos
saben de la corrupción generalizada del mismo: para cada medida de control
existen trucos para “sacarle la vuelta” sin ser sancionado y ganar más. La
falta de control efectivo y las innumerables modificaciones a la Legislación
que impunemente se han venido haciendo a la medida de los intereses de
pesqueros grandes y chicos, permitiéndoles operar “dentro de la Ley”, han
llevado a la triste situación en que estamos actualmente. Los peces y mariscos
que más deseamos comer y que se promueven como parte esencial de nuestra famosa
gastronomía, o han desaparecido o están tan caros que sólo unos pocos los
pueden comprar. La anchoveta, nuestra especie más abundante y nutritiva que
tendría que ser la base de la alimentación de nuestros muchos niños
malnutridos, casi toda es usada para hacer harina que es exportada para la
producción de proteína cara en los mercados mundiales. Peor aún, aunque
quisieran, los harineros no podrían usar para el consumo humano los millones de
toneladas de anchoveta que se les da anualmente como cuota de pesca:
¡legalmente sólo pueden usarlos para hacer harina! Con mil millones de
malnutridos en el Perú y el mundo, esta situación no es sostenible ni justa.
Dicen
los pesqueros que la anchoveta no está en peligro de extinción. Efectivamente,
hablar de peligro de extinción en pesca es complicado, sobre todo en una
especie tan abundante y de comportamiento tan dinámico como es la anchoveta.
Sin embargo, sí podemos decir que su explotación real es excesiva. Oficialmente
pareciera que no, pero si se contara la pesca ilegal, la no registrada y la no
regulada (incluyendo la que realizaron los “artesanales” por años, desde mucho
antes que se de el Decreto 005, sin que nadie se queje), resulta que la captura
total real de anchoveta finalmente es mucho mayor que la cuota anual que
recomienda el IMARPE, en teoría lo máximo que se podría pescar en forma
sostenible. Todos los saben, pero de esto tampoco nadie se queja.
Los
pesqueros reclaman que la Ministra y su Viceministro no saben de pesca y hacen
todo mal. Piden que se ponga nuevamente a un pesquero de Ministro… Pero,
¿alguien realmente cree que un pesquero tradicional haría el intento de ordenar
el Sector en serio?… Yo no. Creo que ya es hora de que se haga una limpieza
profunda del Sector y urgentemente: a) se independice, reorganice y se le den
los recursos financieros y humanos necesarios al IMARPE para tener un instituto
científico de primer nivel mundial que asesore bien al Ministerio; b) se revise
la legislación pesquera y se asignen los recursos para lograr un efectivo
manejo con enfoque ecosistémico de nuestro mar y sus pesquerías más apreciadas
o importantes; y c) se den las cuotas de pesca que resulten en la repartición
transparente y justa de la anchoveta para todos sus usuarios permitiéndose que
cada uno use su cuota para lo que le de mayor valor. Así lograremos utilizar
nuestra biodiversidad marina más justa y sosteniblemente y que ésta finalmente
contribuya en forma importante al bienestar nacional.
¡Basta
ya de dejar a unos pocos hacer lo que les da la gana con los recursos de todos
nosotros! Como peruanos que queremos seguir comiendo ceviche y otros manjares
marinos, exijamos un buen manejo de nuestros peces y mariscos. La conservación
marina no es, como creen algunos, sólo proteger (abrazar) a sonrientes
delfines, preciosos lobos o la ola perfecta. Preocupémonos seriamente por
nuestro mar y sus recursos. Cuidándolos bien, podemos recuperar la excepcional
riqueza marina que tuvimos hace menos de sesenta años y desperdiciamos por
desidia. Levantémonos todos y reclamemos con fuerza que se custodien bien
nuestros recursos y ecosistemas marinos y así podamos tener el mar y la pesca
que queremos, para siempre.
Patricia
Majluf /
Centro para la Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Cayetano
Heredia
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