Corrupción, presión privada: esos son los
males que atentan contra una pesquería responsable en el Perú.
El problema es grave porque ya ahora hay
especies, como la merluza, amenazadas de extinción. A los amos del mar eso no
les preocupa. Solo les interesa llenar con millones de dólares sus cuentas
bancarias.
En entrevista con El Comercio, la
renunciante recuerda que en una presentación dijo que había entre 20 y 40 por
ciento de pesca no declarada de anchoveta, y esto provocó un escándalo.
Dijo también la ex viceministra: “de todas
las infracciones que se cometen en el mar peruano, menos de diez por ciento
llega a sancionarse, y de ese diez por ciento ninguna paga”.
Algo más expuso: “todos los sistemas de
control están tercerizados y pagados por la industria”. En el Perú, caso único
en el mundo, los controles no los ejerce el Estado. En el Perú, los gobiernos
ponen al gato de despensero.
Nuestro mar, nuestro rico mar, el mar más
rico del mundo, está, pues, en manos de unos piratas desalmados e impunes.
La doctora Majluf, bióloga por la
Universidad “Cayetano Heredia” y doctora en Zoología con especialidad en
Ecología de Lobos Marinos por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, denunció
en su carta de renuncia que la Asesoría Jurídica de la Dirección General de
Extracción y Procesamiento Pesquero había preparado un proyecto de Decreto
Supremo que permitiría la extracción de pota sin los requisitos hasta ahora
vigentes. La idea era (o es) facilitar la depredación del recurso por empresas
extranjeras.
¿Quién encargó la redacción de ese proyecto?
Yo añadiría a las inquietudes de Patricia
Majluf una que nace de una conversación con un grupo de patrones de naves
pesqueras: ¿nada más que pescado y harina van en sus embarques?
Ha dicho, por otra parte, la señora Majluf
que los grandes de la pesca pagan de canon solo tres dólares por tonelada de
pescado; pero cobran 1600 dólares por cada tonelada de harina de pescado que
exportan.
Esto trae el recuerdo de lo que me dijo una
dama europea. Un pesquero español le había confiado que le daba vergüenza lo
poco que pagaban por las deliciosas especies que se llevaban del Perú.
Lo mismo me dijo una joven ejecutiva de
Corea del Sur, cuya compañía estaba a punto de invertir en pesca en el Perú:
“También a nosotros nos avergüenza lo poco que nos van a cobrar”.
César Lévano
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director/piratas-en-el-mar-peruano_110739.html
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